El Port de Barcelona ha cerrado el balance del año 2023 con una cifra de negocio de 189 millones de euros (+4,4%). Este incremento viene dado, principalmente, por la finalización del plan especial que el equipamiento puso en marcha para minimizar los efectos de la pandemia. También el año pasado, el Port registró unas ganancias de 50 millones, un 20% menos que el 2022. Desde el equipamiento se explica la situación por el incremento de gastos de mantenimiento y de personal, junto con el contexto internacional. El endeudamiento bancario se ha reducido en 18 millones de euros y se sitúa en 124 millones, con una ratio sobre los fondos propios de la Autoridad Portuaria del 8%.
Este dato, junto con un cash flow operativo de 101 millones de euros y un saldo de tesorería de 325 millones de euros, garantizan al Port de Barcelona la robustez financiera suficiente para hacer "un importante salto cualitativo en el esfuerzo inversor para dar respuesta a las necesidades operativas de presente y de futuro de la Comunidad Portuaria", explica Lluís Salvadó, presidente del Port de Barcelona. Los datos económicos "nos protegen de los efectos derivados del entorno macroeconómico y geopolítico de estos últimos meses y nos sitúan en una posición inmejorable para entomar los grandes proyectos a los cuales el Port se enfrenta en los próximos años y que sin duda, requerirán de importantes acciones políticas y financieras", ha remarcado Miriam Alaminos, subdirectora general y responsable financiera del Port de Barcelona.
Alaminos recuerda que "el Port de Barcelona se mantiene como el principal contribuyente" al sistema general de puertos del Estado mediante los diferentes instrumentos de solidaridad que prevé la Ley de Puertos. Respecto del tráfico de mercancías, el Port de Barcelona ha movido 64 millones de toneladas durante el último año, registrando un descenso del 9,8% "fruto de un contexto internacional complejo, con un número de conflictos geopolíticos en aumento, baja demanda a escala europea y un enfriamiento importante de las exportaciones, así como una comparativa con el año 2022 en qué batimos el récord de tráfico", apunta José Alberto Carbonell, director general de la institución. China, Estados Unidos y Turquía son los principales socios comerciales del Port de Barcelona en cuanto al comercio de mercancías en contenedor, con cuotas de mercado que suman el 26,7% el 5,8% y el 4,9%, respectivamente. Muy diferente ha sido el comportamiento de los automóviles, uno de los tráficos con más valor añadido, que han experimentado un notable crecimiento del 33,7%, sumando 790.000 unidades.
Este incremento se extiende a exportaciones, tráficos, cabotaje y, sobre todo, importaciones, que han batido el récord con 246.000 unidades y un incremento del 54%, superando en un 16% el anterior récord logrado el 2017 (238.723 unidades). Este hecho ha sido posible al consolidarse una tendencia que empezó en 2022: el Port de Barcelona es el principal hub de entrada de los vehículos eléctricos fabricados en China para el sur de Europa y el Mediterráneo.
Recientemente, en otro orden, el Port de Barcelona ha dado a conocer que durante el 2023 llevó a cabo casi 200 operaciones de suministro de gas natural licuado a barcos, es decir, 143.000 metros cúbicos. La cifra del año pasado duplica los registros del 2021 (65.000 m3). Desde el equipamiento no se ha contextualizado el balance del 2022, precisamente por el estallido del conflicto bélico en Europa del Este. Para llevar a cabo el suministro del GNL (gas natural licuado), desde hace un año, Barcelona acoge un barco de abastecimiento, de forma permanente, creado a partir de la colaboración entre Enagás y el armador noruego Knutsen. Con unos 90 metros de eslora, el barco tiene una capacidad para almacenar 5.000 metros cúbicos de gas natural licuado.