El otro día estaba hablando con unos compañeros de profesión y líderes empresariales. Tenemos un país que se caracteriza, con mucho orgullo, por la tradición de la empresa familiar. Y con esto el relevo generacional que comporta. El 86% de las empresas catalanas son familiares, según los últimos informes.
Sin ningún tipo de duda, la transmisión del negocio de padres a hijos, donde se mezclan profesionalidad y sentimientos, requiere mucha planificación. Me gusta mucho leer los artículos de Jordi Tarragona, coach y consejero de empresarios en VIA Empresa. Y quiero dejar por escrito las siguientes constataciones:
- El 86% de las empresas catalanas son familiares. Necesitamos asesoramiento y formación constante.
- Continuar con el legado no es una obligación. Puede ser una opción. Tiene que prevalecer la meritocracia en muchos casos si queremos sobrevivir.
- Tenemos que dejar que nuestros hijos, siempre que sea posible, se formen, vean mundo y aprendan de otras compañías.
- La comunicación es esencial. Atención a los conflictos escondidos que no salen a la luz.
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