Cada día se escuchan más las preocupaciones de muchas empresas en el sentido que no encuentran las personas que necesitan. Es un problema que perjudica mucho y como muestra, este es uno de los grandes riesgos globales que tenemos ahora, según el informe de Análisis de riesgos y tendencias globales 2024, recientemente publicado por el Departamento de Empresa y Competitividad de la Generalitat. A escala global, el informe destaca un aumento significativo en las empresas con problemas de talento, pasando del 55% en 2019 al 75% en 2022. La falta de talento tiene muchas causas, entre las que podemos destacar algunas:
Falta de adecuación entre oferta y demanda de puestos de trabajo: Las transiciones digital y verde están modificando las demandas del mercado laboral y el problema es que el sector educativo no genera los perfiles que el tejido empresarial y social demandan. Recordemos que tenemos un paro juvenil que es de los más elevados del mundo (24,1% en Catalunya, 29,8% en España y 14,5% en la Unión Europea).
Uno de los factores que incide es el abandono escolar y España es el segundo país europeo (el primero es Rumanía) en abandono escolar (13% cuando la de la media UE es el 9,6%), según datos del Ministerio de Trabajo. Y al mismo tiempo, España lidera otro ranking europeo: el de sobrecalificación. Según el Estudio económico de España 2023 de la OCDE, un 34% de los ciudadanos tienen una formación superior a la necesaria para el puesto de trabajo que ocupan, mientras que la media europea se sitúa en el 21%.
Un 34% de los ciudadanos del Estado tienen una formación superior a la necesaria para el puesto de trabajo que ocupan
Entrada de la generación Z al mercado laboral: Esta generación, nacida entre mediados de 1990 y mediados de 2010, se caracteriza por estar criada en un entorno digital, puesto que son personas que destacan por su agilidad tecnológica y capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios. Esto va bien en el entorno actual de revolución tecnológica, pero al mismo tiempo, esta generación da prioridad a un equilibrio saludable entre la vida personal y profesional, impulsando la demanda de flexibilidad y trabajo remoto. A menudo esto provoca falta de compromiso en el trabajo, si no hay las condiciones adecuadas.
Emigración de jóvenes en busca de mejores condiciones laborales y salariales: La falta de talento se agrava por los jóvenes muy preparados que se van a países con salarios más elevados y mejores oportunidades laborales. Exportamos talento muy calificado y, en cambio, una parte importante de las personas que vienen de otros países tienen un nivel menor de formación.
Impacto pandemia: El impacto de la pandemia ha alterado las dinámicas laborales, impulsando el trabajo remoto y aumentando la competencia global para los mejores talentos. Esto ha creado un escenario donde las empresas tienen que competir no solamente con otras organizaciones locales, sino con empresas internacionales que ofrecen condiciones más atractivas. Y para muchas personas, poder teletrabajar buena parte de la jornada laboral es una demanda creciente.
Sindrome de burnout (personas quemadas en la empresa ): Está vinculado al estrés crónico en el ámbito laboral, manifestándose con agotamiento físico y mental; y desconexión emocional. Este síndrome, que se ha agravado a raíz del covid, provoca bajo rendimiento, errores frecuentes, ausencias y mucha rotación en las empresas.
El impacto de la pandemia ha alterado las dinámicas laborales, impulsando el trabajo remoto y aumentando la competencia global para los mejores talentos
En definitiva, la falta de talento es otro de los grandes problemas estructurales que tenemos. Hacen falta actuaciones urgentes con respuestas innovadoras y coordinadas. Esto afecta por supuesto a las personas que no tienen el perfil que las empresas piden; y también al sector educativo, que tiene que revisar y actualizar su oferta de formación, a la Administración y los agentes sociales que tienen que conseguir un marco laboral más atractivo y competitivo; y a las empresas que tienen que ser proactivas en la adopción de nuevas estrategias de recursos humanos para asegurarse de atraer, retener y desarrollar el talento necesario para afrontar con éxito las complejidades del mercado laboral actual. Si todas las partes pulsan el acelerador ganaremos todos. Como dice a menudo Warren Buffett, guru de las inversiones: "La inversión en conocimiento paga los mejores dividendos".