En algunas localidades y comarcas de la demarcación de Lleida , el turismo se ha erigido en la base sobre la cual pivotan otros sectores de la economía y de la ocupación. De hecho, con datos de 2018, Lleida ofrece 252.360 plazas turísticas, lo que representa el 6,4% del global de Catalunya. En este ámbito, el territorio leridano concentra una de cada cuatro plazas de alojamientos rurales. A pesar de las cifras, "Lleida necesita trabajar el concepto de identidad turística". Esta diagnosis se realiza desde la Cátedra de Turismo de Montaña de la Universitat de Lleida (UdL), que en su último estudio subraya que "convertir el patrimoniocultural en un recurso turístico todavía es una asignatura pendiente para estas tierras". El informe, dirigido por el vicerrector de Docencia de la UdL, Paco Garcia, destaca la presencia de recursos naturales turistificados, pero echa de menos visitas a los equipamientos culturales.
Las estaciones de esquí, los parques nacionales o los espacios monumentales, como el románico del Valle de Boí, son algunos de los potenciales que proporciona Lleida al mercado turístico. Esta realidad se complementa con una red de 48 espacios naturales protegidos, que suman casi 130.000 hectáreas. En este aspecto, sobresale el Parque Nacional de Aigüestortes y l'Estany de Sant Maurici, que el 2018 recibió 552.000 visitantes.
La Diputación quiere convertir el territorio en un destino sostenible, escuchando las demandas de las empresas que reclaman abandonar el 'monocultivo'
Un ejemplo del estancamiento del patrimonio cultural leridano se encuentra en las iglesias románicas del Valle de Boí, que desde el año 2000 son Patrimonio Mundial de la Unesco. El año 2018 recibieron 131.721 visitantes, la cifra más baja desde 2015.
Superar el monocultivo
Analizando los datos del Instituto Catalán de Investigación en Patrimonio, se constata que durante el año 2017, todos los enclaves turísticos de Lleida recibieron 576.786 visitantes, un 6,3% más que en el ejercicio anterior. Aún así, la cifra sólo supone captar el 2,3% de los visitantes al patrimonio catalán. Ante este escenario, Paco Garcia asegura que "uno de los principales retos de las instituciones leridanas tiene que ser incrementar este volumen de visitas turísticas a nuestro equipamiento patrimonial".
El turismo a la demarcación presenta una doble cara: por un lado está presente en toda la provincia, pero por la otra tiene un grado alto de concentración espacial y temática, especialmente en las zonas de montaña con estaciones de esquí y los espacios naturales protegidos. De este modo, se configura un monocultivo turístico, basado en el esquí. Por este motivo, desde la Cátedra de la UdL se apuesta por "la desestacionalización y por la incorporación de nuevos productos y destinos que actúen de complemento, facilitando que el atractivo turístico esté activo durante todo el año, lo que acabará beneficiando a la ocupación".
Con esta idea, el Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida quiere convertirla en un destino sostenible con el Plan Estratégico 2019-2022, presentado el pasado mes de diciembre. El objetivo, según destaca el director del Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida, Juli Alegre, "es conseguir ser líderes en turismo interior y de montaña". Para hacerlo posible, el plan potencia cuatro ejes: excelencia, responsabilidad, ecología e innovación.
Certificado Biosphere Destination
A corto plazo, uno de los retos de la marca turística de Lleida es lograr la certificación Biosphere Destination, el que permitiría dar respuesta a una de las demandas de las empresas del sector: calidad y desestacionalización para aumentar los ingresos. Juli Alegre comenta que esta estrategia derivaría en "la diversificación del producto y el equilibrio territorial". El Plan Estratégico se ha dado a conocer como una herramienta a largo plazo, que establece Francia, el Reino Unido y Alemania como los mercados prioritarios para captar visitantes.
Un recorrido navegable ininterrumpido de 50 kilómetros entre Llavorsí y La Pobla de Segur. Esta es una de las novedades que presentó el Patronato de Turismo durante la campaña de deportes de aventura del año pasado. El aumento del trayecto, desde los 15 hasta los 50 kilómetros, es un ejemplo de la apuesta de la entidad por los descensos de aguas bravas alrededor del río Noguera Pallaresa. La iniciativa permite consolidar y segmentar un público vinculado a los deportes de aventura.
El presidente de la Asociación de Deportes de Aventura de Lleida, Florido Dolcet, recuerda que la medida es "una reivindicación histórica del sector turístico y que convertirá el Noguera Pallaresa en uno de los mejores ríos de Europa para practicar el kayak o el rafting en aguas bravas, junto con el Parque Nacional de Aigüestortes y el Llac de Sant Mauricio y el Parque Natural del Alto Pirineu".
La temporada de deportes de aventura del año pasado, que finalizó el mes de octubre, se cerró con 700.000 servicios en Catalunya, 340.000 de los cuales estuvieron en el Pallars Sobirà. Estos datos representan un crecimiento de entre el 3 y el 5%, reforzando la comarca como líder del Estado español en el ámbito de actividades y servicios de deportes de aventura.
En la reciente feria Fitur 2020, celebrada en Madrid, la delegación de Lleida promocionó un turismo basado en el ofrecido de nieve, turismo activo, deportes de aventura, natura y gastronomía. Este cóctel es el primer paso para configurar el patrimonio cultural como un recurso turístico.