Decenas de paquetes de arroz, de legumbres, de botellas de leche, de yogures... y de papel higiénico. Esto es lo que se vio correr arriba y abajo dentro de los carros de la compra de los supermercados una vez se decretó el Estado de alarma por la pandemia del Covid-19. El coronavirus que ha hecho confinar a la población catalana provocó los primeros días un pánico generalizado por la posibilidad de verse en casa con una despensa vacía, por lo que la reacción general fue salir en masa a hacer la compra del año. O la compra de la segunda Navidad, puesto que tenderos, responsables de cadenas y otros trabajadores de espacios comerciales han equiparado este comportamiento al de las compras masivas del mes de diciembre.
El papel de wáter es una necesidad más, esto es muy claro; y más todavía si se tiene en cuenta que miles de catalanes han dejado de ir a la oficina para hacer teletrabajo. Es decir, 24 horas en casa cerrados, haciendo un consumo de agua, electricidad, gas y también papel de WC que habrían hecho en los respectivos puestos de trabajo. Por lo tanto, compramos más papel, pero si vemos que alguien compra dos paquetes... nosotros compraremos tres! De esto se dice FOMO, de fear of missing out que quiere decir quedarse sin.
Otra de las teorías que corre por la red respecto a la euforia por los rollos de papel explica que todo empezó en Australia. La ciudadanía tenía el convencimiento de que era un producto fabricado en la China, por lo que el cierre de las fábricas debido al nuevo virus tenía que hacer menguar las existencias del mismo. Por suerte, no viene absolutamente todo del país asiático, por lo que ha sido más una falsa creencia que ha demostrado que el consumidor tiene que tomar conciencia de donde viene el qué se compra.
¿Papel de proximidad?
El mismo lunes 16 de marzo, primer día laborable de confinamiento, decenas de camiones esperaban a las puertas del almacén de Essity en Puigpelat (Valls) para proveer a los supermercados de más rollos. Y es que esta compañía sueca, con sede en Sant Joan Despí (Baix Llobregat), distribuye productos de papel para el gran consumo bajo la marca Colhogar. También trabaja para Mercadona con el nombre de Bosque Verde, que agrupa gran parte de los productos de limpieza de la cadena valenciana.
En Catalunya también podemos encontrar Ismax, situada en el municipio de Igualada. Tal como explica La Vanguardia, debido al confinamiento intensivo en la Conca d'Òdena, no ha podido distribuir su producto a los supermercados. El papel higiénico de esta marca se puede encontrar en Bon Preu, El Corte Inglés o Veritas.
También se hace papel higiénico en Besalú. Lo produce LC Paper y lo distribuye en tres canales distintos. Por un lado, en Amazon, canal Horeca y hospitales bajo el nombre Dalia; por otro lado, en empresas y marcas blancas. Su particularidad es que la elaboración se hace sin emisiones CO2. Actualmente, cuenta con el 12% de la cuota de mercado.
Essity, LC Paper, Ismax, Ceti y Kartogroup son empresas de papel higiénico de proximidad
Unos cuántos kilómetros más lejos, pero todavía dentro del cajón de producto de proximidad, se encuentran Ceti en Alzira (València) y Kartogroup en Borriana (Castelló). La primera se puede encontrar con el mismo nombre comercial a varias cadenas, mientras que la segunda es uno de los productores de la marca blanca de Carrefour.
¿Dónde producen las grandes marcas?
Quien no conozca al perrito de Scottex, es un centennial que ha consumido más minutos de Youtube que de anuncios en la televisión. La marca, de Pensilvania (EE.UU.) fue absorbida en 1995 por el gigante norteamericano Kimberly-Clark, que cuenta con otros reconocidos como Kleenex y Huggies. Produce sus corros de papel de wáter en Europa y África en la veintena de fábricas que cuenta en el Viejo Continente, de las cuales sólo una se encuentra en el Estado español, y más concretamente, en Salamanca. Scottex también fabrica producto para otras marcas, como es el caso de Alcampo, a quien provee de stock de papel y celulosa.
Otra tradicional al sector es la portuguesa Renova. Los países donde exporta producto son España, Francia y Bélgica, donde tiene oficinas pero no fábricas. La elaboración de su papel higiénico y servilletas se hace en Portugal.
Al final de la crisis económica, las marcas blancas tenían el 70% de la cuota de mercado de papel higiénico
Menos conocidos son los productos de Foxy, hechos en Italia y cada vez con más presencia a los supermercados. Y es que a raíz de la crisis, la marca blanca pasó a monopolizar sectores básicos como la limpieza y productos del hogar, entre ellos el de papel higiénico, de cocina y servilletas. En 2015, las marcas de las grandes cadenas poseían el 70% de la cuota de mercado y desde entonces las empresas del ámbito han tenido que abaratar precios y mejorar la calidad del producto para recuperar y captar los consumidores que ahora sí que están dispuestos a gastar más por una buena marca.