El tráfico en el Puerto de Barcelona, entre enero y abril, ha caído un 11,4% en comparación con el mismo periodo del año pasado, hasta los 20,7 millones de toneladas. El equipamiento justifica los resultados por la contracción de los intercambios comerciales que se están produciendo en todo el mundo y que se reflejan en el conjunto de puertos de la región.
En la misma línea, el tráfico de contenedores fue un 13% inferior, hasta los 1.025.318 TEU. Los contenedores llenos de importación (-8,7%), de exportación (-10,5%) y de tráfico (-26,8%) retroceden respecto a 2022. El tráfico de líquidos se recuperó durante el mes de abril gracias al gas, con 1,1% más respecto a las 14.584 toneladas del pasado año y tras el descenso del 46,6% en enero, cuando dejaron de llegar barcos porque los depósitos ya estaban llenos.
Según el Port de Barcelona, también subió el tráfico de productos químicos (92.839 toneladas) y, en menor medida, el de aceites y grasas, así como el de abonos. También secaron parte del descenso, productos como el gasoil, el fuel o los biocombustibles, a pesar de seguir en cifras inferiores a las de 2022. Por otra parte, el tráfico de automóviles continúa con la tendencia al alza de los últimos meses, con un aumento del 88,8% en comparación con el pasado año, hasta las 266.789 unidades hasta abril. A pesar de aumentar en todas las modalidades, el desembarco y tráfico son las operaciones que más aumentan, con incrementos cercanos al 200% interanual.