Desde principios de año y hasta el mes de octubre, el tráfico de contenedores en el Port de Barcelona ha alcanzado la cifra de 53,3 millones de toneladas. Este número representa una caída de un 10,5% en comparación con el mismo periodo de 2022. Desde el equipamiento atribuyen el descenso a la caída de los tráficos ya la desaceleración de los intercambios comerciales en todo el mundo. A pesar de este escenario, los sólidos a granel, los nuevos automóviles y los pasajeros presentan un buen comportamiento. Los sólidos a granel han sumado 4 millones de toneladas, un 9% más, gracias a los buenos resultados de los cereales y harinas, cemento y clinker, sal común y haba de soja, mientras que el tráfico de vehículos ya ha superado todos los del 2022, con 653.285 unidades.
Todas las operaciones de vehículos -importación, exportación y tráfico- muestran crecimientos importantes, impulsando el incremento de este tráfico hasta un destacado 48%, según el Port de Barcelona. Por su parte, los líquidos a granel retrocedieron un 13,5% por los resultados negativos que presentan los hidrocarburos, pero el buen resultado de los productos químicos (23,1%) y de los aceites y grasas (2,4%) han dejado otros líquidos en las mismas cifras de 2022.
En cuanto al tráfico de viajes, también presentó un crecimiento sostenido durante los diez primeros meses, con 4,7 millones de pasajeros, un 35,2% más. Aumentaron fuerza los tráficos con los puertos italianos y del Norte de África, con un 26,4% y un 45,2%, respectivamente, mientras que los pasajeros con las Islas Baleares se mantuvieron estables, con un 1,3 %. Los cruceros alcanzaron 3,1 millones de pasajeros durante este periodo, frente a los 2,03 millones del mismo período del año pasado.
El Port de Barcelona ha estrenado una nueva ruta ferroviaria directa para transportar mercancías desde la terminal BEST hasta Toulouse y Lyon. La novedad del itinerario, el primero de estas características en el Estado, es que puede atravesar la frontera sin ningún tipo de transbordo o cambio de locomotora. "Hemos llegado aquí después de muchos obstáculos logísticos y operativos", describe Lluís Salvadó. El presidente del Port celebra "el salto competitivo y el paso adelante por la descarbonización" que representa la activación de la ruta ferroviaria. Los convoyes tendrán una longitud de 750 metros y el objetivo es sacar 800 camiones, cada semana, de las carreteras. En clave de sostenibilidad, Salvadó afirma que el movimiento ferroviario reducirá un 10% las emisiones de CO2 en el recinto portuario. Semanalmente, habrá cuatro rutas de ida y vuelta entre Barcelona y Francia, tres en Toulouse y una en Lyon.