Hace unos días el director de VIA Empresa me preguntó por qué el fenómeno Okupa no acababa de consolidarse en los Países Bajos. Desde que vivo en este país, no me había parado a pensarlo. Puede ser justamente porque no existe esta corriente tan extendida, tan consolidado hasta ser normalizado como en España. Cómo tampoco encontramos personas pidiendo por las calles, ni los topmanta , ni las "mafias de la limosna" que llenan calles o trenes de todas las ciudades españolas. Me he puesto a investigar, he podido hablar con asesores, con agentes inmobiliarios y con algunos amigos abogados para que me expliquen las razones por las que en los Países Bajos estos fenómenos no existen o son simplemente residuales.
Puede parecer paradójico que, en un país reconocido por su mentalidad muy abierta, tolerante, con coffee shops, prostitución legalizada y movimiento alternativos importantes, no haya un fenómeno okupa. El sistema se basa en tres pilares importantes que luchan contra estos fenómenos. El judicial, el social y el vecinal que actúan conjuntamente, evitando que este fenómeno se acabe consolidando.
El sistema holandés se basa en los pilares judicial, social y vecinal que actúan conjuntamente evitando que el fenómeno okupa se acabe consolidando
El más importante de todos es el judicial, porque garantiza que los otros dos pilares puedan actuar con toda transparencia, rapidez y efectividad.
Una de las cosas que diferencia los Países Bajos con España es la rapidez con la que se programan las vistas judiciales y se dictan las sentencias. Ya sean en temas de impagos empresariales, sobre los que un día escribiré, como en temas de violencia, de conflictos familiares o sociales, es muy excepcional que los casos se eternicen en los tribunales donde las denuncias son rápidamente tramitadas, juzgadas, sentenciadas y ejecutadas garantizando que cualquier problema tenga rápidamente una respuesta y una solución.
Hasta la ley del 2009 sobre la ocupación de edificios abandonados, el movimiento "okupa" no estaba legalizado en Holanda, pero se toleraba siempre que un edificio estuviera vacío durante más de un año.
Aún así, la legislación holandesa ya era muy contundente con la ocupación de inmuebles habitados. Los casos españoles de personas expulsadas de su casa por okupas que han aprovechado la ausencia por cualquier motivo del propietario, es simplemente impensable.
Hasta la ley del 2009 sobre la ocupación de edificios abandonados, el movimiento "okupa" no estaba legalizado en Holanda, pero se toleraba siempre que un edificio estuviera vacío durante más de un año
Qué pasa si un okupa se instala en mi casa en Holanda?
Una simple denuncia ante la policía es suficiente porque la policía se persone en el edificio con una autorización judicial y desalojarlo. Si, además, la okupación se hace en grupo y por medios violentos, o el desalojo no es pacífico, la pena de prisión puede elevarse a 32 meses, con un procedimiento rápido y sentencias que incluyen el embargo de las cuentas o trabajos para la comunidad, y así pagar los desperfectos que los okupas hayan podido ocasionar.
Cómo he escrito en otros artículos, este país se caracteriza por ser expeditivo, evitar debates estériles y retóricos y eliminar de la mejor manera posible, por todas las partes, los problemas planteados.
La legislación holandesa ha promovido dos leyes importantes y que conforman la base del sistema de arrendamientos urbanos. Se trata de la ley Wet Kraken, de ocupación y de inmuebles vacíos que data de 2010 y que favoreció el desarrollo de una amplia política sobre la ocupación de viviendas. La norma establece que no se pueden emprender acciones legales cuando un inmueble ha estado vacío durante más de un año. Pero, de no darse esta circunstancia, la pena puede llegar a la privación de libertad entre ocho meses y dos años. Esta pena tan elevada busca un efecto disuasivo respecto de los posibles okupas. Por su parte, esta ley obliga el propietario a indicar en el ayuntamiento que una determinada vivienda quedará vacía a corto plazo. Si después de un año, este no ha sido alquilado, la administración municipal podrá buscar un inquilino para el inmueble. Incluso, tiene la potestad de forzar al propietario a hacer reformas para mejorar la habitabilidad. Del mismo modo, el propietario se ve obligado a señalar al municipio que la vivienda ha sido alquilado. Inmediatamente se pone en marcha un proceso que informa a los nuevos inquilinos de la obligación del empadronamiento.
La otro ley que data del 2016 es la Ley Wet Tijdelijke Verhuur o de alquiler temporal que permite hacer contratos de arrendamiento a corto plazo por un periodo de tiempo determinado con un máximo de dos años, a pesar de que la mayoría de estos contratos son de un año. Si el propietario no notifica la rescisión del acuerdo, el contrato pasa a considerarse de tiempo indefinido a pesar de que el arrendatario no tiene la obligación de cumplir con la duración establecida en el documento. Por la otra banda, estos contratos suelen incluir una cláusula de uso personal urgente, que permite al propietario recuperar su vivienda en determinadas y muy justificadas ocasiones. Cuando llegué a los Países Bajos, alquilamos una casa. La propietaria se a iba por trabajo a la África con un proyecto de 5 años, pero con la posibilidad de que depués de un año pudiera volver si no conseguía adaptarse al cambio. Y así fue, depués de un año tuvimos que mudarnos.
Dentro de esta ley, se incluyen habitaciones sujetas en las mismas disposiciones que una vivienda cumplida. Estudiantes, trabajadores temporales, ejecutivos de empresas multinacionales, inquilinos que dejan la casa por obras, o personas en situación de urgencia son los destinatarios de este tipo de contratos. La legislación ha provocado que actualmente, sólo un 2% de las viviendas del país están vacíos. Diferentes entidades, tanto privadas como públicas, han reconvertido espacios abandonados en áreas industriales y puertos en lugares habitables. En los Países Bajos, se pueden encontrar ciudadanos residiendo en molinos de viento, en iglesias rehabilitadas, en apartamentos o almacenes de agua reformados. Una manera de aprovechar al máximo los espacios para aumentar el parque residencial, del cual el 35% está destinado a vivienda social. En España, tan sólo llega al 1%.
Otro aspecto importante para frenar el fenómeno okupa es atacar las causas de estas posibles ocupaciones por parte de personas en dificultad, eliminando así la raíz del problema
Otro aspecto importante para frenar el fenómeno okupa, es atacar las causas de estas posibles ocupaciones por parte de personas en dificultad, eliminando así la raíz del problema. Por eso, los ayuntamientos y las administraciones públicas disponen de recursos para ayudar a pagar el alquiler de la vivienda de las personas que, por circunstancias diversas, no llegan al mínimo vital que se sitúa en los 20.000 euros al año. El ayuntamiento es el responsable de coordinar y canalizar estas ayudas a través de una red de asesores personales, que estudian en detalle las cuentas de las familias para valorar las necesidades financieras, ayudando a elaborar un plan de ingresos, negociando con los acreedores, con el objetivo de evitar al máximo que haya desahucios, cortes de suministros o cualquiera otro situación de riesgo de exclusión. Al igual que por las sentencias, las acciones, resoluciones, los pagos son muy rápidos para cortar el problema de raíz. Toda una red social que impide la creación de "bolsa de pobreza" que podrían favorecer la ocupación de vivienda por parte de personas olvidadas por la sociedad. Esta ayuda tiene una contrapartida y se basa en la transparencia y en la veracidad de los datos. Cualquier tentativa de fraude por parte del solicitante provocaría la retirada inmediata de las ayudas y la reclamación de los recibimientos.
Este entorno social es un elemento clave en esta sociedad. Por eso cualquier actuación discriminatoria, por parte de la administración a la hora de acordar las ayudas a personas en situación de riesgo, no sólo está de mal ver sino que puede implicar la dimisión de un gobierno, cómo ha pasado hace poco más de un mes con el Gobierno de Rutte, acusado de discriminación con un grupo de emigrantes y condenado a indemnizar las víctimas y compensar las pérdidas económicas que han sufrido.
Finalmente, un tercer pilar que evita el fenómeno okupa es el vecindario. En más de una ocasión he escrito sobre la importancia que el vecindario tiene en el tejido social de los Países Bajos.
Saber quiénes son tus vecinos, a qué se dedican, de donde vienen, son elementos claves que ayudan a generar una cierta tranquilidad. Cuando llegué a Breda con mi familia, la primera visita que tuvimos fue la de nuestra vecina, con un ramo de flores, deseándonos en nombre suyo y del vecindario, la bienvenida al barrio. Poniéndose a nuestra disposición para cualquier cosa que necesitáramos. Me he quedado sorprendido cuando nos dijo que tenía una llave de casa nuestra por si un día no estábamos y en caso de algún motivo o problema, tenían que entrar.
Esta red vecinal es la que da tranquilidad puesto que cuando vinimos a Barcelona para pasar la primera Navidad, esta vecina que tenía nuestra llave, se ocupaba de recoger el correo y vigilar que todo estuviera en orden. Una costumbre que seguimos manteniendo en el nuevo piso, dejando al vecino la llave cuando viajamos a Catalunya. Una "vigilancia" mutua que impide que cualquier persona pueda "okupar" nuestro piso. Seria denunciado inmediatamente y desalojado incluso sin nuestra presencia.
Todas estas medidas sociales, vecinales, pero sobre todo legislativas, son las que han permitido reducir la tasa de viviendas vacíos por debajo del 2%. España podría inspirarse en la legislación para frenar el fenómeno okupa y dar un uso útil a los miles de viviendas vacíos que hay en nuestro país.
Con la crisis del coronavirus y las últimas medidas del Gobierno español que podrían agravar este fenómeno de la ocupación, tenemos que añadir las dificultades que tienen en España determinados colectivos para acceder a una vivienda como los jóvenes o las familias con pocos recursos.
Con la crisis del coronavirus y las últimas medidas del Gobierno español que podrían agravar este fenómeno de la ocupación, tenemos que añadir las dificultades que tienen en España colectivos para acceder a una vivienda
Es evidente que todo esto no se improvisa, ni se hace a golpe de "leyes eslóganes" para quedar bien en las próximas elecciones. Tampoco podemos pretender que el Estado lo solucione todo mientras los ciudadanos no se responsabilizan de nada. En este país sólo pide subvenciones aquellas personas que realmente las necesitan. No está bien visto y es un delito grave, la picaresca muy "ibérica" de pedir a pesar de que no lo necesito. De este modo, los recursos se destinan correctamente.
El fenómeno okupa tiene una vertiente criminal pero también puede esconder un origen social.
Si no solucionamos este primero, nunca acabaremos con los okupas delincuentes.
En este sentido, el modelo de los Países Bajos podría ser el referente donde España se tendría que emmirallar.
Mucho por aprender, pero pocas ganas de hacerlo.