
La semana que viene tendrá lugar una nueva edición de la Global Money Week, la campaña anual impulsada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que desde 2012 nos invita a dedicar la semana a la reflexión y concienciación sobre la importancia de la educación financiera a los jóvenes bajo el título Learn. Save. Earn. En pleno auge de los llamados finfluencers, la edición de este año lleva por lema “Think before you follow, wise money tomorrow”, una clara apelación sobre los riesgos ante los cantos de sirena de los falsos expertos que proliferan en las redes sociales.
La educación financiera es el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos que permiten a las personas gestionar mejor su dinero y alcanzar sus objetivos. Hay que tener en cuenta que el bienestar personal se fundamenta principalmente en tres pilares: el bienestar emocional, el bienestar físico y el bienestar financiero, este último entendido como la situación en la cual nuestra situación financiera no condiciona ninguno de los otros dos pilares.
La última ola del Informe Pisa sirvió para confirmar la necesidad de reforzar -también- la educación en este ámbito, ya que los resultados de los estudiantes españoles evidenciaron un nivel de competencias financieras inferior al de la media de la OCDE, y lejos del de países punteros como Bélgica o Dinamarca. Entre los conceptos “en proceso de logro” destaca la capacidad de hacer una interpretación sencilla de una factura o nómina (40% de los estudiantes no sabe hacerlo), o entender qué es el rendimiento de una inversión o un tipo de interés.
El bienestar personal se fundamenta principalmente en tres pilares: el bienestar emocional, el bienestar físico y el bienestar financiero
A pesar de ello, la inversión se ha convertido en un hábito cada vez más frecuente entre los jóvenes. Las plataformas digitales y aplicaciones, así como el auge de activos alternativos como las criptomonedas han propiciado un acceso cada vez más fácil. No obstante, uno de los aspectos clave previo a la inversión es la planificación financiera personal, que implica definir metas personales (pagar los estudios, emanciparse, formar una familia) y la consiguiente traducción en objetivo financiero a alcanzar en un horizonte temporal determinado. Este proceso permite dotar a la inversión de una coherencia en el marco de una planificación financiera integral posterior al análisis de cuáles son nuestros ingresos, gastos, activos, deudas y capacidad de ahorro que se pueda dedicar a la inversión.
Algunos de los aspectos clave a tener en cuenta son:
1. Considerar el ahorro como un gasto fijo más, igual que lo pueden ser un alquiler, una hipoteca o la alimentación. Esta aproximación es básica para generar un hábito ahorrador y asegurar que se contribuye a construir un colchón financiero antes de asumir gastos menos esenciales.
2. Definir bien nuestro perfil de inversor. Generalmente se pueden clasificar en: conservador, moderado, equilibrado, dinámico y arriesgado. Los principales factores que se tienen en cuenta en la definición del perfil son: el % de renta variable, la volatilidad, el horizonte temporal, los conocimientos y la situación financiera.
3. Conocer los diferentes tipos de activos a disposición para la inversión, como: la renta fija, la renta variable, las divisas, las criptomonedas, las commodities y el private equity. Uno de los aspectos importantes es entender los atributos que cada activo puede aportar a una cartera (seguridad, renta, revalorización, diversificación...).
4. Entender los diferentes instrumentos de inversión disponibles a través de los cuales podemos vehicular la inversión como las acciones, los bonos, los ETF’s, fondos de inversión, las notas estructuradas...
5. Tener en cuenta el impacto fiscal que tiene cada instrumento de inversión. La diferente fiscalidad que pueden tener los fondos de inversión o la inversión en startups respecto a otros instrumentos como las acciones, los bonos o los ETF’s es un aspecto clave que condiciona la estrategia inversora.
Los jóvenes que más invierten en criptomonedas son aquellos que más han invertido en apuestas deportivas
6. Las criptomonedas han emergido como un activo atractivo. Ya han trascendido casos de estafas piramidales vinculadas a este tipo de activo. El fenómeno de los meme coins ha contribuido a hacer emerger una diversidad de criptodivisas que se calcula que puede situarse por encima de las 10.000 criptodivisas, la estimación a medio plazo es que puedan acabar quedando entre 50 y 100. Algunos análisis ya alertan de los elementos comunes en materias como la gamificación entre los portales de criptomonedas y los de apuestas deportivas, así como de la coincidencia de perfil de jóvenes a quienes están dirigidos. De hecho, algunos estudios apuntan que los jóvenes que más invierten en criptomonedas son aquellos que más han invertido en apuestas deportivas.
7. Recurrir a fuentes de información fiables y dejarse asesorar por profesionales.
8. La estrategia de construcción de la cartera de inversión es clave. Algunos estudios demuestran que cerca del 80% de la rentabilidad proviene de la sistemática de creación de una cartera (¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué manera?) y no por el producto.
Las finanzas personales tienen un papel esencial para garantizar el bienestar económico y general de las personas
Estas son algunas de las principales lecciones que ofreció el panel de expertos formado por Ferran Teixes (director de la Barcelona Finance School), Begoña Castro (experta en banca privada y asesoramiento financiero, y presidenta del Grupo de Asesoramiento en Inversiones Financieras del CEC) y Pol Font (CEO de Addenda Capital y presidente de EconomistesBAN) sobre jóvenes e inversión que acogió el Col·legi d’Economistes de Catalunya recientemente, liderado por la Comisión de Jóvenes Economistas.
En conclusión, las finanzas personales tienen un papel esencial para garantizar el bienestar económico y general de las personas. Una buena educación financiera es clave para tomar decisiones informadas, saber orientar la gestión de los recursos propios hacia la consecución de metas personales y mitigar la erosión del poder adquisitivo. Ojalá la Global Money Week de este año ayude a dar a la educación financiera la relevancia que merece y contribuya a transformarla en un conocimiento fundamental, y no en una asignatura pendiente.