Puertos que buscan navegantes

El sector náutico mira de redefinir la oferta para renovar una clientela que envejece mientras los jóvenes prefieren el pago por uso y descartan amarradors en propiedad

El de Palamós es uno de los puertos más activos de la Generalitat de Cataluña
El de Palamós es uno de los puertos más activos de la Generalitat de Cataluña
Pau Garcia Fuster
06 de Mayo de 2016
Las etiquetas y los tópicos también llegan a los sectores económicos. El de la náutica a menudo se ve como un mundo de gente adinerada que destina buena parte de su tiempo de ocio a cercar por los diferentes puertos del litoral. Y como todos los tópicos, tiene su algo de cierto. El mantenimiento de una embarcación no es barato y aumenta exponencialmente con la medida del barco. Nova, un yate de 55 metros de eslora requiere unos tres millones de euros anuales.

Sea como fuere, los 51 puertos deportivos que hay en Cataluña -24 de los cuales disfrutan del distintivo 'Bandera Azul'- acogen normalmente embarcaciones más pequeñas, pero también reclaman su espacio como dinamizadores de ocupación. Facturan 120 millones de euros y estiman que el impacto económico directo es de 3,1 millones de euros y más de 12 millones de impacto indirecto. Unos datos que ha revelado Tomàs Gallart, presidente de la Asociación de Puertos Deportivos y Turísticos en una jornada organizada al Colegio de Economistas de Cataluña (CIEGO).

Los puertos catalanes
Cataluña cuenta con una sexta parte de los puertos deportivos y turísticos del Estado. 51 puertos que, pero, reúnen casi una cuarta parte de los amarradors disponibles, es decir, el lugar donde establecer las embarcaciones. Estos puertos, que mayoritariamente funcionan con modelos concessionats, son gestionados por clubes náuticos, sociedades mercantiles, consorcios y puertos municipales.

"En este sector por un puesto de trabajo directo segeneran nuevo de indirectas", recuerda Gallart haciendo mención de la actividad que segenera entre tripulaciones, mecánicos o todos los servicios que consumen los propietarios de embarcaciones cuando amarran a un puerto. "Por 100 amarradors hay 4,4 puestos de trabajo directos y 40 de indirectas", añade.

Pero cuánto cuesta el metro cuadrado de amarrador? "El 2008 en Girona valía 3.500 euros, y el 2015 ha bajado a 1.900", dice Gallart. Una tónica generalizada, puesto que el precio viene dado por la demanda, la situación del puerto y los años que quedan de concesión. En Barcelona el precio ha pasado de 1.700 a 1.300 euros; en Tarragona ha caído de 1.500 a 880 euros y en Valencia se ha hundido de los 1.600 a los 670. Sólo las Islas Baleares mantienen todavía hoy precios elevados. En Mallorca el metro cuadrado de amarrador se paga a 3.200 euros, una cifra que llega a los 3.800 en Ibiza.

Un cliente que se hace grande
"El boom de la náutica fue acompañado del boom de la Costa Brava", explica Josep Maria Gay de Liébana, presidente de la Comisión de Economía y Finanzas del Deporte del CIEGO. El profesor, que confiesa ser un amante de la náutica y disfrutar de una pequeña embarcación en Menorca, recuerda que "la gente que tiene un amarrador o una boya crea una economía local muy potente". Al fin y al cabo, si tienes un amarrador, probablemente buscarás tener una residencia, "que es el que más incentivará la economía local".

Ahora bien, els puertos deportivos y turísticos están viendo como se envejecen sus clientes. "La crisis ha traído a desinvertir y a vender las embarcaciones. Sólo en las Baleares, donde la gente de náutica viene de todo el mundo, ha podido mantener la demanda", dice Gay de Liébana.

"El 1998 los propietarios de embarcaciones tenían entre 30 y 40 años. En 2011, pero, la mayoría de propietarios yatenían entre 50 y 54", reconoce Tomàs Gallart. El presidente de la Asociación de Puertos Deportivos explica que tienen muchos propietarios de 65 años o más, que se han jubilado y que difícilmente podrán mantener una embarcación sólo con la pensión.

    
Liébana, Gallart y Ponjoan (2n por la derecha), han analizado la situación de los puertos deportivos. CIEGO


Al efecto normal del paso del tiempo seha sumado la carencia de renovación. "A los 70 o 80 el usuario tenía embarcación y amarrador. Ahora, pero, hay gente que tiene embarcación pero no amarrador", dice Jordi Ponjoan, presidente del Club Náutico del Estartit. "Se ha ido diluyendo la fidelidad al puerto y la gente tiene la embarcación para ir cercando", evidencia. A todo ello hay que sumar que los más jóvenes, con la actual situación económica, difícilmente pueden optar a comprar embarcaciones ni amarradors.

Dónde son los nuevos clientes?
"El mercado necesita nuevos clientes, pero no sé donde son. Seguramente en el extranjero", apunta Gay de Liébana. Ponjoan añade que "la cantera del sector lo tenemos que encontrar en los jóvenes que empiezan a hacer otras actividades al puerto como la vela, el kayak o el kitesurf. Son los que tienen que acabar comprando embarcaciones a la larga". Por el dirigente del Club Náutico El Estartit, "tenemos que enfocar de forma diferente los puertos náuticos. La náutica deportiva está evolucionando hacia nuevos sistemas de alquileres por usos".

Tomàs Gallart coincide que "es un mercado que necesita nuevos clientes. Por lo tanto, hay que dinamizar y diversificar el sector". En este sentido, Gay de Liébana anima a usar el ingenio para optimizar la oferta de los puertos deportivos y turísticos. "Yo los animo a ir a ver como entra y sale la gente de las embarcaciones. Es muy complicado y siempre cae alguien!", hace broma. Una broma que, pero, va acompañada de una idea. "Si los propietarios son gente más grande que le cuesta moverse y no puede saltar de embarcación en embarcación, hay un nicho de mercado ofreciendo servicios auxiliares a los cuales ahora ya no pueden cargar bidones de combustible, mover la barca, etc.", propone.

La relación entre el puerto y la ciudad
"La integración puerto-ciudad es uno de los caballos de batalla que tenemos", afirma Tomàs Gallart. "El puerto tiene que estar integrado en la ciudad", añade. Ponjoan coincide en este aspecto y anima a aprovechar el hecho que "los puertos tienen lugares privilegiados dentro de los pueblos, y cada vez tienen un papel más importante en el mundo social y cultural del destino". La acogida de espectáculos o actas de todo tipos también tiene que ser una vía importante de subsistencia para los puertos.

Finalmente, Gay de Liébana reclama que "las administraciones vean que es un activo de gran valor, la náutica. Pero se tiene que cuidar poniendo los límites adecuados". En este aspecto, lamenta la actual gestión portuaria española, donde "no tiene sentido que se decida desde Madrid. Es imposible que sepan desde allá los problemas que tienen de boyas en una cala de Menorca".