Durante unos días he alimentado lo suficiente al tió, lo he limpiado y lo he abrigado. Finalmente, ha cagado una serie de recomendaciones para la gente de la economía de este país.
En la carta que ha aparecido me dice que quizás debería haber aumentado este año su dosis de carbón, pero que valora los esfuerzos realizados en general, y los resultados económicos del año son bastante buenos; no hay carbón, pero tiene claro que no se avanza al ritmo necesario. “En estos momentos de transformación radical de la sociedad -me dice el tió-, el sector público y el sector privado no trabajan ni duro ni a la vez para avanzar en estos cinco aspectos indispensables:
- Esclarecer el horizonte económico e identificar los escenarios posibles.
- Discutirlo entre todos los actores, todos, y decidir cuáles son los posibles y cómo afrontarlos.
- Consensuar qué hacer y a qué ritmo, sabiendo que el futuro es de las nuevas tecnologías digitales y de todos aquellos que las manejen.
- Poner todos los esfuerzos y recursos para caminar juntos los dos, de manera que resulten dos objetivos claros de reducción: primero, de las desigualdades económicas y sociales; y segundo, de la presión ambiental sobre el planeta.
- Volver a dar a la palabra el valor que siempre ha tenido, ni menospreciarla ni falsear la verdad.
En la carta, el tió añade algunas reflexiones sobre la calidad de la comida que le he puesto y vuelve a recordarme lo de cada año: “la generosidad es una tradición catalana que hay que conservar. Debes ser generoso con todos, como yo lo soy contigo; me das unas frutas, unos frutos secos y unas cuantas pieles y, a cambio, yo cago toda clase de valiosos regalos”.
Recomendaciones a los principales agentes económicos
Al lado de la carta hay un segundo documento que contiene una larga lista de nombres con las recomendaciones para cada uno. Es este:
- A los empresarios y empresarias en general, esfuerzo por transformar sus modelos de negocio e innovar constantemente, de manera que generen más riqueza, más valor social y más rentabilidad, de manera que lideren la sociedad hacia el bienestar de todos; a los pequeños, coraje, y a los grandes, mesura.
- Al presidente Salvador Illa i Roca, una linterna y un porta-pilas para seguir la hoja de ruta marcada sin desviarse ni un centímetro; Catalunya debe ser el país líder indiscutible del estado español al margen de los agravios, por lo que debe sentirse cómodo para avanzar.
- A Alícia Romero Llano, consellera de Economía y Finanzas, una gran capacidad de convicción y una tonelada de tila para convencer a Madrid distrito federal sobre la necesidad de un financiamiento singular; si no vamos hacia fórmulas a medio camino de la federación y la confederación, perderemos todos juntos otros 20 años y probablemente el futuro.
- A Sílvia Paneque i Sureda, consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, y portavoz del Govern, empuje para impulsar las 50.000 viviendas sociales en Catalunya antes de 2030; no las debe construir ella en solitario, sino conjuntamente con los promotores y constructores, dejando el liderazgo a los ayuntamientos.
- A Miquel Sàmper i Rodríguez, conseller de Empresa y Trabajo, que concentre sus esfuerzos en mantener el equilibrio de la oferta comercial entre los grandes y los más pequeños; en permitir que cada destino turístico pueda desarrollarse autónomamente construyéndoles un paraguas nacional; y en estimular la industrialización y la digitalización del país, atrayendo más fondos Next Generation para Catalunya.
- A Olga Pané Mena, consellera de Salud, que coordine mejor la sanidad pública y la privada; el 32,3% de los catalanes que tienen mutua privada -la segunda región con más pólizas del Estado- y el resto de la población desean una sanidad de calidad y puntera con los recursos existentes.
- A Mónica Martínez Bravo, consellera de Derechos Sociales e Inclusión, que no pierda el ímpetu del anterior conseller, Carles Campuzano, con las políticas más avanzadas de todo el Estado en materia de inclusión, inmigración y derechos sociales.
- A Jaume Duch Guillot, conseller de Unión Europea y Acción Exterior, que con sus contactos rescate más fondos Next Generation para Catalunya, sobre todo para las pymes que han recibido hasta ahora las migajas.
- A Óscar Ordeig i Molist, conseller de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, que refuerce la cadena alimentaria catalana, pionera en todo el Estado, alivie la normativa, mejore la eficiencia energética y el uso del agua, y ayude a extender la digitalización de los procesos desde el campo a la mesa, para conseguir productos más saludables, de proximidad y sostenibles.
- Al alcalde Jaume Collboni i Cuadrado, que una vez aprobadas las ordenanzas fiscales, pacte cuanto antes un presupuesto municipal que le permita priorizar el orden del espacio público, la vivienda y la mejora de los barrios, sus tres objetivos principales, sin perder la personalidad y el atractivo de ciudad turística que cuida su territorio al servicio del disfrute de los nativos y de los foráneos.
- A Josep Santacreu Bonjoch, presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, que equilibre definitivamente las cuentas de la institución para volver a ser faro de las empresas y de las administraciones.
- A Isidre Fainé Casas, presidente de CriteriaCaixa y de la Fundación La Caixa, y a Tomás Muniesa, presidente ejecutivo de CaixaBank, que recuerden día a día en cada oficina que el dinero que manejan no es suyo, sino de los clientes que se lo confían.
- A Josep Oliu Creus, presidente de Banc Sabadell, que hable con el presidente de BBVA y le diga que estamos hartos de la estúpida campaña de publicidad en la que unos presuntos accionistas (prepotentes de Bilbao) les explican a los de Sabadell por qué es buena la fusión, como si fueran idiotas.
- Al salmantino Carlos Torres Vila, presidente del BBVA, que deje de hacer el ridículo con la campaña para convencer a los accionistas de Banc Sabadell de los beneficios de la oferta de compra.
- A Antoni Cañete i Martos, presidente de Pimec, que después de haber conseguido que el Parlamento Europeo aprobara en mayo el nuevo reglamento contra la morosidad, se pueda sentar al lado de la gran patronal a negociar todos los aspectos relativos al mundo económico.
- A Josep Sánchez-Llibre, presidente de Foment, que una vez ha democratizado la patronal catalana, siga en la línea de colaboración política y social que ilumina su mandato.
Al lado de la carta del tió y de la lista de los regalos a los hombres y mujeres de la economía, hay una tarjeta que dice: “debemos confiar en estos hombres y mujeres de la economía y del sector público y exigirles; es la única forma de avanzar”.