El pasado domingo, el planeta presenció el fin de lo que para muchos expertos, atletas y espectadores han sido los mejores JuegosOlímpicos de la historia. París2024 ha ofrecido, entre competiciones y ceremonias, un total de 745 sesiones que han tenido lugar a lo largo de los 19 días que ha durado el evento deportivo por excelencia. Y es que las cifras ofrecidas por el Comité Olímpico Internacional (COI) hablan por sí solas: los Juegos han alcanzado una audiencia global de 4.000 millones de personas, es decir, el 50% de la población mundial, han contado con 350.000 horas de retransmisión televisiva y han involucrado a un total de 45.000 voluntarios, 20.000 periodistas y 10.500 atletas, a quienes, como dato curioso, se les han servido más de 600.000 platos de comida diariamente en la VillaOlímpica. Así mismo, el final de los Juegos Olímpicos representa el inicio de una profunda reflexión en cuanto a su aspectoeconómico, al suponer un catalizador para el desarrollo urbano de la capital francesa, así como para su proyección internacional y dinamismo económico. Un desafío que hace exactamente 32 años enfrentó, con éxito, la capital catalana.
Los Juegos de París han contado con una audiencia global de 4.000 millones de personas, es decir, el 50% de la población mundial
Los Juegos Olímpicos, una oportunidad "magistral"
“Tanto los Juegos de París como los de Barcelona han sido ediciones que no solo se han creado con el objetivo de celebrar estas jornadas tan importantes a nivel mundial, sino como una excusa para dar lugar a un plan B que pretende dejar un legado en la ciudad y las personas que la habitan o visitan”, apunta a VIA Empresa CheloMorillo, profesora de EAE Business School, quien añade que se trata de unas semanas que se deben aprovechar “de manera magistral”. Por ahora, las proyecciones realizadas por el Comité Organizador de los Juegos cifran en unos 9.000 millones de euros el impacto económico que ha tenido el evento y que tendrá en los próximos 10 años en la ciudad, con el consiguiente crecimiento del 1,1% de la economía francesa. Desglosado, el turismo representará un 30% del impacto económico neto, la construcción un 28% y la organización un 42%.
As we begin the Closing Ceremony, we say "Gracias Pares"! ???
— The Olympic Games (@Olympics) Augusto 11, 2024
A magical city! A magical Olympic Games! ✨#Pares2024#ClosingCeremonypic.twitter.com/xzucuswyq2
Si bien estos datos supondrían una buena noticia para cualquier ciudad del mundo, motivo por el cual, siete años antes de la celebración de los Juegos, ciudades de todo el mundo compiten por convertirse en anfitrionas, no todas han aprovechado la oportunidad. Un ejemplo es el caso de Montreal, que acogió las olimpiadas de 1976 y tardó 30 años en pagar su coste, o el de Atenas, con las cuales Grecia triplicó su deuda estatal. Dos realidades muy lejanas a la capital catalana, que en 1992 se benefició de 18.600 millones de euros de impacto económico: más del doble de lo que proyecta París 2024.
De hecho, tal y como apunta el catedrático de la UPF y economista, Oriol Amat en este artículo, "Barcelona, que era una ciudad de espaldas al mar antes de los Juegos Olímpicos de 1992, es hoy una de las ciudades con mejor frente marítimo del mundo y con una muy alta valoración en los rankings mundiales. Esta realidad permite encarar el futuro gestionando los grandes acontecimientos, buscando los mejores impactos con una perspectiva económica y también social y medioambiental".
El Sena, la Torre Eiffel y el Stade de France: París 2024
Ahora bien, ¿cuáles son los recursos económicos para celebrar un evento de estas dimensiones? París 2024 ha contado con un presupuesto de 4.380 millones de euros, una cifra 2.600 millones inferior a la que contó Barcelona 1992, y que proviene totalmente del sector privado, tal como ha anunciado el Comité Organizador. Según ha detallado el organismo, de los cerca de cuatro mil millones y medio de euros, 1.220 pertenecen a la asignación del COI (750 millones por derechos de transmisión en televisión y 470 millones de patrocinadores mundiales), 1.400 millones repartidos en la venta de entradas, hostelería y licencias, 1.226 de patrocinadores nacionales, 193 millones de otros ingresos y 171 millones de financiación pública (pertenecientes a los Juegos Paralímpicos, donde el sector público sí participa, un 4%).
“Los Juegos Olímpicos deben tener una mirada muy estética y deben mostrar las iconas que representan la ciudad. Barcelona lo hizo con la Sagrada Familia, y París lo ha hecho con la Torre Eiffel o el Río Sena, donde precisamente se celebró la inauguración”, comenta Morillo. En el caso francés, según ha detallado la consejera de la Pequeña y Mediana Empresa, Comercio, Artesanía y Turismo en Francia, OliviaGrégoire, esta puesta en escena pretende mantener en una posición de privilegio a la capital francesa como destino turístico, al cual se sumaría el reto que comenta la profesora de EAE Business School: “Recoger el testigo como centro financiero y de negocios en Europa que la City de Londres dejó al abandonar la Unión Europea”.
La Villa Olímpica como transformación de un distrito urbano: operación Saint-Denis
Así mismo, a París se le presenta el reto de “reorientar y crear una nueva realidad urbana que responda a las necesidades de la ciudad”, tal como apunta Morillo, quien destaca el aprovechamiento de la Villa Olímpica, en Saint-Denis, para transformar este distrito urbano que está previsto que acoja a 6.000 habitantes, con escuelas, comercios y espacios verdes que han nacido con los más de 1.800 árboles plantados en la zona.
“París debe aprovechar la celebración de los Juegos para consagrar la ciudad como un referente internacional en un mundo en que las ciudades tienen un gran rol y poder económico”, precisa la experta, sin olvidarse de la importancia de medir aquellos intangibles que harán a la capital francesa un poco más especial: “La creación de la imagen de marca de la ciudad, un impulso de notoriedad brutal que ha logrado París con estos Juegos Olímpicos”.
Barcelona dispara los viajes a una Francia plagada de estadunidenses
Y es que durante esta primera mitad de agosto ya han comenzado a salir a la luz algunos de los datos que cuantifican este “impulso de notoriedad”. Para comprender un poco más el impacto de París 2024, un “gran éxito”, según ha apuntado el presidente del Comité Organizador, TonyEstanguet, destaca que Barcelona se ha situado entre las cuatro ciudades europeas con más viajeros en tren hacia Francia. De hecho, la app de venta de billetes de tren y bus Trainline ha anunciado el aumento del 62% de los viajeros de Barcelona a Lyon durante las fechas en que se han celebrado las olimpiadas.
Los viajeros de Barcelona a Lyon han crecido un 62% durante estos Juegos Olímpicos
Si bien el trayecto de Lyon a París supera las cuatro horas en coche, cabe destacar que los Juegos tienen lugar en 35 sedes diferentes del territorio francés. A pesar de que la Torre Eiffel haya sido la icono del evento, el Estadio de Lyon, el de Niza, o la Marina de Marsella, que apuntando al Mediterráneo ha acogido las competiciones de vela deportiva, también han sido zonas emblemáticas para París 2024.
Eso sí, centrando la atención en el perfil de espectador, el estadounidense es el que predomina. Según datos facilitados por Visa, los espectadores provenientes de los Estados Unidos habrían sido quienes más gastaron durante el fin de semana inaugural de los Juegos de París, contribuyendo significativamente, junto con los brasileños y los japoneses, al incremento del 26% interanual en las ventas registradas en el pequeño comercio de la capital francesa. El aumento más significativo se ha producido en museos y teatros (+159%), seguido de otros sectores como la alimentación (+42%), restaurantes (+36%), el comercio al por menor (+21%) y el ocio (+18%). Además, el gasto ha crecido, precisamente, en algunas de las sedes mencionadas anteriormente, como Marsella (+38%), aunque los mayores crecimientos fuera de París los han registrado Saint-Étienne (+214%) o Lille (+100%).
Con estos datos y, recordemos, a la espera de unos Juegos Paralímpicos que, tal como ha apuntado Estanguet, prolongarán esta celebración “con el mismo nivel de ambición” entre finales de agosto y principios de septiembre, queda por ver si la Ciudad de la Luz será capaz de transformar el éxito de París 2024 en un legado olímpico a la altura de Barcelona 1992.