¿Alguna vez has aceptado cobrar tu salario en "B"? ¿O en caso de ser autónomo "no declararlo"? No es algo ocasional, sino más común y recurrente de lo que pensamos. De hecho, un 32% de los jóvenes catalanes confiesa haber cobrado en "negro" en los últimos dos años, según detalla el informe Salarios en B de InfoJobs. E incluso un 11% de los trabajadores españoles afirma que es habitual "cobrar una parte en B" de su salario. Unas consecuencias que, aparte de ser una práctica ilegal, puede acarrear perder prestaciones en la Seguridad Social en caso de lesión o enfermedad e incluso ver perjudicada la jubilación.
La práctica, ampliamente extendida, tiene que ver con tres condicionantes clásicos: los bajos salarios (que obligan a los trabajadores a buscar alternativas), las empresas no ofrezcan otra alternativa y evitar pagar más impuestos, ya que los consideran "desproporcionados". Pero, ¿cuál es el perfil predominante de alguien que no declara ingresos? Infojobs lo tiene claro. Se trata mayoritariamente de hombres sin estudios que trabajan en el sector primario y secundario y que optan por cobrar una parte del salario en B de forma parcial. Un 9% confiesa que no les importaría si "fuera todo en negro". Como curiosidad, el informe revela que los andaluces son los más predispuestos a cobrar en B, mientras que en el otro extremo se encuentra el País Vasco.
“Es muy probable que la situación económica del último año, caracterizada por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo, haya acentuado esta práctica. En este sentido, la calidad del empleo, la formación y el desarrollo de políticas públicas que benefician a los colectivos con más precariedad son claves para acabar con los salarios en B y consolidar nuestra economía”, apunta Mónica Pérez, directora de comunicación y estudios de Infojobs.
La economía sumergida equivale alrededor del 20% del PIB español, según el Fondo Monetario Internacional (FMI)
Además, con el paso de los años, los trabajadores seniors tienen claro que no quieren recibir ninguna remuneración "en B" y, de hecho, solo el 5% confiesa hacerlo. Una cifra baja, probablemente debido a una mayor proximidad a la edad de jubilación y, por tanto, a la revisión de los años cotizados. Por nivel de ingresos, en los últimos dos años, los trabajadores que ganan hasta 1.000 euros son aquellos que han recibido ingresos en B en gran medida, con un 19% de las menciones. A estos les siguen con un 13% quienes reciben entre 1.001 euros y 1.500 euros mensuales. A partir de ahí, aproximadamente 9 de cada 10 no han recibido ingresos en B en los años analizados.
En el podio europeo de la economía sumergida
Que la economía informal está más arraigada en Catalunya lo pone de manifiesto el hecho de encabezar la lista de los países europeos occidentales en economía sumergida a la que, históricamente, se le atribuye entre el 15% y el 25% del Producto Interior Bruto (PIB) nacional. De hecho, actualmente se estima que la economía sumergida equivale alrededor del 20% del PIB español, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este dato supera con creces la tasa media de la Unión Europea, que se sitúa en el 13%.
Su atractivo seduce a empresarios y empleados por igual. Gracias a ella, los primeros se ahorran tributos y llevan a cabo su actividad de forma más económica, mientras que a los segundos les facilita desarrollar otras actividades profesionales, cobrando subsidio de paro mientras reciben el salario "en negro". Sin embargo, cada región es un mundo. Por ejemplo, distintas estadísticas calculan que en Extremadura el porcentaje de la economía sumergida sobre su PIB sería de casi el 30%, frente al 16% de Madrid.
El perfil mayoritario de trabajadores que "cobran en B" es de hombres sin estudios que trabajan en el sector primario y secundario
Desde Hacienda apuntan a que, desgraciadamente, "cobrar una parte en negro es común entre los autónomos". Muchos de ellos utilizan efectivo como vía principal de ingresos, sobre todo los negocios pequeños o en trabajos en los que debe pagarse al instante. Y lo califican textualmente como "un sector o modelo de negocio con alto riesgo de existencia de economía sumergida".
Tal y como indican desde Autónomos y Emprendedores, los sectores en los que más se vigila estos trabajadores son hostelería y restauración, los dedicados al comercio, quienes mantienen su negocio en el sector de las reformas, la construcción, los trabajadores de actividades inmobiliarias y empleados en el sector de recogida de fruta.