La Cambra de Comerç de Barcelona revisa una décima al alza la previsión de crecimiento de la economía catalana para el 2023 (2,3%), gracias al mayor dinamismo del previsto durante la primera mitad del año. No obstante, las perspectivas para el 2024 son más pesimistas, con un adelanto del PIB del 1,8%, cinco décimas menos que la previsión del pasado mes de julio.
Según el Informe de coyuntura catalana del tercer trimestre de 2023, elaborado por la Cambra y el equipo de AQR-Lab de la UB, la ralentización de la actividad del 2024 estaría provocada por el enquistamiento de la inflación subyacente en niveles elevados, la evolución al alza del precio del petróleo, que supone una amenaza adicional al proceso desinflacionista, y el estancamiento de la actividad en la zona euro, que reducirá significativamente la contribución del sector exterior por la vía de una desaceleración de las exportaciones de bienes y del turismo extranjero.
El sector exterior y la moderación de los precios energéticos, las claves del 2023
El adelanto del PIB catalán se prevé que sea notable el 2023 (2,3%), en gran medida por el fuerte dinamismo durante el primer semestre. De hecho, en la segunda parte del año ya se registra una desaceleración del crecimiento intertrimestral previsto, del 0,4% y el 0,3% para el 3T y el 4T, respectivamente.
Para el conjunto del 2023, el sector exterior será uno de los principales motores del crecimiento de la economía catalana, gracias al dinamismo del sector industrial en un contexto de normalización de las cadenas de suministro globales y la moderación de los costes de producción, y por la recuperación del turismo extranjero. Un segundo factor clave que sostendrá la actividad los próximos años será la inversión pública, con un adelanto muy significativo de la licitación de obra civil (infraestructuras viarias, ferroviarias, telecomunicaciones, etc.) durante el 2023. A pesar de esto, la inversión productiva muestra señales de ralentización en un contexto de tipo de interés más elevados, un factor que podría condicionar el adelanto de la productividad los próximos años.
El sector exterior será uno de los principales motores del crecimiento de la economía catalana el 2023
El vaivén de la inflación
La Cambra revisa a la baja la previsión de inflación anual de Catalunya para el 2023, del 3,6% al 3,3%, por una moderación de los precios más intensa de la prevista durante el verano, pero vuelve a subirla en la previsión para el 2024, hasta el 3,9% (ocho décimas más que en julio). ¿Los motivos de este cambio? La evolución al alza del precio de petróleo, con un aumento de la incertidumbre durante los próximos meses debido a las tensiones geopolíticas en Oriente Medio; la elevada persistencia de la inflación (descontando los productos energéticos); y el adelanto sostenido de los costes laborales (por hora trabajada efectiva), que podrían dificultar el proceso desinflacionista los próximos trimestres.
Los motivos de las previsiones pesimistas
El estancamiento de la actividad en la zona euro y el impacto cada vez más intenso de los tipos de interés sobre los indicadores de demanda interna (consumo de los hogares, inversión productiva, concesión de hipotecas para la compra de vivienda, etc.) hacen prever un menor dinamismo económico los próximos trimestres. Así, el crecimiento del PIB catalán se situaría en el 1,8% en el 2024 y vendría provocado por la contribución más moderada del sector exterior, con un adelanto de las exportaciones de bienes y servicios (4,3%) un poco superior al de las importaciones (4,2%).
El principal factor que justifica este fenómeno es el deterioro más intenso del previsto del crecimiento del PIB en la UEM, debilitando el adelanto de las exportaciones catalanas de bienes y la llegada de turistas extranjeros. Finalmente, la revisión a la baja del escenario de actividad de cara al 2024 también retrasará el adelanto de la ocupación, especialmente la vinculada con los servicios turísticos.