Pau Relat, presidente del Consejo de Administración de Fira de Barcelona, insiste en que el éxito de esta institución se basa en “la mirada larga”, alejada del “regate corto”, que le ha permitido recuperar en un tiempo récord la actividad de antes de la pandemia. Desde el día siguiente de la suspensión del Mobile del 2020, se pusieron a trabajar con la idea de volver a las ferias presenciales en cuanto fuera posible. Ahora juegan la Champions League de las ferias europeas. En esta entrevista relata la actividad, los proyectos de infraestructuras y los planes de futuro, así como la dimensión social de Fira de Barcelona. Relat también es CEO de MatHolding y consejero de varias empresas. Esta entrevista está incluida en el libro sobre los 10 años de VIA Empresa.
Fira de Barcelona ha vuelto a los niveles de actividad de antes de la pandemia. ¿Cómo se ha logrado? ¿Qué se ha hecho y cómo se ha hecho?
Hemos aplicado lo que ha sido una de las claves del éxito de esta institución desde su refundación: tener siempre una mirada larga, una perspectiva estratégica de largo recorrido. Nunca hemos perdido de vista hacia donde vamos. Y esto se combina con una capacidad muy potente por parte del equipo ejecutivo. En este sentido, me gusta recordar que un 13 de febrero, el día después de la cancelación de la edición del Mobile del 2020, el equipo de Fira se puso a trabajar para garantizar que, lo antes posible, debíamos que estar en condiciones de poder volver a celebrar eventos presenciales. Empezamos a trabajar desde ese momento para establecer unos protocolos de seguridad con el asesoramiento del Hospital Clínic que nos permitían que, en el momento en que pudiéramos, ser de las primeras organizaciones feriales en volver a los eventos presenciales. Este hecho nos permitió no parar la actividad en ningún momento. Es muy importante para la institución no perder de vista cuál es la misión para la que fue fundada: actuar de motor de la actividad económica y del desarrollo social del territorio. Y lo hacemos a través de los eventos que acogemos y organizamos. De hecho, a finales de 2020, hicimos de motor de la reactivación económica, celebrando eventos en condiciones muy complejas. Esto nos ha permitido recuperar muy rápido los niveles prepandemia.
Los resultados de 2022 se sitúan cerca de los de antes de la pandemia y se ha recuperado la actividad. ¿Fira de Barcelona tiene techo?
El límite es la capacidad de ocupación del espacio disponible. Disponemos del recinto de Gran Via, con 240.000 metros cuadrados, del de Montjuïc y, desde noviembre de 2021, también gestionamos el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB). Como veíamos que estábamos a punto de llegar al límite, y con esta perspectiva de largo recorrido, nos anticipamos y, en diciembre del 2018, se sacó adelante el plan de infraestructuras: supondrá la ampliación del recinto de Gran Via hasta los 300.000 metros cuadrados y la modernización de Montjuïc. Esto tiene como finalidad dar a Fira la capacidad de poder crecer en los eventos que organiza o acoge y captar otros nuevos. Por tanto, el límite es el espacio.
Ya se trabaja en las obras de la ampliación de Gran Vía. ¿Qué previsiones hay?
Los trabajos de derribo empezaron hace unos meses. La idea es que en otoño de 2026 esté acabado el nuevo pabellón, con la intención de empezarlo a utilizar lo antes posible.
¿Y cómo quedará el recinto de Montjuic?
Con el plan de modernización del entorno de Montjuïc, que se encuentra en trámites de planeamiento urbanísticos, se pretende combinar dos cosas: por un lado, un recinto ferial único por su ubicación en medio de la ciudad, con unas connotaciones históricas que vinculan estrechamente ciudadanía y Fira; y por otra parte, hacerlo compatible con usos culturales, sociales y ciudadanos. Éste es el proyecto que en su día se sometió a la consulta vecinal.
¿Estará listo para el año 2029, coincidiendo con el centenario?
La idea es que esté para 2029 para que coincida con el centenario de la Exposición Internacional de Barcelona. Por nuestra parte, haremos todo lo posible para que esté a punto. Pero existen trámites que corresponden a las administraciones.
"Hemos realizado acciones que nos han permitido acentuar este compromiso social de la institución y nos sentimos enormemente satisfechos"
Se ha referido al impacto de Fira en el aspecto económico, ¿pero cuál es el impacto social y para la ciudadanía?
Durante la pandemia se ha puesto en valor la vertiente más social de Fira. Además de estar preparados para poder celebrar eventos presenciales, dedicamos recursos a colaborar en proyectos de ámbito social. Inicialmente, cedimos un pabellón del recinto de Montjuïc por la acogida de personas en situación vulnerable y, en una segunda fase, pusimos a disposición el recinto de Gran Via para montar el Hospital Fira Salut, que afortunadamente no fue necesario abrirlo. Y tercero, y muy relevante, el Departamento de Salud de la Generalitat instaló en el recinto de Montjuïc el mayor centro de vacunación de Catalunya, donde se han administrado más de 1.400.000 dosis. Creo que fue un referente en la gestión de la vacunación y un orgullo de pertenencia a la institución. Muchísima gente te decía “me he ido a vacunar a Fira y ¡todo estaba muy bien gestionado!”. Además, hemos cedido un pabellón para habilitar un centro de acogida de los refugiados ucranianos. Por tanto, creo que últimamente hemos hecho acciones que nos han permitido acentuar este compromiso social de la institución y nos sentimos enormemente satisfechos.
"Estar entre las diez primeras ferias europeas hace que la institución y la marca Fira sea una de las más prestigiadas del país"
Por tanto, ¿la ciudadanía es más consciente ahora de la marca Fira?
Es una de las grandes marcas del país. Lo ha sido históricamente y, en estos últimos años, se ha puesto en valor, no sólo por esta vertiente social durante la pandemia, sino porque en un mundo enormemente complejo, Fira ha sido un espacio de amplios consensos y de una profunda lealtad institucional. Creo que es un modelo de éxito que radica precisamente en esto: en el hecho de que todas las instituciones y agentes implicados han entendido que la misión de la institución de hacer de motor del desarrollo económico y social es mucho más importante que los intereses individuales de cada una de las colectividades que forman parte de ella. Por tanto, es una clara demostración de que cuando hay un interés común y un interés que va en beneficio de la ciudadanía, pues somos capaces de tejer complicidades y llegar a grandes acuerdos y consensos. Creo que esto, en el contexto actual, aún pone más en valor lo que es la marca Fira. También ayudan unos magníficos resultados y una posición de liderazgo, no sólo en el Estado sino en la Europa del Mediterráneo. Estar entre las diez primeras ferias europeas hace que la institución y la marca Fira sea una de las más prestigiadas del país.
¿Fira ha conseguido quedarse al margen de las pugnas políticas entre las instituciones catalanas?
Las instituciones se fundan para realizar una misión y los que tenemos la suerte y el honor de, temporalmente, estar al frente de las mismas tenemos la obligación de trabajar para cumplir esta misión fundacional. Creo que, en esto, Fira ha sido un ejemplo y un referente de como, haciendo las cosas bien hechas, se pueden llegar a consensos y conseguir el éxito. Además, es un ejemplo de colaboración público-privada.
Impacto económico de Fira de Barcelona: 5.000 millones de euros anuales y casi 35.000 puestos de trabajo
¿Qué impacto económico genera?
Realizamos un estudio con la Universidad de Barcelona, precisamente antes de la pandemia, que calculaba un impacto económico de 5.000 millones de euros anuales. Y genera casi 35.000 puestos de trabajo. Por tanto, es un motor de la economía, un dinamizador, en el sentido de que hay toda una serie de sectores que, en el momento en que la maquinaria ferial se pone en marcha, automáticamente se reactivan como ocurrió con la restauración, la hostelería o la movilidad.
Antes se comparaba a menudo Fira de Barcelona con otras ferias, sobre todo con la madrileña Ifema. Ahora ya no se habla de ello. ¿Eso es buena señal?
Fira compite en la Champions League de las ferias europeas. Nuestro trabajo va dirigido hacia aquí. Apuntaba antes que somos la institución ferial de referencia líder del Estado, de la Europa del Mediterráneo y, en el ámbito europeo estamos en el top 10 después de las grandes ferias alemanas. Nuestro propósito es potenciar nuestro posicionamiento como referente internacional en la celebración de grandes eventos de sectores claves para la economía presente y futura. Hacer crecer los salones propios y organizar otros nuevos.
"Nunca he temido por el Mobile"
El principal salón es el Mobile. ¿Llegó a temer en algún momento por su continuidad en Barcelona?
Yo, personalmente, nunca he temido por el Mobile por varias razones: en primer lugar, porque soy un hombre que me guío por el sentido común. Si hacemos un análisis desde la óptica empresarial de la historia del Mobile en Barcelona, había satisfacción por ambos lados. Es un evento que vino a Barcelona con 35.000 visitantes y creció en la ciudad hasta los 109.000 en 2019 yendo juntos. En paralelo, se ha ido creando un legado en torno al Mobile, un ecosistema de startups tecnológicas o la implantación de sedes de empresas. En un contexto de crisis vivida conjuntamente durante los dos años de pandemia, los responsables de GSMA han confiado en nosotros. Ante todo esto, mi sentido común siempre me hizo ser optimista. Desde la óptica empresarial, me metía en su piel y decía “tengo algo que funciona, con un tejido productivo alrededor, con instituciones a nuestro lado”... Esto no quiere decir que el Mobile no sea un evento deseado por las principales ferias del mundo, evidentemente.
De momento hay contrato hasta el 2030 ...
La renovación se ha hecho hasta 2030 con unos mecanismos de renovación automática que hacen que Barcelona, de facto, sea sede permanente del Mobile.
¿Y parece que va a seguir siendo la principal feria?
Por el momento, es la principal feria. Nosotros queremos que el Mobile siga creciendo, pero, en paralelo, queremos que otros salones también crezcan. Por tanto, es posible, como ha ido pasando, que el peso relativo del Mobile sobre la totalidad de la facturación de Fira baje porque otros eventos también irán creciendo. Pero nosotros pretendemos que el Mobile siga siendo una feria de referencia.
¿Qué otros salones pueden experimentar un gran crecimiento?
Pensamos que pueden tener un gran crecimiento salones como el ISE, líder mundial de la industria audiovisual que llegó a Barcelona durante la pandemia, y la feria Seafood, la más importante de productos del mar que ha venido desde Bruselas a Barcelona. Estamos trabajando para atraer en un futuro a otros eventos internacionales.
¿Y se prevén nuevas ferias?
Sí, sí. Básicamente trabajamos con dos grandes ejes. En primer lugar, con salones propios, aquellos que nacen en torno a la demanda de tejidos productivos o de sectores clave para la economía del país. Por tanto, hay una serie de salones históricos y también habrá de nuevos que irán surgiendo. Y en segundo lugar, captamos salones de referencia mundial que tienen la capacidad de dinamizar, crear un ecosistema en torno a sectores que consideramos estratégicos, y que dejarán un legado para estos sectores y para el país.
"Hoy hay una gran competencia entre ciudades, más que entre regiones y países, por tener ferias potentes que dinamicen la economía"
¿Cómo cree que evolucionará el sector ferial?
Durante la pandemia se dijo que las ferias habían muerto y desaparecerían. Desde Fira de Barcelona siempre hemos defendido precisamente lo contrario porque la razón de ser de las ferias es la presencia física de expositores y visitantes. Sin presencialidad, una feria no tiene ningún sentido. El ser humano es social por naturaleza. Por tanto, necesita verse, tocarse, mirarse a los ojos. Nosotros éramos unos firmes convencidos de que, tarde o temprano, la actividad presencial volvería como así se ha demostrado. También pensamos que la pandemia aceleró la posibilidad de interaccionar a distancia durante todo el año con los expositores, visitantes y el ecosistema en torno a los sectores vinculados a las ferias. Creemos que el futuro va hacia la celebración de grandes eventos de referencia mundial, que durarán unos días, pero alrededor de los cuales se generará actividad todo el año. Hoy, existe una gran competencia entre ciudades, más que entre regiones y países, por tener ferias potentes que dinamicen la economía. Y una de las herramientas más importantes de las grandes ciudades para su desarrollo económico y social son las ferias. Por tanto, creo que, para Barcelona, Fira es uno de los elementos clave de su competitividad presente y futura.
¿Y cuáles serían las grandes ciudades competidores en estos momentos?
Las referencias, desde un punto de vista ferial, son las ferias alemanas. Si volvemos a lo que decía al principio, que la misión de las ferias es hacer de motor de la economía y del desarrollo, el tejido productivo de la pequeña y mediana empresa alemana es muy potente. También gracias a que las ferias han ayudado en los procesos de transformación, crecimiento e internacionalización. Por tanto, los grandes referentes son ferias alemanas y nuestro objetivo es estar a su altura.
En 2021 integraron el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona. ¿Qué se espera de este centro?
Estamos muy contentos porque la incorporación del CCIB nos permite hacer una gestión estratégica de los tres grandes recintos feriales de la ciudad. Cada uno de ellos con formato y objetivos distintos. Esto nos permite diseñar una estrategia en materia de ferias y congresos de forma conjunta e integral. Ha sido un proceso de integración modélico con el que el equipo del CCIB, con sus peculiaridades, se ha incorporado perfectamente a la dinámica de funcionamiento de Fira.
¿Y también se mantendrá la acción en el exterior?
Mantenemos la presencia en otros países. Para Fira es muy importante que se puedan visualizar los salones propios en el exterior, traer visitantes o expositores y captar otros que, a posteriori, acaben viniendo a Barcelona. Salones como Alimentaria o Smart City Expo son referentes mundiales hoy en sus sectores de actividad. Y son muchas las ciudades del mundo que nos piden que celebremos los acontecimientos allí. Por tanto, seguiremos y potenciaremos esta actividad internacional.
"Estas ganas de preservar la misión de Fira debe ser un ejemplo de como deben gestionarse las diferentes instituciones clave de este país"
¿Qué quiere subrayar de lo que ha dicho?
Destaco siempre lo mismo: la importancia de la misión de la institución, de esa mirada larga, transformacional, que va mucho más allá de quien esté al frente de la institución en un momento determinado. Se piensa en cuál es el legado que la institución puede dejar para el país a 15 o 20 años vista. En este sentido, estamos enfocados en impulsar grandes proyectos de infraestructuras, y en acoger y organizar salones que duren muchos años. No es regate corto. Creo en la colaboración público-privada, en este modelo de gobernanza de titularidad pública pero de gestión absolutamente privada, con un Consejo de Administración nombrado por los accionistas y que está formado por empresarios y directivos independientes, hecho que permite gestionar con esta mirada larga. Este Consejo es el responsable de nombrar a un comité ejecutivo, que es el que gestiona con excelencia y que es uno de los elementos diferenciales de esta institución. Alrededor de Fira ha habido siempre amplios consensos y una profunda lealtad institucional. Un ejemplo muy claro: el 19 de febrero de 2019, en un contexto político complejo, todas las instituciones que forman la sociedad Fira 2000 –Generalitat, Ajuntament de Barcelona y de L'Hospitalet, Àrea Metropolitana, Diputació de Barcelona y Cambra de Comerç de Barcelona– se pusieron de acuerdo para firmar la ampliación del recinto Gran Via y la modernización del de Montjuïc. Esta lealtad institucional, estas ganas de preservar la misión de Fira debe ser un ejemplo de como deben gestionarse las diferentes instituciones clave de este país. Y es muy importante preservarlo.