Ahora que la población, en general, ya sabe que más del 50% de las leyes que se producen en nuestra casa tienen como origen la Unión Europea (UE) es interesante saber hacia dónde irán las iniciativas de los dos órganos que, desde un punto de vista práctico, nos obligan a desplegar legislación y reglamentación: la Comisión Europea (propuestas que son aprobadas por los 27 miembros) y el Parlamento Europeo (que, aparte de la propia iniciativa, articula las iniciativas de la Comisión). Ambos organismos tienen un periodo que va del 2024 al 2029 para desplegar un programa que se entrevé ambicioso.
El trabajo hecho los últimos cinco años no ha sido poco y el ciudadano ha empezado a percibir la importancia de Europa. Haciendo un pequeño resumen, podemos decir que a la Comisión y al Parlamento se los giró trabajo a raíz de la pandemia de la covid-19. Conviene recordar que ningún otro lugar en el mundo hizo un trabajo tan bien hecho: administrar vacunas a 450 millones de personas de forma equitativa -con independencia de la sede miembro y del estatus social de la población- con rapidez y con vacunas manufacturadas, mayoritariamente, en Europa. Además, para evitar la recesión se aprobó el programa NextGen (750.000 millones de euros del 2021) financiado con deuda de la UE por primera vez. Además, ha habido que regular los precios de la energía, ahorrar gas natural y aumentar reservas (cosa que se ha hecho brillantemente), financiar la guerra de Ucrania y enviar medios. Aun así, toda esta actividad ha dejado a cuerpo descubierto debilidades que, precisamente, tienen que ser cubiertas en este nuevo periodo de cinco años que ahora empieza.
Objetivos climáticos
Continuar con el despliegue de la electrificación en todos los ámbitos, no desviándose de los objetivos fijados para el 2030. Esta será una misión principal, puesto que las actuales instituciones elegidas ahora acabarán su mandato en el 2029. No queda margen para cumplir lo que ellas dejen de hacer.
No sirve de nada que la UE no contamine si lo hacen otros en volúmenes mucho más grandes
Estos objetivos se tienen que combinar con una legislación que fuerce a terceros -proveedores de la UE- a corregir sus emisiones. No sirve de nada que la UE no contamine si lo hacen otros en volúmenes mucho más grandes que no nosotros.
Defensa
Más allá de la OTAN, la UE tiene que tener un sistema de defensa propio, unido y coordinado. La guerra de Ucrania ya ha forzado a organizarnos para producir armamento y munición de manera coordinada y única. Ahora toca establecer la legislación que favorezca la creación de un ejército común. Hay que advertir que este trabajo no acabará en el 2029, pero hacia aquella fecha se tendrían que haber fijado las bases para poder continuar avanzando.
Inmigración
La inmigración tendrá que estar regulada de forma única y con procedimientos unificados. En este sentido, los 27 ya acordaron desarrollar las leyes y las normas que tienen que llevar al hecho que la inmigración pase a ser materia de la UE. Más allá de la demagogia y el populismo que esta materia estimula, convendría comprender que el control de la inmigración es una demanda generalizada de los ciudadanos de la UE. Una regulación tan delicada y populista es bueno que esté en manos ajenas en los gobiernos de los estados, siempre pendientes de lo que dirán la prensa y una hipócrita opinión pública.
Mercado único de la energía
Este es un mercado que, actualmente, tiene trabas físicas. La energía se tiene que transportar y las infraestructuras existentes no están preparadas por el trasvase de energía entre estados miembros de la UE. Con una nueva manera de producir energía, con países que tendrán fuertes excedentes -España, por ejemplo- el comercio energético europeo será inevitable. El informe que el exprimer ministro italiano Letta ("Much more than a market") libró hace muy poco, marca la pauta que, seguramente, la Comisión Europea seguirá, puesto que fue ella quien le encargó.
La energía se tiene que transportar y las infraestructuras existentes no están preparadas por el trasvase de energía entre estados miembros de la UE
Mercado único financiero
La UE ha conseguido crear el mercado único más grande del mundo. En casi todas las áreas, pero queda todavía para desarrollar -no está prohibido, pero tiene todavía muchas trabas- el mercado único financiero. Actualmente, la realidad está lejos de lo que tendría que ser. El sistema bancario está bajo control europeo para evitar las crisis y las quiebras, que ya es mucho. Pero falta que un banco belga pueda instalarse y trabajar en España, por ejemplo, con la normalidad con la que lo hace en Bélgica.
Pero es que, además, la UE necesitará cantidades enormes de dinero que tendrán que ser movilizados para cumplir los objetivos anteriores, y más. Europa tiene enormes cantidades de dinero en depósitos de ahorradores. Movilizarlos y darles salida más allá del inmobiliario es una necesidad urgente.
Igual que con la energía, el informe Letta ("Much more than a market") resultará vital.
Competitividad
El informe Draghi sobre el tema se esperaba para este verano. La Comisión ha decidido darle bombo y ha retrasado su entrega para septiembre, cuando la Comisión esté formalizada.
Este informe tiene que ser fundamental y se espera con candeletas. Mediante varias acciones se espera que las recomendaciones de Draghi sean implementadas, puesto que ha sido la presidenta Von der Leyen quien lo encargó. La competitividad son muchas cosas, y hay que organizarlas adecuadamente. La combinación Draghi-Von del Leyen puede ser muy eficaz.
Mejorar la gobernanza
Mucha gente tilda las instituciones europeas de faltas de democracia en su funcionamiento. Y no es cierto. El Parlamento Europeo se elige por sufragio universal. De allí sale un presidente de la Comisión -en este caso, presidenta- que equivale, aproximadamente, al primer ministro. El Consejo Europeo -primeros ministros y presidentes de los estados miembros- elige a su presidente. Todo se hace de manera democrática.
Aun así, convendría mejorar los métodos. La gestión del covid-19 ha demostrado la eficacia de los tecnócratas para resolver problemas de gran alcance. ¿Que lo tienen que hacer bajo el control político? Cierto. Pero sin politizar las soluciones.
Seguramente, convendría revisar el rol y nombramiento del presidente de turno -rotativo cada seis meses- de los consejos de ministros para evitar ridículos como por ejemplo el del señor Viktor Orbán. Ahora bien, a este último cargo nadie se lo toma demasiado en serio, puesto que se nombra por turno y, casi siempre, es un cargo que al primer ministro le toca utilizar para propaganda interna en su país.
Dicho esto haría falta, sobre todo, mejorar el sistema de toma de decisiones. Convendría que estas se tomen, cada vez más, por mayorías que se adapten a las necesidades del tema, evitando, hasta donde fuera posible, los bloqueos.
Resumen
Que haya una cierta continuidad -la presidenta Von der Leyen- parece bueno. Había trabajo por hacer. Ha tenido una presidencia 2019-2024 muy eficaz -yo me atrevería a decir que brillante. Como buena alemana, es una tecnócrata que evita la politización de los temas, buscando la eficacia antes que nada. Así lo ha hecho los últimos años. A ver... En gran parte, nuestro futuro está en sus manos.