Vivimos una inflación descontrolada por emisión de billetes sin límite. Pérdida de valor de las monedas. Negación permanente de la inflación. ¿Recordáis a la ínclita Lagarde y el octogenario Biden primero negando la evidencia y después diciendo que la inflación no superaría el 2%? Como siempre, especulando con el juego psicológico de la economía, pero los fundamentales no engañan.
Mercado inundado de dinero a tipos negativos, cambios frecuentes en las fórmulas de calcular la cesta del IPC para ajustarlo a la baja y unas rentas del trabajo congeladas en los últimos 30 años contrapuestas a las del capital que no han parado de crecer. Inequidad social imparable.
Bretton Woods. Aquí empezó todo. Recordemos en 1944 a finales de la Segunda Guerra Mundial, USA, el ganador marca el paso y establece que para pacificar el mundo nos hace falta el libre mercado con el dólar como moneda de referencia internacional. Para entendernos, todo el mundo tenía que utilizar sus papelitos para poder hacer las grandes operaciones de compraventa internacionales. Con esto, los EE.UU. podrían financiar su crecimiento y bienestar social hasta día de hoy sencillamente haciendo imprescindibles sus dólares y vendiéndolos al mercado.
La emisión de billetes con la garantía que los colocarían ha sido la mejor jugada que ha hecho EE.UU. en décadas
Pero los EE.UU. estaban atenazados por la paridad entre la emisión de billetes y las reservas de oro que tenían. Este hecho revalorizaba su moneda y los hacía perder ventas en el exterior, por lo tanto, ahora hace 50 años el presidente Nixon remató el trabajo. Este, para financiar la guerra de Vietnam y poder generar más endeudamiento, desacopló los dólares del oro. A partir de aquí, la emisión de billetes con la garantía que los colocarían ha sido la mejor jugada que ha hecho los EE.UU. en décadas. Creó la moneda FIAT (que así sea) con la que es el estado quien el valor de la moneda, y no su convertibilidad con el oro u otras divisas. Jugada maestra.
Pero a partir del 2000 aparece un mundo más multipolar con unos BRICS (Brasil, Rusia, China, India y Sudáfrica) levantando la voz ante Europa y los EE.UU.. Empieza el inicio de un proceso de diferentes países para crear las condiciones para no depender del dólar y salir de la hegemonía de los EE.UU.. Hace falta que muera el patrón dólar para cambiar la geoestrategia mundial.
Si el dinero es una convención social y, durante siglos, los estados han sido los promotores y avaladores de estas convenciones con unos activos físicos que avalaban este dinero y, por lo tanto, generaban confianza, ya hace 78 años que detrás de estas convenciones no hay activos que lo amparen, a excepción de la esperanza de que la ciudadanía acepte el modelo y lo haga bueno.
Show must go on
Los estados, aprovechando esta coyuntura, han estado multiplicando la deuda en los últimos años. España, por ejemplo, ha cuadruplicado su endeudamiento en los últimos 15 años y Estados Unidos ha generado más deuda en los últimos 10 años que la suma de los endeudamientos de toda su historia. Y lo que es más interesante: con independencia de sí son republicanos o demócratas. Mirad siempre las cifras, no las frases.
España, por ejemplo, ha cuadruplicado su endeudamiento en los últimos 15 años
"The show must go on". Parece, pues, la máxima de los gobiernos de todo el mundo generando endeudamientos futuros por los hijos y los nietos o, como dicen algunos economistas, generando una deuda perpetua.
Sabiendo esto y a partir de la primera década del nuevo milenio, parece lógico que la ciudadanía, ayudada por las nuevas tecnologías haya cogido la iniciativa de crear nuevas convenciones de valor. El blokchain o cadena de bloques popularizada por el enigmático Satoshi Nakamoto, desarrollando la criptomoneda Bitcoin el 2009 abre la caja de pandora y visibiliza que el monopolio de los instrumentos de intercambio reconocidos hasta el momento se rompe.
La juventud adopta las criptomonedas como un instrumento más para comprar y vender, pese a las incertidumbres regulatorias y de volatilidad. Se empieza a ver claro que el valor de las monedas convencionales no es seguro y que el abuso que hacen de ellas los gobiernos no augura nada bueno. Las críticas del establishment a las criptomonedas no han parado de crecer y las han acusado de todo: estafa piramidal, pura especulación, nada que las ampare, inventos inútiles, etc... la realidad es que a pesar del batacazo de precio actual, la mayoría todavía están vivas y muchas esperando su momento.
¿Han venido para quedarse? No todas, pero sí algunas de ellas, y otras todavía tienen que aparecer.
La estrategia del oro
Los países no se pueden quedar atrás y mucho menos perder el monopolio de emisión de monedas nacionales como sistema de intercambio. Por lo tanto, una vez fracasada la iniciativa de matar las monedas digitales incontroladas han optado por digitalizar las propias y competir con nuevos instrumentos para ganar la competencia creciente. Atención a muchos países y todos los BRICS que, sin hacer demasiado ruido, están comprando oro a través de sus bancos centrales sin dejar que el precio de éste se dispare demasiado. Algunos de estos países son autoritarios, con fama de poca transparencia y solvencia y se están preparando para cambiar su imagen internacional con fuertes reservas auríficas que los avalen.
EE.UU. no podrá mostrar debilidad militar ni a Ucrania ni a Taiwán si quiere continuar liderando el mundo a golpe de dólar y la Navy
¿Fervientes acumuladores de oro de forma sigilosa para apalancar nuevos productos digitales con garantías? ¿Podrán hacer frente al dólar? ¿Se aliarán para hacerlo? ¿Lo desbancarán? Habrá que seguirlo muy de cerca. Y también a los EE.UU., que no podrán mostrar debilidad militar ni a Ucrania ni a Taiwán si quieren continuar liderando el mundo a golpe de dólar y la Navy.
El euro digital
Por otro lado, el Banco Central Europeo anuncia para este primer trimestre del 2023 el lanzamiento del euro digital. Bravo. Ya iba siendo hora. Pero, atención, los inventos, como dicen los expertos inversores, se tienen que hacer de forma que, si no funciona, pierdas poco dinero y que el invento dure poco tiempo. He aquí el problema, no saben qué puede pasar y por eso han optado por hacer pruebas piloto y cruzar los dedos. Un euro digital en expansión descontrolada en forma de inversión, podría generar riesgos a la estabilidad financiera. Imaginaos a partir de la baja percepción de valor del euro que tenemos, que la población crea que hace falta migrar sus depósitos bancarios hacia el euro digital para garantizar el valor de sus ahorros. El caos.
Pues en este punto estamos. Los países poco fiables apalancándose con oro para lanzar sus monedas digitales y avanzar con la independencia del dólar, y Estados Unidos y Europa preparándose para lanzar sus monedas digitales, en principio, sin más garantías físicas que las de sus promesas de bondad intrínseca y una ciudadanía dispuesta a volver a apostar por criptomonedas inclusivas y sostenibles. Todo el mundo sacudiendo su cóctel para servirlo en la barra. Veremos la clientela por qué apuesta, pero lo que está claro es que los gustos nos han cambiado a todos.