Un homenaje a la amistad de los fundadores de las empresas farmacéuticas catalanas, desde Esteve, Almirall y Andreu. Un recorrido a lo largo de la historia de tiendas de boticarios, de remedios caseros, de pseudociencia y auténticos gigantes de la innovación. El Museu Nacional de la Ciència i la Tècnica de Catalunya (Mnactec) ha estrenado la exposición Els medicaments a Catalunya. Empresa, ciència i innovació per a la salut, una muestra expositiva producida conjuntamente por el Mnactec y la Fundació Uriach (que gestiona y difunde el patrimonio industrial, cultural y artístico de la compañía farmacéutica catalana Uriach) sobre la evolución científica y tecnológica que ha experimentado la fabricación de medicamentos en Catalunya. Una condensación sobre el medicamento catalán que nunca se había hecho en la historia.
“Los orígenes de la farmacia catalana tiene que ver con los productos naturales, que se basaban en plantas medicinales tradicionales y de fórmulas aprendidas de generación en generación. Como consecuencia, no existían estudios reglados de farmacia y no existió una facultad universitaria para esta carrera en Catalunya hasta 1945”, apuntan Judit Entrena y Jordi Seguero, técnicos de la Fundació Uriach e impulsores de la exposición en Terrassa.
"En la Catalunya de inicios del siglo XX había remedios secretos con fórmulas desconocidas"
“También había remedios secretos con fórmulas desconocidas y los autores guardaban celosamente la receta. Por ejemplo, era común encontrar el elixir de la larga vida con muchos usos diferentes, que prometían alargarte la vida. Había productos con más de 70 ingredientes que llevaban cabeza de serpiente, enebro y remedios extraños”, continúan los expertos.
Una farmacia de Uriach | Cedida
Una evolución de remedios naturales de plantas que evolucionan hacia la química gracias a la revolución industrial. Una aproximación a la innovación y la tecnología para aplicar el conocimiento que aterriza con la creación de los laboratorios. Sin embargo, “la Guerra Civil Española lo dio la vuelta todo y provocó un gran retroceso”, apunta Entrena. "Por suerte, con la recuperación en los años 60 empiezan a crearse los verdaderos departamentos de investigación, para convertirse en empresas realmente potentes, como por ejemplo con Uriach, que ya tiene 180 años de historia". Y Biodramina, como guinda del pastel.
"La Guerra Civil Española le dio la vuelta a todo y provocó un gran retroceso en la industria farmacéutica"
El producto estrella: la Biodramina
La icónica marca Biodramina, de la farmacéutica catalana Uriach, cumple 70 años. Después de siete décadas, este medicamento sigue siendo un referente en la prevención y tratamiento de los síntomas del mareo producidos por los medios de transporte. Sus orígenes se remontan a 1944, con el desembarco de Normandía. El Doctor Joan Uriach, presidente honorífico de la compañía, supo de la existencia de un fármaco que se facilitaba a los soldados que iban a combatir a la guerra para evitar que se marearan y decidió llevarlo al Estado español, comercializándolo en 1952 con el nombre de Biodramina.
Entrena y Sequero explican que "es el producto más icónico de la compañía, pero no el más importante ni el que ha aportado la facturación más elevada". Además, detallan que en los 60, con el auge de los famosos coches 600 y con unas campañas de publicidad que iban al público objetivo, como en agencias de viaje o cruceros, fue todo un éxito. Hasta la fecha, que no se habla de producto del mareo, sino de la marca.
Los pacientes: cada vez más empoderados
Uno de los cambios más notorios a lo largo de los años ha sido que antes los pacientes eran "pasivos". Es decir, según apuntan los impulsores, muchos de ellos eran pacientes que bebían, fumaban y no se cuidaban. Les daban un fármaco y ya "estaba solucionado". Por el contrario, en la actualidad se trata de un paciente activo que se preocupa por su salud. Buscan la vida sana, hacen deporte, duermen las horas correspondientes, les gusta el yoga, el mindfulness y encuentran soluciones naturales.
Un cartel de Biodramina | Cedida
Un recorrido en la medicina catalana que encuentra lugar en la amistad entre el doctor Uriach, Esteve y Almirall. Los expositores detallan que es común que en un gremio haya rivalidades, pero ahí estaban muy unidos, habían estudiado juntos y se ayudaban mucho entre ellos. "Tenían una voluntad catalana tradicional de cooperar para avanzar, de si crece uno, crece todo el mundo", concluyen.