La semana pasada nos centramos en las cabeceras que se editan en Catalunya y prometimos que hoy saltaríamos a Madrid. Allí nos encontramos con unas cifras bastante más generosas en cuanto a lectores, pero igualmente en caída libre desde los mejores tiempos del periodismo de papel. El líder estatal -excluidos diarios deportivos- es El País, fundado en 1976, y que ya está por debajo del millón de lectores diarios. Su creación se forjó a finales del franquismo y el ministro Manuel Fraga Iribarne tuvo un papel clave. A pesar de salir de las entrañas del régimen y tener como primer director e ideólogo principal el hijo de un falangista (el padre de Juan Luis Cebrián Echarri era Vicente Cebrián Carabias, director del diario Arriba, de la agencia Pyresa, secretario general de la Prensa del Movimiento), consiguió posicionarse como cabecera demócrata y próxima al PSOE, además de ser referencia de modernidad durante los años ochenta. Bien pronto, Jesús de Polanco Gutiérrez cogió el timón del diario y lo acabaría transformando en el barco insignia de su grupo, Prisa. Los tiempos de gloria de El País como diario más respetado del Estado duraron hasta muy entrado el siglo XXI, pero a partir del entonces se vio arrastrado por la crisis del sector, que afectó con especial intensidad a su principal accionista, Prisa, un holding que se encontraba fuertemente endeudado cuando llegó la crisis financiera. Hoy en día, El País continúa en manos de Prisa, pero es el holding quién ha cambiado de manos porque ahora su máximo accionista es el fondo de inversión Amber Capital, que tiene un 30% del capital. El responsable del fondo es Joseph Oughourlian, un franco-armenio residente en Londres que inició la carrera por cuenta propia en el 2001, después de acumular experiencia en Société Générale, y que ahora gestiona un patrimonio de unos 1.500 millones de euros. Detrás de él, y con un 10% del capital, hay la multinacional francesa Vivendi, y a continuación Telefónica con un 9%. El cuarto máximo accionista es Rucandio SA (sociedad patrimonial de la familia Polanco) con un 7,5%, seguido de la familia Al Thani (emirato catarí) con poco más del 5%. A un nivel parecido hay GHO Networks (grupo mexicano) y un poco por debajo del 5%, el Banco Santander. El bloque de grandes accionistas lo cierran los magnates mexicanos Carlos Slim Helu (4,3%) y Carlos Fernández González (4%). El año 2021 el grupo Prisa tuvo unas pérdidas superiores a los 100 millones de euros, con una facturación de 740 millones.
El segundo diario estatal por lectores es El Mundo, que fue fundado en 1989 por Alfonso de Salas Castellano, Pedro José Ramírez Codina (más conocido como Pedro Jota), Balbino Fraga y Juan González. En el año 2003, un 30% del capital pasó a manos del grupo italiano RCS después de que la sociedad Recoletos (perteneciente a Telefónica) se deshiciera de este paquete. Más tarde, los italianos acabaron adquiriendo la totalidad del capital de Unidad Editorial, que es la empresa editora. El grupo italiano RCS Media Group fue fundado por Angelo Rizzoli y hoy en día tiene como máximo accionista al grupo Cairo Communication, de Urbano Roberto Cairo (que también es el propietario del Torino FC). Este empresario italiano es un discípulo de Silvio Berlusconi, formado en las filas de Fininvest. Las siglas RCS quieren decir "Rizzoli- Corriere de la Sera", porque el prestigioso diario italiano también forma parte del grupo. La empresa Unidad Editorial (que también tiene el diario financiero Expansión) consiguió unas ventas de 217 millones de euros el 2021, cuando en el año antes de la pandemia, el 2019, había llegado a los 295 millones. Según la misma empresa, el diario El Mundo dispone de 80.000 subscriptores de la versión digital. En cuanto al papel, es el número dos del ranking estatal, pero su medio millón de lectores queda a mucha distancia del líder, El País.
Otro diario histórico de la capital del Estado es la ABC, que históricamente ha tenido un perfil monárquico muy destacado. En el año 2002, la empresa editora de esta cabecera -Prensa Española- se fusionó con el Grupo Correo, y de allá nació Vocento, el actual líder absoluto de la prensa generalista en papel, con su millón y medio de lectores diarios. Por un lado, Prensa Española tenía como principales activos las cabeceras de Madrid y de Sevilla del diario ABC (propiedad de la familia Luca de Tena), mientras que por la otra, Correo era el conglomerado que unía los diversos diarios de la familia Ybarra. El consejo de administración de la empresa fusionada se llenó de apellidos de las élites vizcaína y madrileña, como Ybarra y Churruca, Bergareche, Luca de Tena, Fernández Cuesta, Urrutia, etc. El diario ABC es el cuarto del ranking estatal, justo detrás de La Vanguardia, frotando los cuatrocientos mil lectores. Pero Vocento tiene mucho más: es una verdadera constelación de diarios de mucha implantación local, como El Correo , Diario Vasco, Ideal, Comercio, Diario Montañés, etc, hasta configurarse, como decíamos, como el líder del segmento que estamos analizando. En el año 2021 cerró con una facturación ligeramente por encima de los 350 millones de euros y un beneficio bruto de unos 27 millones. Por cierto, en 1998 el diario ABC sufrió una escisión, cuando su emblemático director, Luis María Anson Oliart, se fue del diario para fundar La Razón, que acontecería un rival directo del diario monárquico con el apoyo primero del Grupo Zeta y después del grupo Planeta de la familia Lara. A pesar de que las cifras de lectores de La Razón están muy lejos de las del ABC, sus 167.000 lectores le permiten mantenerse en el top-ten del ranking.
Con el modelo de suscripciones, los diarios están siguiendo el camino inverso al que recorrieron todos los diarios ahora hace un cuarto de siglo
Fuera de los grandes grupos de comunicación y de las dos grandes capitales de la prensa, todavía quedan un buen puñado de diarios con mucha tradición en sus territorios naturales, es el caso de La Voz de Galicia (Corporación Voz y quinto diario estatal), Heraldo de Aragón (familia Yarza, noveno en el ranking) o Diario de Navarra (Grupo La Información).
En todo caso, ante la caída imparable de las ventas en papel, la gran mayoría de los grupos editoriales están mirando de hacer rentable las ediciones digitales a partir de la figura del subscriptor, que puede acceder a todos o a una parte exclusiva de los contenidos por un coste mensual en principio asumible. Es el camino inverso al que recorrieron todos los diarios ahora hace un cuarto de siglo, cuando ofrecieron todos sus contenidos de manera gratuita en internet, sin saber muy bien donde se metían.