¿Qué hará la bolsa en 2025?

Las bolsas continúan siendo una opción de inversión atractiva, siempre que se tenga en cuenta que los mercados pueden reaccionar de manera inesperada

Los resultados de Banco Sabadell en bolsa, durante mayo | EP
Los resultados de Banco Sabadell en bolsa, durante mayo | EP
Oriol Amat | VIA Empresa
Catedrático de la UPF BSM y presidente del Obstervatori de la PIME de Pimec
Barcelona
06 de Febrero de 2025

Hacer previsiones en economía es siempre muy arriesgado y, como decía John Kenneth Galbraith, "hay dos tipos de economistas: los que no saben nada y los que no saben que no saben nada". A pesar de ello, a principios de año siempre es útil analizar las perspectivas de los mercados en los próximos meses. Los últimos años han sido muy positivos para los mercados bursátiles. En Europa, el Eurostoxx y el Ibex-35 han registrado subidas del 15%-20% anuales, impulsados por una recuperación económica sostenida y las reducciones de los tipos de interés. En Estados Unidos, las ganancias han sido aún más espectaculares, con incrementos superiores al 20% anual en algunos ejercicios, liderados por las grandes tecnológicas. Sin embargo, en 2025 podría haber una desaceleración, con un crecimiento menor alrededor del 10% o incluso un decrecimiento. Esta evolución de los mercados sería la consecuencia de fenómenos como los siguientes:

 

Crecimiento continuado: En los últimos años, la economía ha experimentado un crecimiento sólido, impulsado por la recuperación postpandemia, la mejora de la confianza empresarial y el apoyo de políticas monetarias y fiscales expansivas. Todo apunta a que esta tendencia continuará en 2025, aunque con un ritmo posiblemente más moderado debido a la normalización de los tipos de interés, las tensiones geopolíticas y la adaptación de las empresas a un entorno más competitivo. A pesar de estos factores, el crecimiento se mantiene positivo y la actividad económica continúa mostrando resiliencia.

Dudas en las empresas tecnológicas: Las acciones tecnológicas, que han sido el gran motor de los mercados, podrían sufrir un enfriamiento por la competencia creciente. Lo hemos visto en los últimos días con Nvidia, una de las grandes ganadoras de la revolución de la inteligencia artificial, que se está encontrando con nuevos competidores que le pueden quitar terreno. Un factor que puede desestabilizar los mercados son los elevados precios (burbuja especulativa en algunos casos) de las empresas tecnológicas y las criptomonedas.

 

Sectores estratégicos: La evolución de sectores clave como el inmobiliario, la energía y las materias primas puede tener un impacto directo en los mercados financieros. Una caída, de momento poco probable, del sector inmobiliario podría afectar la liquidez global. La volatilidad de los precios energéticos puede influir en la inflación y en los costos empresariales, y las fluctuaciones en las materias primas pueden condicionar la rentabilidad de muchas industrias, generando incertidumbre. Por este motivo, será esencial seguir de cerca estos sectores para detectar posibles riesgos y oportunidades de inversión.

No se espera que la reacción de los mercados sea positiva a la retórica de Trump, a sus primeras medidas y a su relación con figuras influyentes como Elon Musk

Medidas de Donald Trump: El proteccionismo agresivo y la imposición de aranceles tendrán efectos en el comercio mundial y también en nuestro país. Las políticas antiinmigración generarán tensiones con varios países que podrían afectar el comercio europeo. No se espera que la reacción de los mercados sea positiva a la retórica de Trump, a sus primeras medidas y a su relación con figuras influyentes como Elon Musk. Habrá que ver si Trump decide negociar con China y reducir la tensión comercial. Es posible que la agresividad mostrada en estas primeras semanas de mandato se tranquilice. De lo contrario, Estados Unidos puede encontrarse con un cierto alejamiento de socios importantes como Europa.

Inflación: En los últimos dos años se ha controlado muy bien la inflación y se han producido reducciones importantes. Un factor desestabilizador pueden ser los aranceles de Trump, que pueden incrementar las tensiones inflacionistas. Esto tendría la consecuencia de que se frenarían las bajadas de tipos de interés, circunstancia que perjudicaría a las bolsas.

Inestabilidad en los motores europeos: La situación política interna en estados como Francia y Alemania puede perjudicar mucho tanto a la respuesta europea a Trump como a la estrategia comunitaria para recuperar competitividad.

Guerras: Los conflictos en Ucrania y Gaza podrían encontrar soluciones negociadas, lo que ayudaría a reducir la incertidumbre de los mercados.

Dependencia tecnológica y ciberataques: Los ciberataques se han convertido en una de las grandes amenazas para la economía global. En este ámbito, habrá que ver si Europa invierte más y de manera más coordinada en ciberseguridad y digitalización para mejorar su resiliencia ante amenazas externas, y también para equilibrar su dependencia tecnológica de Estados Unidos.

Riesgos climáticos y sanitarios: No podemos perder de vista que los mercados financieros siempre están expuestos a riesgos imprevisibles, como fenómenos climáticos extremos —inundaciones, sequías...— que pueden alterar todo, así como posibles pandemias o emergencias sanitarias, que podrían afectar gravemente la economía y los mercados.

Las bolsas continúan siendo una opción de inversión atractiva, siempre que se tenga en cuenta que los mercados pueden reaccionar de manera inesperada y que hay que estar preparado para los escenarios más adversos

En resumen, creo que los factores positivos seguirán pesando un poco más que las grandes amenazas que tenemos delante. Por eso, 2025 se perfila como un año con buenas perspectivas de crecimiento, aunque más moderadas que en los años anteriores. Los riesgos mencionados pueden generar episodios de volatilidad. A pesar de ello, las bolsas continúan siendo una opción de inversión atractiva, siempre que se tenga en cuenta que los mercados pueden reaccionar de manera inesperada y hay que estar preparado incluso para los escenarios más adversos. Como decía el economista escocés John Maynard Keynes: “Los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo de lo que tú puedes permanecer solvente”