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Del Pallars a la Cerdanya, con parada en el Moianès: ¿qué comarcas no tienen ninguna startup?

Mientras Catalunya se posiciona como un 'hub' de innovación con 2.285 empresas emergentes, hay 10 comarcas en las que la presencia de startups es inexistente

Jou es un pueblo del término municipal de la Guingueta de Àneu | iStock
Jou es un pueblo del término municipal de la Guingueta de Àneu | iStock
Gemma Fontseca, jefa de redacción de VIA Empresa | VIA Empresa
Jefa de redacción
18 de Marzo de 2025

Es habitual que cada año, en Catalunya, se realice un recuento completo del número de startups para posicionar la región como un hub de innovación y alabar, una vez más, el crecimiento histórico año tras año, sobre todo en el marco del Mobile World Congress (MWC). Este año, el informe sobre el 'Anàlisi de l’ecosistema startup a Barcelona i Catalunya por parte de Acció detalla que hay 2.285 startups, un 9% más que el año anterior. Esta es la cifra más alta de la serie histórica que se recuerda, ahora bien, con algunas singularidades a tener en cuenta: el 86,7% de las empresas emergentes se localizan en el área metropolitana de Barcelona, mientras que hay 10 comarcas en las que el concepto startup es totalmente inexistente.

 

Para quienes no conozcan en profundidad el concepto de startup, este término se refiere a una empresa establecida en Catalunya con un producto listo para vender y menos de 10 años de antigüedad, según Acció. Además, debe ser escalable, con un alto potencial de crecimiento, y destacar por su innovación o uso de tecnología. "Es decir, no debería ser una consultora o agencia que se dedique solo a desarrollar software o aplicaciones para terceros, ni una empresa que se limite a crear páginas web", explican desde el portal de la organización.

La comarca con la concentración más alta de empresas emergentes es el Barcelonès (68%), seguida por el Vallès Occidental (9,8%)

Si se sigue esta premisa y se entra en el detalle del informe La metròpolis de Barcelona. Invertir, treballar i viure, 2024, elaborado por la Cambra de Comerç de Barcelona, la comarca con la concentración más alta de empresas emergentes es el Barcelonès (68%), seguida por el Vallès Occidental (9,8%), Baix Llobregat (5,9%), Maresme (3,1%) y Gironès (1,8%). Además, Barcelona se sitúa como la 3ª ciudad preferida para ubicar una nueva startup en Europa, según la séptima edición del Startup Heatmap Europe Report. Aún más, el 17,1% de las personas fundadoras de empresas emergentes y miembros de la comunidad tecnológica elegirían la ciudad condal si tuvieran que iniciar un nuevo proyecto empresarial mañana mismo entre más de 100 ciudades europeas, solo superada por Londres y Berlín.

Del Pallars a la Cerdanya con parada en el Moianès: cuando el concepto startup es inexistente

Mapa comarcal de startups del Barcelona & Catalonia Startup Hub. En gris las que no cuentan con ninguna startup | Cámara de Comercio de Barcelona
Mapa comarcal de startups del Barcelona & Catalonia Startup Hub. En gris las que no cuentan con ninguna startup | Cámara de Comercio de Barcelona 

 

Respecto a las comarcas que no cuentan con ninguna empresa de esta modalidad, cabe recordar que la mayoría de ellas forman parte de la provincia de Lleida, como la Vall d'Aran, la Alta Ribagorça, el Pallars Jussà, el Pallars Sobirà, el Alt Urgell y las Garrigues. Paralelamente, también está el caso de la Cerdanya y el Ripollès (provincia de Girona), la Conca de Barberà (Tarragona) y la recientemente creada comarca del Moianès (Barcelona). Otras comarcas como el Berguedà, la Noguera, el Priorat, la Ribera d'Ebre, la Segarra, el Solsonès o el Urgell cuentan con tan solo una empresa emergente por comarca ubicada en su zona.

La escasa población de estas zonas (muchas no alcanzan los 10.000 habitantes), la dependencia de sectores tradicionales como la agricultura, la ganadería y el turismo rural, la lejanía de los grandes centros urbanos —algunas se encuentran a más de dos horas y media de Barcelona, como el Pallars—, la falta de infraestructuras y la ausencia de universidades o centros de innovación son algunos de los factores que explican la escasa presencia de startups en estas comarcas.

Ahora bien, también hay otros elementos positivos. Tres de ellas se han convertido en comarcas -a menudo invisibilizadas- que son las “reinas” de la economía catalana. De hecho, la Vall d'Aran (12%), la Alta Ribagorça (9%) y la Cerdanya (8,2%) han liderado el crecimiento económico de Cataluña desde la covid-19 gracias al anhelado retorno del ocio y el turismo. Además, destacan por el auge de los servicios privados personales, como el comercio, la hostelería, la restauración y las actividades recreativas.

Datos de startups aparte, la mayoría de las comarcas montañosas también tienen un fuerte impulso a través de una agricultura y ganadería de kilómetro 0, con la producción de alimentos de alta calidad. También disponen de denominaciones de origen y productos artesanales reconocidos, como quesos, aceite, vinos y embutidos. Además, en algunas localidades, sobre todo las que limitan con Francia, tienen destinos para el turismo rural y ecológico, además de actividades al aire libre como el esquí, el rafting, el ciclismo o el senderismo. 

La baja densidad de población, las infraestructuras limitadas, la falta de universidades o centros de innovación cercanos son algunos de los diversos factores socioeconómicos que lo explican

Por ejemplo, tal como detallamos en VIA Empresa hace unas semanas, hay el caso singular de la comarca más pequeña de Catalunya. Se trata de la Alta Ribagorça, creada en 1988, que tiene tan solo 4.000 habitantes y unas singularidades económicas que la hacen única, como por ejemplo la estación de esquí de Boí Taüll que tiene un impacto económico de 10,8 millones de euros en la Alta Ribagorça y genera el 17% de los puestos de trabajo. Además, cuentan con un fuerte relevo generacional entre los más jóvenes. El periodista Ramon Roca y gran conocedor de la zona, explica a VIA Empresa que la Alta Ribagorça es singular "porque no hay casi desigualdades entre la población, ya que son pocos miembros y la riqueza se distribuye equitativamente entre todos".

O la apuesta actual del Pallars Sobirà y el Pallars Jussà por la gestión del agua, la agricultura, la ganadería, el turismo y, últimamente, la agroindustria como principales vectores para entender el impulso económico de la zona montañosa. Además, una singularidad, que no tiene que ser necesariamente tecnológica: el Pallars Sobirà es la comarca más feminista de Catalunya. Evidentemente, una comarca no puede solo vivir del agua, el turismo y la ganadería, sino que necesita empresas e industrias. Entre las novedades que apunta Roca en el libro El Pallars, oportunidades de negocio, muchas de las compañías actuales giran en torno a los vinos de altura que pueden combatir el cambio climático y las altas temperaturas. También destacan nuevas iniciativas agroalimentarias, que han iniciado la producción y comercialización de aceites de montaña, yogures y quesos.

¿Quién dice que la innovación solo se mide en unicornios y rondas de financiación millonarias? Quizás el verdadero reto no sea llenar estos territorios de startups, sino entender que su valor diferencial radica en la sostenibilidad, la proximidad y un modelo económico más arraigado a la tierra. ¿Y si la próxima revolución no viniera del distrito 22@ de Barcelona sino de las montañas del Pallars o los campos del Moianès? Para algunos, quizás la gran startup del futuro ya existe, pero aún no la hemos aprendido a mirar con los ojos adecuados. Todo es cuestión de perspectiva y... de territorio.