Un puerto inteligente, práctico, ecológico, humano, eficiente, inclusivo, seguro y bien conectado. Son los propósitos de año nuevo del Port de Barcelona, que queda dibujado de esta manera en el cuarto plan estratégico de la infraestructura. Este, marca un horizonte a cuatro años vista -hasta 2025-, y uno a largo plazo -hasta 2040-. Es una hoja de ruta que establece 12 objetivos enmarcados en tres pilares: la sostenibilidad medioambiental, la económica y la social. Han detallado el plan la presidenta del puerto, Mercè Conesa, y el director general del organismo, José Alberto Carbonell, en una presentación telemática emitida desde la sede de Foment del Treball. Ha participado también el vicepresidente de la patronal, Joaquim Llansó.
Son unos propósitos de año nuevo que llevan tiempo incubando y que llegan en un momento especialmente complicado para la economía. "Si somos capaces de desarrollar los objetivos estratégicos marcados para 2025, estaremos en el camino adecuado para consolidar el Port de Barcelona como un smart logistics hub de cara a 2040", ha deseado Conesa. La presidenta del puerto ha recordado el peso que tiene la infraestructura en la economía catalana: "Las empresas que forman parte del puerto suman un 1,7% del PIB de Catalunya". Pero también ha puesto en valor la tarea medioambiental que tiene potencial de desarrollar y su importancia social, con más de 500 empresas que dan trabajo a unas 37.000 personas.
A grandes rasgos, los tres objetivos básicos para 2025 son: hacer crecer el valor del comercio exterior hasta los 70.000 millones de euros (ahora llega a los 65.000 millones), que la mitad de los muelles de contenedores y carga rodada estén electrificados, y aumentar la masa laboral hasta las 40.000 personas. Así, los tres pilares del plan estratégico se centran en la competitividad, la transición energética y el capital humano.
Llansó ha dado inicio al acto con un discurso en el que ha afirmado que el puerto es "una de las primeras infraestructuras de Catalunya en retorno económico, social y ambiental". En este sentido, el vicepresidente de Foment ha aprovechado para reivindicar más inversión estatal para las infraestructuras catalanas, pero una gestión local, también del aeropuerto, de las vías de alta capacidad y de Rodalies. Los nuevos objetivos del organismo se han establecido teniendo en cuenta todo este contexto, pero también que "Europa no es ni será el centro de la economía mundial", según Conesa. Es por eso que la presidenta del Port señala que es esencial "adaptarnos a la situación".
A esto ha añadido las "disrupciones globales y sistémicas" y "unas decisiones empresariales de la industria marítima concentradas en muy pocas manos", que generan incertidumbre. "Nuestra misión es inalterable: generar prosperidad a la comunidad", ha indicado Conesa.
Electrificación, energía renovable e intermodalidad
El primer gran reto al que hará frente el Port de Barcelona durante los próximos años es la emergencia climática. "Tenemos una política medioambiental activa desde los años 90; trabajamos en la transición energética, la movilidad sostenible, la electrificación de los muelles, etc", ha explicado Conesa. El director general ha concretado cuáles son las actuaciones previstas en el plan estratégico en esta materia. La descarbonización y la reducción de las emisiones contaminantes son los primeros objetivos. Puesto en cifras, de cara a 2025 la dirección del puerto tiene la intención de reducir un 30% las emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero respecto a los últimos cuatro años.
Carbonell ha situado la electrificación de los muelles como "uno de los proyectos más ambiciosos y atrevidos" que tiene ahora mismo la infraestructura. Esto permitirá que buena parte de los barcos que atraquen al puerto puedan conectarse a la red eléctrica inteligente que se prevé instalar. Además, se impulsará el uso de combustibles alternativos para las máquinas portuarias y el transporte terrestre que circula por la infraestructura. Esta red eléctrica inteligente formará parte del nuevo modelo energético que se establecerá en el puerto. "Queremos crear comunidades energéticas y aprovechar los tejados de todas las instalaciones" para generar energía, según Carbonell. En este sentido, Conesa ha asegurado que, de cara a 2040, quieren ser "un puerto verde que generará su propia energía de fuentes renovables y gestionará los residuos de manera eficiente".
"Si somos capaces de desarrollar los objetivos estratégicos marcados para 2025, estaremos en el camino adecuado para consolidar el Port de Barcelona como un 'smart logistics hub' de cara a 2040", según Mercè Conesa
La intermodalidad es la última pata de la sostenibilidad medioambiental que se trabajará en los próximos cuatro años. La mejora de la infraestructura es una de las claves de este punto: tienen previstas tres actuaciones principales. La primera es una inversión de 400 millones de euros para acabar las obras de los accesos al puerto. La segunda, mejorar la conexión con los trenes de transporte de mercancías, que tiene como objetivo "crear el complejo ferroviario más grande del sur de Europa". La tercera actuación en cuestión de infraestructura se trata de construir apartadores de 750 metros de longitud para hacer los trenes que conectan con Zaragoza más largos.
Diversificación, más logística y mejores infraestructuras
En cuanto a la sostenibilidad económica, la diversificación de negocios y servicios -que ha contribuido a sobrevivir a la covid-19- irá a más. "Nos tenemos que adaptar al cambio de los hábitos de consumo de la sociedad", ha indicado Carbonell. Prestarán especial atención a la automoción, una de las industrias más potentes del país, pero también al despliegue de tecnologías. Una red 5G y el uso de la inteligencia artificial mejorarán las maniobras náuticas para conseguir una mayor eficiencia y la movilidad de las personas.
"Nos hemos quedado sin suelo logístico disponible", ha explicado el director general del Port de Barcelona. La ZAL ha llegado al 97% de ocupación, hecho por el cual ahora mismo es prácticamente imposible incorporar a nuevas empresas. Con este problema de base nace uno de los objetivos económicos: atraer más actividad logística. ¿Dónde se situarán? En terrenos de los alrededores. Carbonell ha destacado en este sentido el proyecto del aeropuerto de Barcelona de dedicar terrenos a actividad logística con uso marítimo portuario, que ampliaría los metros cuadrados disponibles.
Hacer crecer el valor del comercio exterior hasta los 70.000 millones de euros, que la mitad de los muelles de contenedores y carga rodada estén electrificados y aumentar la masa laboral hasta las 40.000 personas son los tres principales objetivos
Además de las infraestructuras ferroviarias, el plan estratégico incluye actuaciones en otras instalaciones, como la finalización de las obras del muelle adosado -para ordenar las terminales de cruceros- y concentrar toda la actividad de contenedores en la zona sur, uno de los retos más complicados en este ámbito.
Talento, ciudad y salud
El tercero de los pilares del plan estratégico es la sostenibilidad social. Además de aumentar el número de trabajadores, uno de los objetivos es incrementar un 50% los puestos de trabajo creados para personas con discapacidad o riesgo de exclusión social, una tarea desarrollada con la colaboración de la Fundació Cares. "Tenemos que promover la formación para adaptar los perfiles a aquello que necesitan las empresas", ha explicado Carbonell. La igualdad de género es otro tema que quieren abarcar, a pesar de que "desgraciadamente, el sector marítimo no destaca por esta igualdad".
Otra de las inversiones que han anunciado es de 24 millones de euros para la creación de 30 hectáreas de zonas verdes en las inmediaciones del puerto, para integrarlo mejor en el entorno urbano. "Garantizar la salud y la seguridad de las personas y las instalaciones" es el último objetivo de un puerto que, según Conesa, quiere ser "más verde y más humano".