Entre medios de los ochenta y comienzos de los noventa fácilmente podemos contabilizar ocho diarios en papel en Barcelona (La Vanguardia, El Periódico, Avui, El Correo Catalán, Noticiero Universal, Diario de Barcelona, Claro y Las Noticias) y ocho más a Madrid (El País, ABC, Ya, El Mundo, El Sol, El Independiente, Diario 16 i El Alcázar), todo esto sin contar cabeceras deportivas y publicaciones gratuitas. Una situación que contrasta con el panorama actual, donde los pocos diarios que resisten ven caer sus ventas año tras año. Sin ánimo de entrar al por menor de las causas de una situación tan manifiestamente decadente (ya sabemos, la irrupción de internet, las sucesivas crisis, la carencia de calidad del producto, etc.), lo que nos interesa aquí es analizar quién son los propietarios de los medios que todavía podemos encontrar cada día en los escasos quioscos que continúan abiertos.
Si empezamos por Barcelona, encontramos la histórica Vanguardia, que se aproxima despacio hacia el siglo y medio de vida. Desde sus inicios ha sido controlada por la familia Godó, que previamente había hecho fortuna en el sector textil. Hoy en día, la cabecera está integrada en el Grupo Godó, holding familiar que agrupa las diversas participadas de la familia. El paquete que forman el diario y la empresa de publicidad factura unos 70 millones de euros y no parece que obtengan beneficios, sino más bien lo contrario. Donde mejor resultados obtiene el conglomerado de comunicación es, sin duda, en el segmento de radiodifusión, que tiene a RAC1 como emisora emblemática. En el año 2021 La Vanguardia se mantenía en el tercer lugar del ranking estatal de lectores de prensa generalista, con una media ligeramente por debajo del medio millón de lectores diarios.
Si La Vanguardia había sido referente del pensamiento conservador en el país, las izquierdas tenían durante décadas a El Periódico de Catalunya como cabecera a seguir
Si La Vanguardia había sido referente del pensamiento conservador en el país, las izquierdas tenían durante décadas a El Periódico de Catalunya como cabecera a seguir. Su perfil catalanista moderado se fue desvaneciendo progresivamente durante el "procés", hasta acontecer un diario notoriamente anticatalanista, con un zenit coincidiendo con los atentados del 17 de agosto del 2017, donde su director, Enric Hernández Llorente, llevó a El Periódico a las cuotas más bajas de la dignidad periodística. En la decadencia del grupo Zeta desde la muerte de su fundador, Antonio Asensio Pizarro en 2001, se le añadió la crisis de la prensa en papel provocada por la irrupción de internet y también por las sucesivas crisis económicas del presente siglo. Todo ello desembocó en la adquisición del grupo Zeta por parte de Prensa Ibérica poco antes de la pandemia, cuando el holding de los Asensio todavía controlaba El Periódico de Catalunya, El Periódico de Aragón, El Periódico de Extremadura, La Crónica de Badajoz, Córdoba, Mediterráneo, Sport y La Grada . Años atrás había sido mucho más potente, con publicaciones como Interviu, El Jueves, Tiempo y, incluso, con un canal de televisión, Antena3. La transacción se cerró en unos diez millones de euros, una cifra muy reducida que respondió a las constantes pérdidas del grupo, que el último ejercicio antes del cambio de manos se ensartaron hasta los ocho millones y medio de euros. Los nuevos amos del grupo Zeta son, como decíamos, Prensa Ibérica, una firma de origen aragonés, pero que ahora tiene sede en Catalunya. Su fundador (1978) y actual propietario es Francisco Javier Moll de Miguel, un abogado de Zaragoza que había hecho carrera en varias entidades bancarias de renombre (Atlántico, Garriga-Nogués) antes de lanzarse al mundo editorial. La compra seminal de La Provincia y Diario de Las Palmas, los dos en Canarias, fue continuada con la adquisición de un puñado de cabeceras regionales, entre las cuales destacaban Faro de Vigo y La Nueva España, que acabaron configurando un enjambre de diarios locales repartidos por la geografía española. La entrada en Catalunya se produjo en 1996, con la compra del Diario de Girona. La apuesta por Zeta coincidiendo con la pandemia, han llevado a Prensa Ibérica a un escenario de pérdidas considerables, que en el 2020 superaban los 30 millones de euros. Además, todo ello mezclado con la salida al mercado de una nueva cabecera clónica de El Periódico de Catalunya, pero en Madrid, bajo la denominación de El Periódico de España. Precisamente El Periódico de Catalunya se sitúa en el séptimo lugar estatal en cuanto a número de lectores diarios, con una cifra próxima a los 250.000.
En la actualidad, Prensa Ibérica dispone de un paquete de diarios que lo colocan como uno de los grandes grupos de prensa escrita del Estado. Los diarios que controla en Catalunya -al margen de los adquiridos con Zeta- son el Diari de Girona (antiguo Los Sitios) y el Regió 7, de Manresa. Fuera tienen La Provincia (de Las Palmas), La Nueva España (líder en Asturias), Levante, Información, El Faro de Vigo, Diario de Córdoba, La Opinión de Murcia, La Opinión de Zamora, Diario de Ibiza, Diario de Mallorca, El Día, La Crónica de Badajoz, La Opinión Málaga, La Opinión de A Coruña, Mediterráneo y Superdeporte . Todos ellos proyectan a Prensa Ibérica en el segundo lugar del ranking de prensa generalista diaria, con más de un millón de lectores, solo por el detrás de Vocento, de quien hablaremos más adelante.
Otra transacción en el marco del sector editorial realizada poco antes de la pandemia es la que permitió que Joan Vall Clara cogiera la propiedad de Hermes Comunicaciones, SA, la empresa editora de El Punt Avui. El anterior propietario, Joaquim Vall Perpinyà le vendió las tres cuartas partes del capital que poseía, mientras que el resto continúa en manos de trabajadores del diario. Además, Joan Vall es también el primer ejecutivo de la empresa editora. Las ventas del grupo superan los 10,5 millones de euros anuales, pero se encuentran -como todo el sector- en una tendencia a la baja muy destacable. Como su nombre indica, El Punt Avui es la fusión de dos cabeceras: por un lado, El Punt, originario de Girona y fundado en 1979 por el activista de origen luso-extremeño Just Manuel Casero Madrid y por Josep "Pius" Pujadas Lladó; por la otra, el diario Avui , creado en 1976 con la voluntad de cerrar un paréntesis de treinta y siete años sin prensa en catalán. El núcleo fundador estaba formado por los abogados Josep Espar Ticó y Jaume Vilalta González, por el notario Josep Maria Monte Salellas y por el empresario papelero Enric Cirici Delgado, todos ellos activistas de la cultura catalana. Cuando la crisis del diario Avui lo hizo insostenible, hacia el 2004, los dos grandes grupos locales de prensa y medios, Planeta y Godó, salieron a su rescate. En 2009 se desprendieron, traspasando su propiedad a Hermes Comunicaciones (propietarios de El Punt) por unos tres millones de euros. En la actualidad, el número medio de lectores diarios de esta cabecera queda muy cerca de los 100.000, una cifra que les permite situarse entre los veinte diarios estatales más leídos entre la prensa generalista.
Para no ser menos, el diario Ara también ha tenido cambios accionariales en tiempos prepandémicos. En este caso, uno de los accionistas de referencia desde el inicio del proyecto, la familia Carulla, vendieron su participación del 28% del capital a otro de los accionistas principales, Ferran Rodés Vilà, que ya acumula un 68%. El segundo titular de acciones del diario es el empresario de consultoría Víctor Font Manté, con un 23%, mientras que los minoritarios son la productora Minoría Absoluta (controlada por Toni Soler Guasch) con un 3% y algunos de los periodistas estrella del diario, como Antoni Bassas Onieva, Xavier Bosch Sancho o Albert Om Ferrer, que se reparten un paquete del 6%. La facturación del diario es, como en todos los otros casos, también decreciente y se sitúa por debajo de los 12 millones de euros, con unas pérdidas que superan el millón de euros anuales. La cifra de lectores diarios se sitúa en los 75.000, cosa que le permite ocupar el vigesimoséptimo lugar del ranking estatal.
La próxima semana saltaremos a Madrid y al resto del Estado para ver cómo funciona allá el mercado, pero ya podemos avanzar que la situación de declive es más o menos como la de aquí.