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Presupuesto militar: ¿qué hace quién?

Desde la Segunda Guerra Mundial, es la primera vez que Europa ve las orejas al lobo; los gastos no son para hacer la guerra, sino para practicar la disuasión

Cada país europeo adoptará sus medidas para incrementar la partida militar | iStock
Cada país europeo adoptará sus medidas para incrementar la partida militar | iStock
Xavier Roig VIA Empresa
Ingeniero y escritor
10 de Abril de 2025
Act. 10 de Abril de 2025

El gasto militar ya ha comenzado su recorrido y nos vemos presionados por las demandas de la OTANComo he comentado en algún artículo, la aparición del presidente Trump también tiene aspectos positivos, ya que dice las cosas tal como son. Y la disimulación implantada por lo políticamente correcto se ve sorprendida ante tanta honestidad -aunque sea grosera y a menudo falsa-. El caso es que, como viene siendo habitual, España ha vivido y, de hecho, vive, de la limosna -nosotros lo llamamos solidaridad-, pero resulta que la OTAN ha dicho que uno de los socios (en concreto, Estados Unidos) ya estaba cansado de pagar la fiesta de los demás. En general, en materia de seguridad, a consecuencia de la barbaridad que significó la Segunda Guerra Mundial -que, por cierto, no la iniciaron los americanos-, Europa se había acostumbrado a funcionar como un adolescente malcriado. Pero, gracias a Trump, la broma toca a su fin.

 

En este tema, como en muchos otros, en España tenemos la suerte de que quien manda es Europa. Y eso quiere decir que, a pesar de las veleidades progres (pseudomodernas) pero agradables (estética duquesa de Alba) de la sociedad española -es decir, yo soy pacifista, pero, en caso de que me agredan, que venga alguien más a ensuciarse las manos-, el privilegio toca a su fin. El presidente Sánchez hace malabares para desarrollar un papel en Europa -el que le toca- y otro en España -hacer felices a los socios de la extrema izquierda-. Es indiferente. Se pongan como se pongan, el gasto se aprobará. Ahora bien, ¿qué estructura tendrá en nuestro caso? Actualmente, nuestro gasto militar es del 1,28% del PIB y, como mínimo, debe pasar al 2%. Si no más.

España, siguiendo la tradición, ha dicho que no tocará ni un céntimo de aquello que regulan sus socios extremistas: el gasto social. Y Sánchez aboga por un préstamo solidario europeo -volvemos a la palabra “solidario” que tanto gusta a los vagos-. Veremos cómo acaba. Los vecinos del norte están un poco cansados de nuestras veleidades de modernidad solidaria. Lo que es seguro es una cosa: de momento -solo para empezar, pero habrá más-, el gasto militar pasará al 2% del PIB y, si no se encuentra a quién endosarle el problema, lo pagaremos nosotros. Probablemente, con endeudamiento y aumentando el déficit presupuestario, cosa que la Unión Europea (UE) nos tolerará.

 

¿Qué hará el resto de Europa?

Los países escandinavos parecen que emitirán deuda pública. En temas de defensa no esperan limosnas y quieren llegar a cifras más grandes que las nuestras. Un 3% del PIB en Dinamarca y un 2,4% en Suecia. Son países saneados, con una deuda pública de alrededor del 30% del PIB únicamente.

En Bélgica, llegarán al 2% de gasto militar este año. Pero aún no saben cómo procederán. Es un país con altos impuestos, y subirlos no gustará. Tampoco parece adecuado más deuda pública (ya tienen una deuda equivalente al 106% del PIB). ¿Emitirán bonos de defensa como los antiguos bonos de guerra? Aún no lo han aclarado.

Alemania sabe que la paz en Europa pasa por no ser inferiores militarmente; tal como ha dicho el futuro canciller Merz, harán lo que sea necesario

En Alemania la cosa está complicada, aunque se espera, como es tradicional, una respuesta seria. Sus Verdes no son, ni de lejos, nuestra extrema izquierda y, como han ido a la escuela y han sufrido el comunismo, saben que las cosas tienen un precio. De momento, se han puesto todos de acuerdo en aumentar el límite de deuda que fija la constitución federal para temas de defensa: hasta el 1%. Lo que esté por encima se tendrá que cargar a los presupuestos. Ya veremos. Forma parte de las negociaciones que han tenido lugar para formar gobierno federal. En cualquier caso, como ha dicho el futuro canciller Merz, harán lo que sea necesario -solo le ha faltado añadir la frase de Draghi “y, créanme, será suficiente”-. Alemania sabe que la paz en Europa pasa por no ser inferiores militarmente.

Finlandia es el país que más miedo tiene. Su frontera con Rusia es de casi 1.400 kilómetros y fue anexionada durante muchos años por el Imperio Ruso (1808-1917) y ocupada por los soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial. Aumentará el gasto militar al 3% del PIB, y lo hará recortando gasto actual, ya que no quiere elevar el listón de deuda, que está en el 80% del PIB, aproximadamente.

El Reino Unido aumentará el gasto militar hasta el 2,5% del PIB. Y como ya están muy endeudados (casi el 100% del PIB) obtendrán el dinero de la reducción de otros gastos y aumentando los impuestos. El tema pone en un compromiso al Partido Laborista porque las reducciones presupuestarias afectarán a los servicios sociales, también.

El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer | EP
El primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer | EP

Estonia es el país europeo más preocupado por la amenaza rusa, e incrementará el presupuesto en defensa hasta el 5% del PIB. No hay polémicas y el país está dispuesto, en su mayoría, a un aumento de impuestos considerable.

Mientras tanto, en los Países Bajos el gasto militar ha sido últimamente alrededor de un 1,50%. No han dicho hasta cuánto lo aumentarán (el mínimo es 2% para seguir las reglas de la OTAN), y lo harán reduciendo gasto.

En Italia (con un 139% del PIB en deuda, aunque está en manos italianas), no tienen claro qué hacer. Los partidos de extrema izquierda y de extrema derecha (más allá de Meloni) se han puesto de acuerdo en no aceptar un incremento del presupuesto militar. Pero como se tendrá que hacer y la primera ministra no quiere reducir gasto, es muy probable que se sume a la solución española: que lo arregle Europa. Aún no tienen claro cómo lo harán.

Ya se pueden poner a llorar todos aquellos a los que el aumento del gasto militar les desagrade, porque la alternativa es abandonar la OTAN

Resumen. Nuestros medios de comunicación pueden gastar todo el tiempo que les sobra -después de hablar de los asuntos rosa y del corazón, claro- en excitar los ánimos sobre si toca gasto militar o no. El caso es polarizar al personal. La realidad es que Europa ha decidido que todos los países de la OTAN deberán invertir en defensa un mínimo del 2% del PIB para este año. Y ya se pueden poner a llorar todos aquellos a los que esto les desagrade, porque la alternativa es abandonar la OTAN. Y el hecho parece poco probable. Desde la Segunda Guerra Mundial, es la primera vez que la población europea ve las orejas al lobo. Los gastos no son para hacer la guerra, sino para practicar la disuasión. Y como, hasta ahora, de esto solo sabía Estados Unidos, tendremos que aprenderlo.