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Reducir la factura de la luz con 'blockchain'

El ICAEN y la consejería de empresa trabajan en un modelo energético a través de la cadena de bloques que podría hacer autosuficientes las comunidades de vecinos

Un sistema basado en redes gestionadas con 'blockchain' permitiría reducir la factura de la luz
Un sistema basado en redes gestionadas con 'blockchain' permitiría reducir la factura de la luz
Barcelona
12 de Julio de 2018

Ver placas solares sobre los tejados de los edificios es una imagen difícil de encontrar. Más bien es anecdótico, porque la actual legislación ha puesto muchas trabas para dar el paso hacia este modelo más sostenible. Pero esto podría cambiar en poco de tiempo. La consejera de empresa y Conocimiento de la Generalitat, Àngels Chacón, ha anunciado este jueves el proyecto IoCat, que tiene como objetivo impulsar el autoconsum fotovoltaico y permitir que el ciudadano que genere su propia energía y lo almacene con baterías que pueda compartirla a través de la tecnología blockchain.

Así, los ciudadanos podrán transaccionar la energía almacenada de manera fácil, "segura y sin intermediarios" y recibir a cambio recompensas en forma de criptomoneda, que se prevé crear próximamente. El Instituto Catalán de la Energía (ICAEN) es quien ha sido desarrollando la propuesta, junto con la consejería y ayuntamientos catalanes. Su propuesta es crear comunidades de vecinos que, con redes privadas, pueden gestionar su propia energía, ser autosuficientes y, en definitiva, reducir la factura de la luz que nos llega cada mes.

"La propuesta es crear redes aisladas desconectadas de la nacional por empoderar comunidades pensadas para el ciudadano de forma colectiva y que capitalizan en el concepto de energía circular", explica de manera resumida la base del proyecto una de sus impulsoras, Lluïsa Marsal, en un encuentro organizado por el CTecno.

Una ley demasiado restrictiva

El modelo del cual habla la también presidenta de la Asociación Blockchain Cataluña tiene que permitir lograr el tan deseado modelo donde poder vender los excedentes que los edificios producirían con sus placas solares o bien comprar cuandohaya déficit. El último Real decreto aprobado el 2015 por el gobierno de Mariano Rajoy no lo permite. "Aunque los vecinos se entiendan y quiera intercambiar energía, no se puede hacer", remarca Marsal.

Marsal: "La ley está pensada para imposibilitarlo. No hay una prohibición expresa, pero no es viable"

El motivo no es ninguno otro que para depositar el exceso o buscar energía para cubrir el déficit hay que acceder en la red nacional, una entrada sólo posible para los quién operan como productores. Quien no son más que empresas, no ciudadanos, "porque no es viable para el uso doméstico", insiste la experta. "La ley está pensada para imposibilitarlo. No hay una prohibición expresa, pero no es viable y da como resultado que no se instalen placas solares porque un mismo no se lo puede financiar y el regreso es bajo", añade.

Hecha la ley, hecha la trampa

Toda ley tiene su trampa, y aquí la ICAEN lo ha encontrado con la creación de estas redes complementarias e independientes que tendrían que cumplir, según Marsal, con las leyes del sector industrial y no eléctrico.

Marsal: "El blockchain sería la vía porque pague quien más gasta y se remunere quien no llega al límite de su capacidad diaria"

La idea es que los edificios puedan instalar placas solares que alimenten el consumo de toda la comunidad o todo el hogar. Sería un uso circular, el que significa que se podría cubrir el gasto común del día a día, incluido un vehículo eléctrico, y absorber también la energía que estos aparatos sean capaces de generar.

Cómo que en estas comunidades ya nohabría una compañía que hiciera la facturación, "el blockchain sería la vía porque pague quien más gasta y se remunere quien no llega al límite de su capacidad diaria", explica la presidenta de la Asociación Blockchain Cataluña; quién insiste en la importancia de hacer una gestión comunitaria del que es un bien común como el solo y la energía. Por eso apuesta por una cadena de bloques pública y de libre acceso.

El objetivo es quehaya tantos nodos como municipios en Cataluña. Estos nodos serían los ayuntamientos, los que facilitarían al ciudadano darse de alta y entrar en el modelo. A escala más técnica, la ICAEN ha concluido a través de un estudio que el 50% de los edificios de Cataluña podrían cubrir su demanda energética con este modelo. Se haría con un modelo que mantendría la actual conexión en la red comercial energética, pero reduciendo la potencia habitual de 5 kW a 2 kW. "Serviría como punto de conexión en situaciones de palabra mala climatología y para conectar los electrodomésticos que están funcionando las 24 horas del día. Sería un punto de conexión básico", señala Marsal.

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Imagen de la conferencia organizada por el CTecno | Cedida

Por lo tanto, el grueso energético del hogar recaería sobre la nueva red, el que habitualmente proviene de la climatización del espacio. Con este modelo, la miembro de la ICAEN asegura que se lograrían viviendas autosuficientes.

En el caso de las nuevas viviendas, construidos ya de manera más sostenibles a escala de climatización, el modelo cambiaría, a pesar de que se regiría bajo la misma lógica de hacer recaer en el nuevo sistema la parte más importante del consumo.

Como extra, Marsal destaca que podría paliar la pobreza energética si los vecinos asumen un número determinado de familias a quién ayudar. "Cada edificio podría tener un hogar a quién pagar el consumo, que sería bajo, y así se solucionaría el problema de quienes no pueden pagar su factura", propone. El proyecto basado en la cadena de bloques también podría ser un precedente de cara a mejorar la movilidad si se ponen en circulación vehículos privados y eléctricos que cubran la última milla, pero coches compartidos para hacerlo más eficiente.

Un modelo ya validado

Algunos países nórdicos ya han implantado proyectos piloto con redes como estas, pero impulsados desde empresas privadas. Cataluña sería, pues, el primero a poner en marcha una experiencia pública con redes abiertas y totalmente transparentes.

Las sociedades que usan 'blockchain' ya se denominan 'copetition', de cooperación y competición

Ahora bien, para llegar hay que tener una sociedad madura. De aquí que, según Marsal, sean los países nórdicos o el Japón algunos de los pioneros a poner en marcha ideas similares. "Son sociedades con más tradición de organizarse y un comportamiento más cívico, en ellaspueden haber proyectos de bajo hacia arriba", comenta. Y explica, a guisa de anécdota, que los psicólogos ya han definido este tipo de sociedades con el adjetivo copetition -de cooperación y competición-, porque sus vecinos colaboran pero también con una cierta competición.

Una revolución más allá de la economía

El fundador de la consultora de blockchain BTC Guardian y tesorero de la Asociación Blockchain Cataluña, Carlos Barbero, es de quienes ve un uso potencial en la cadena de bloques, tanto en la gestión de la energía como en la de los impuestos. Aun así, también tiene bastante claro que hasta el momento las criptodivises son la única aplicación con más salida de esta tecnología.

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Imagen de la conferencia organizada por el CTecno | Cedida

Define el nuevo paradigma como una "tokenització de la economía tradicional", puesto que se establece un intercambio a través de una moneda virtual a la cual se le ha dado un valor determinado. La diferencia, pero, es que no hay un intermediario, sino que "toda la información de todos los agentes económicos se encuentra en un libro mayor que se descentraliza para evitar ataques y que se hagan cambios". Es decir, el blockchain tiene un solo libro replicado miles de veces. Para manipularlo, habría que cambiar cada una de las copias.

Esta cadena de bloques es privada, tiene unas claves que sólo permiten el acceso a la información a personas concretas. Pero esto no significa que todo sea secreto, sino que hay una total transparencia e immutabilitat de los activos. Todo ello nos trae, a ojos del tesorero de la Asociación Blockchain Cataluña, a una sociedad "más segura y con más poder sobre sus activos", un tipo de "postcapitalisme". Ahora bien, que sea una revolución o una simple reforma dependerá de si la ciudadanía, dice, está dispuesta a coger las riendas e impulsar el cambio a una escalera que vaya más allá del bitcoin.