28
de Septiembre
de
2016
Los cruceros que pasan por Barcelona traen una media de 4.500 pasajeros a bordo. En seis de cada diez casos, estas personas cogen el barco a la capital catalana sabiendo que, un golpe a cubierta, no los faltará de comer ni beber en ningún momento. Porque esto sea una realidad, las naves suelen cargar la bodega con todo tipo de productos antes de empezar la ruta, puesto que hacerlo a medio camino los complica la vida logísticamente. Esta realidad y el hecho que cada vez sean más las navieras que escogen el puerto barcelonés para zarpar ha despertado las alarmas en el polígono alimentario Mercabarna: es una oportunidad de negocio llenar los rebostos de los cruceros?
Un informe presentado este martes en el polígono alimentario asegura que sí que lo es. Destaca que proveer los cruceros supondría una fuente estable de ingresos para las empresas de Mercabarna, atendida la desestacionalització de este tipo de turismo, que se concentra entre los meses de abril y noviembre. El mismo estudio apunta que las navieras que pasan por Barcelona destinan una quinta parte de su presupuesto, unos 23 millones de euros, a provisiones, según datos de la Autoridad Portuaria de Barcelona y la Universitat de Barcelona.
Hasta aquí todo suena muy alentador, pero las cifras olvidan un aspecto fundamental: la realidad del sector. En la mesa redonda posterior a la presentación del informe, varios expertos han puesto de relevo como de difícil es hacerse un lugar entre los proveedores de las gran navieras.
Cultura de empresa
En el proceso para escoger proveedores intervienen varios actores. Por un lado, hay las navieras, que en el caso de Barcelona se concentran en cuatro grandes grupos: Carnival Corportation, Royal Caribbean, Norwegian Cruise y MSC. Por otro lado, hay los provisionistes, que son las empresas que se encargan de buscar en los mejores proveedores y de traerlos a la naviera porque esta escoja con quien quiere trabajar. Algunas de las firmas que hacen esta tarea son B&S Global, Schoemaker y Barcelona Europe Supply (BES). Y, finalmente, intervienen los consignataris, encargados de todos los servicios de tierra que pueda necesitar el crucero.
El presidente de BES, Adriano López, apunta que la busca de proveedores se hace de manera global; es decir, se busca la mejor relación calidad/precio sin tener en cuenta de donde vienen los productos, dando una especial relevancia al rigor del servicio. El más habitual es que esta investigación se haga una vez al año y que se firmen licitaciones anuales que permitan ofrecer el mismo producto a todos los viajeros. Estos grandes contratos representan más del 90% del abastiment, lo cual hace que los pedidos de última hora a puerto respondan sólo a imprevistos y que representen un volumen marginal.
Costes portuarios
Para López, esta es una de las claves que explica porque los cruceros no llenan la despensa a la capital catalana con productos locales, a pesar de zarpar del Puerto de Barcelona. A pesar de que no ha querido profundizar en los motivos que hacen que la instalación barcelonesa sea cara - ha excusado a la autoridad portuaria y a los estibadors-, sí que ha afirmado que se encuentra en desventaja respeto sus competidores italianos, alemanes y holandeses.
La ninguno de cruceros del Puerto de Barcelona, Mar Pérez, reconoce que Barcelona no es bastante competitiva, pero precisa que desde la autoridad portuaria quieren ser "facilitadors" y trabajan para salvar los escollos actuales.
Los restaurantes dentro de los cruceros, un nicho de mercado
La visión más positiva la da el gerente de Transcoma Cruise and Travel, Jordi Torné, que ha señalado un posible nicho de mercado para los productores locales: los pequeños restaurantes que cada vez son más frecuentes dentro de los cruceros. "Por qué no poner un restaurante de tapas?", se pregunta. De este modo, los proveedores locales podrían abrirse un agujero con productos autóctonos, como el jamón, y se podrían dar a conocer.
Un informe presentado este martes en el polígono alimentario asegura que sí que lo es. Destaca que proveer los cruceros supondría una fuente estable de ingresos para las empresas de Mercabarna, atendida la desestacionalització de este tipo de turismo, que se concentra entre los meses de abril y noviembre. El mismo estudio apunta que las navieras que pasan por Barcelona destinan una quinta parte de su presupuesto, unos 23 millones de euros, a provisiones, según datos de la Autoridad Portuaria de Barcelona y la Universitat de Barcelona.
Hasta aquí todo suena muy alentador, pero las cifras olvidan un aspecto fundamental: la realidad del sector. En la mesa redonda posterior a la presentación del informe, varios expertos han puesto de relevo como de difícil es hacerse un lugar entre los proveedores de las gran navieras.
Cultura de empresa
En el proceso para escoger proveedores intervienen varios actores. Por un lado, hay las navieras, que en el caso de Barcelona se concentran en cuatro grandes grupos: Carnival Corportation, Royal Caribbean, Norwegian Cruise y MSC. Por otro lado, hay los provisionistes, que son las empresas que se encargan de buscar en los mejores proveedores y de traerlos a la naviera porque esta escoja con quien quiere trabajar. Algunas de las firmas que hacen esta tarea son B&S Global, Schoemaker y Barcelona Europe Supply (BES). Y, finalmente, intervienen los consignataris, encargados de todos los servicios de tierra que pueda necesitar el crucero.
Mercabarna quiere aprovechar la creciente presencia de cruceros para ampliar el negocio. Cedida |
El presidente de BES, Adriano López, apunta que la busca de proveedores se hace de manera global; es decir, se busca la mejor relación calidad/precio sin tener en cuenta de donde vienen los productos, dando una especial relevancia al rigor del servicio. El más habitual es que esta investigación se haga una vez al año y que se firmen licitaciones anuales que permitan ofrecer el mismo producto a todos los viajeros. Estos grandes contratos representan más del 90% del abastiment, lo cual hace que los pedidos de última hora a puerto respondan sólo a imprevistos y que representen un volumen marginal.
Costes portuarios
Para López, esta es una de las claves que explica porque los cruceros no llenan la despensa a la capital catalana con productos locales, a pesar de zarpar del Puerto de Barcelona. A pesar de que no ha querido profundizar en los motivos que hacen que la instalación barcelonesa sea cara - ha excusado a la autoridad portuaria y a los estibadors-, sí que ha afirmado que se encuentra en desventaja respeto sus competidores italianos, alemanes y holandeses.
La ninguno de cruceros del Puerto de Barcelona, Mar Pérez, reconoce que Barcelona no es bastante competitiva, pero precisa que desde la autoridad portuaria quieren ser "facilitadors" y trabajan para salvar los escollos actuales.
Los restaurantes dentro de los cruceros, un nicho de mercado
La visión más positiva la da el gerente de Transcoma Cruise and Travel, Jordi Torné, que ha señalado un posible nicho de mercado para los productores locales: los pequeños restaurantes que cada vez son más frecuentes dentro de los cruceros. "Por qué no poner un restaurante de tapas?", se pregunta. De este modo, los proveedores locales podrían abrirse un agujero con productos autóctonos, como el jamón, y se podrían dar a conocer.