La lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad nos exigen abandonar los combustibles fósiles y orientar la economía hacia los productos renovables y la circularidad de los mismos. En este sentido, los productos biológicos se convierten en la gran fuente de productos renovables y a su gestión productiva la denominamos bioeconomía. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), define la bioeconomía como "la producción, utilización y conservación de los recursos biológicos, incluyendo los conocimientos relacionados, la ciencia, la tecnología y la innovación, para proporcionar información, productos, procesos y servicios a todos los sectores económicos con el objetivo de avanzar hacia una economía sostenible".
La Unión Europea, en noviembre de 2018, definió la estrategia sobre la bioeconomía. Esta estrategia abarca todos los sectores y sistemas que dependen de los recursos biológicos: animales, plantas, microorganismos y biomasa derivada, incluidos los residuos orgánicos. Pero, tal como afirma la estrategia, para tener éxito, la bioeconomía europea debe tener la sostenibilidad y la circularidad en el centro. Esto permitirá impulsar la renovación de nuestras industrias, la modernización de nuestros sistemas primarios de producción, la protección del medio ambiente y potenciará la biodiversidad.
El proyecto BioBoost
Sin embargo, debemos pasar de los programas a los hechos. Con este fin, la UE, entre otras iniciativas, ha aprobado el programa BioBoost con la misión de acelerar las inversiones en proyectos de bioeconomía en Catalunya. La originalidad y la vocación innovadora de este proyecto me ha impulsado a dirigirme a sus promotores para saber más. Así nos hemos reunido con Veronica Kutchinow de Simbiosy, Sergi Chimenos y Xavier Foz, ambos de Roca Junyent Abogados. Ellos me explican el proyecto. En palabras de Veronica: "Nuestra misión es acelerar la concreción y realización exitosa de proyectos empresariales en el ámbito de la bioeconomía. Dicho en otras palabras, BioBoost es un facilitador. Es, en realidad, un servicio de innovación estratégica a partir de bio-oportunidades de negocio, con la finalidad de reducir los riesgos de la inversión, el tiempo de ejecución y evitar, por tanto, que las dificultades provoquen el abandono de proyectos transformadores. Nuestros posibles clientes son empresas agroindustriales, grupos de inversión y empresas energéticas".
Para tener éxito, la bioeconomía europea debe tener la sostenibilidad y la circularidad en el centro
¿Quién forma parte de BioBoost?
El proyecto cuenta como socios a cuatro empresas que se complementan en las capacidades técnicas y empresariales. Roca Junyent Abogados aporta los servicios administrativos-legales. Tal y como expone Sergi: "Estamos trabajando en la catalogación de los proyectos empresariales estratégicos con el fin de aportar respuestas y propuestas de mejora en procesos de implementación de los proyectos. Detectamos que la normativa cuenta a veces con plazos imposibles. Nuestra labor quiere situarse cerca del regulador con la finalidad de aligerar requisitos. Es decir, hacer posible aquello que los defectos de diseño de procedimiento han hecho imposible". La empresa Inveniam aporta las tareas de modelo de negocio. La empresa Aeris, unspin-off de la UAB, está especializada en desarrollos biotecnológicos y aporta capacidades para deshacer nudos tecnológicos de los proyectos. Simbiosy es una empresa de consultoría con capacidades para facilitar acuerdos y prospectiva para detectar posibles colaboradores en los proyectos estratégicos a emprender. En este sentido, está elaborando el mapa de las empresas que disponen de recursos de origen biológico sobrantes susceptibles de transformación bioeconómica. Además, BioBoost cuenta con un comité asesor con participación de la administración pública, representantes del mundo universitario, de empresas del sector y grupos inversores.
Los hitos
BioBoost se ha comprometido ante la Unión Europea a "acelerar" proyectos de bioeconomía circular hasta 30 millones de euros antes de 2026. Comenta Verónica la previsión de poder asesorar entre 8 y 10 proyectos sistémicos. Como proyecto sistémico se entiende aquel que aprovecha las interrelaciones posibles con otros integrantes del territorio para maximizar los beneficios tanto de cada uno como del conjunto. Tal y como explica Xavier, estos proyectos suelen tener, además, un mayor apoyo de las instituciones públicas debido a su mayor probabilidad de éxito. Al mismo tiempo, se quiere demostrar ante la Unión Europea que el acompañamiento integral facilitador de estos proyectos sistémicos, tal y como BioBoost pretende, es una fórmula eficiente y que deberá formar parte de las dinámicas de gestión de los proyectos sistémicos del futuro.
Los BioBoosters
A los proyectos susceptibles de formar parte de la actividad de BioBoost los llaman BioBoosters. Las características que se buscan para ser considerado proyecto susceptible de ser "acelerado" por BioBoost son:
1. Deben ser proyectos escalables y sostenibles a lo largo del tiempo.
2. Relacionados con la bioeconomía. Es decir, que formen parte de la producción de algún producto de origen biológico.
3. Que tengan un impacto sistémico. Por lo tanto, que impacten más allá de la propia empresa y aporten desarrollo al territorio.
4. Que necesiten colaboración de diferentes entidades empresariales o institucionales.
5. Que, en este caso, desarrollen su actividad en Catalunya.
6. Que supongan una inversión superior al millón de euros.
BioBoost cuenta con un comité asesor con participación de la administración pública, representantes del mundo universitario, de empresas del sector y grupos inversores
Alcarràs Bioproductors SAT
Actualmente, en el momento inicial, están colaborando en dos proyectos. El BioBooster más destacable es el proyecto de Alcarràs Bioproductors. Se trata de una agrupación de ganaderos que agrupa a más de 150 familias ganaderas. Fruto de esta unión ya han construido una planta de compostaje a partir de los excrementos de terneros y purines sólidos de porcino que produce 27.000 toneladas de un abono orgánico más competitivo y sostenible que su equivalente químico. Sin embargo, la planta de compostaje es solamente el comienzo de un proyecto mucho más ambicioso articulado en torno a una planta de biogás. Con este proyecto de bioeconomía circular se pretende producir, por un lado, fertilizante orgánico; en segundo lugar, producir electricidad a partir de la combustión del gas obtenido y, finalmente, estudiar la recuperación de otros nutrientes de valor obtenidos de la gestión bioeconómica de los residuos.
Presentación pública del proyecto
El día 7 de junio, el Col·legi d’Economistes y el Col·legi d’Agrònoms han organizado conjuntamente la presentación del proyecto BioBoost, con participación de Alcarràs Bioproductors y del Parc Agrobiotech de Lleida. En este acto está previsto que empresas diversas puedan exponer en formato corto sus proyectos, propuestas, ideas o inquietudes susceptibles de formar parte de este gran impulso hacia la bioeconomía circular. Al mismo tiempo, el día 20 de junio está prevista la inauguración de la oficina de BioBoost en el BiohubCAT en Lleida.
Estamos al comienzo de un gran cambio. De tal manera que se están convirtiendo problemas en soluciones. Se está transformando el problema de las deyecciones ganaderas, con todo lo que puede suponer de contaminación y emisiones de gases efecto invernadero, en una actividad sostenible que aporta valor a las áreas rurales. La bioeconomía circular abre una nueva dimensión a la realidad económica del país. Pero, tal y como afirman mis interlocutores de BioBoost, a veces hace falta un empujón para llevar los proyectos a la realización concreta. En esta labor BioBoost compromete talento, trabajo y capacidades.