El PIB español ha aumentado durante el tercer trimestre del año un 0,4%. El crecimiento se ha mantenido durante los meses de vacaciones al mismo ritmo que en el trimestre anterior gracias a la mejora del consumo y las inversiones durante los meses de verano. De este modo, el producto interior bruto continúa avanzando al menor ritmo de los últimos tres años, según los datos que ha avanzado el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Entre julio y septiembre, el gasto en consumo ha subido un 1%, nueve décimas más que en el segundo trimestre. Destaca especialmente el consumo de los hogares, con un incremento de un 1,1%, el mayor crecimiento desde el primer trimestre de 2017. El gasto público también ha registrado una mejora, de un 0,9%. En cuanto a las inversiones, se han disparado las de maquinaria, bienes de equipo y sistemas de armamento, un 7%. En el segundo trimestre, éstas bajaron un 1,7%. En cambio, la inversión en vivienda ha sido negativa durante el tercer trimestre, con un descenso del 2,6%.
Las exportaciones también han disminuido un 0,8%, mientras que entre abril y junio había aumentado un 1,7% en tasa interanual. Las importaciones, en cambio, han acelerado su crecimiento hasta el 1,3%. En comparación al tercer trimestre de 2018, el PIB ha crecido un 2%. Los datos suponen que la economía del Estado español encadena 23 trimestres consecutivos al alza en tasa interanual.
Por debajo del objetivo
Pese a las buenas cifras, el crecimiento no llega al objetivo que se había fijado el Gobierno español para este año, del 2,1%. El propio ejecutivo rebajó las previsiones en el borrador de presupuesto que hizo llegar a Bruselas. De este 2% de aumento, la demanda nacional es responsable del 1,8%, mientras que sólo dos décimas responden a la demanda externa, ocho menos que en el trimestre anterior.
En cuanto a puestos de trabajo a tiempo completo, los datos del INE muestran un aumento del 0,1% en comparación al trimestre pasado, mientras que en tasa interanual el avance ha sido de un 1,8%. Esto supone que la ocupación crece al menor ritmo de los últimos cinco años, periodo en el que se ha recuperado de los principales efectos de la crisis. Los sectores de la construcción y servicios moderaron su crecimiento interanual en ocupación y aumentaron un 2,2% y un 1,9% respectivamente. La industria ha registrado un avance del 2,6% y la agricultura ha destruido puestos de trabajo, con un retroceso de un 1,7%.