El debate que gira en torno a las relaciones laborales en las plataformas digitales es la punta de lanza de una realidad más amplia: la irrupción de la tecnología dentro del mundo laboral está revolucionando la manera de trabajar y las condiciones sociales de los ocupados porque ha dotado de flexibilidad y autonomía a las personas trabajadoras. Ante el recelo que puede generar el adelanto tecnológico porque se ve como un instrumento de destrucción de ocupación, también hay quién defiende que dará pie a nuevas maneras de trabajar y de regular las relaciones laborales.
Sólo hay que reflexionar sobre el debate existente en torno a los derechos laborales de los riders (repartidores) o trabajadores de las plataformas de entrega de productos a domicilio para darse cuenta de que la manera de hacer las cosas y de dar servicios está en cambio constante y que da pie a un modelo laboral diferente, en parte también porque las personas ya no están interesadas en trabajar sólo en un proyecto laboral y todavía menos que este sea para toda la vida.
Un nuevo contrato laboral
Los autónomos y los freelancers tienen unas relaciones laborales diferentes a las ligadas a un contrato laboral tradicional, y no son sólo aquellos con un trabajo considerado low cost y asociado generalmente con determinadas plataformas digitales, sino que ahora ya afecta a cualquier escala de profesionales.
Así pues, como rediseñar el futuro del trabajo y de los trabajadores es una necesidad imperiosa que estos días se ha puesto en debate en la jornada Reshaping Work sobre el Futuro(s), trabajo(s) y un nuevo contrato social que ha organizado Ouishare.
Expertos y profesionales, empresas y trabajadores, tienen claro que no todo el impacto que está teniendo la tecnología en el mercado laboral proviene de las plataformas digitales proveedoras de servicios a domicilio porque sólo un 3% de la población trabajadora está ocupada en este relativamente nuevo segmento de actividad.
"Sólo un 3% de la población trabajadora tiene trabajo en las plataformas digitales de servicios a domicilio"
La experta y académica por la Universidad de Castilla La Mancha, Luz Rodríguez, explica que las áreas afectadas laboralmente por los adelantos tecnológicos y las nuevas formas de trabajar son la ocupabilidad y la formación, con grandes incertidumbres sobre aspectos como dónde se crearán los nuevos puestos de trabajo y/o qué calificaciones requerirán.
"Sin una acertada y ajustada formación en las nuevas necesidades del mercado de trabajo no habrá oferta de ocupación para una buena parte de la masa trabajadora", añade Rodríguez.
Tecnología: libertad, control o dominio?
La académica también advierte de los riesgos y grietas que estos cambios abren dentro de las relaciones laborales. Si bien la tecnología ha proporcionado unos niveles de flexibilidad y autonomía antes inexistentes, también ha desdibujado los límites y ha roto las fronteras que venían marcadas por las instituciones laborales.
Rodríguez: "La tecnología nos permite liberarnos de la sumisión al continuo poder de control empresarial pero a la vez facilita un dominio exhaustivo de todo aquello que hacemos o dejamos de hacer"
"La tecnología nos permite liberarnos en parte de la sumisión al continuo poder de control empresarial pero a la vez facilita un dominio exhaustivo de todo aquello que hacemos o dejamos de hacer", manifiesta Rodríguez. Los análisis demuestran como el 80% de las personas mezclan el tiempo de trabajo con el tiempo personal mediante el uso de las tecnologías.
Un estudio de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) de 2016 muestra que España es la primera potencia europea de trabajo en economía de plataformas en cuanto a número de contratos laborales y que un 17% de las personas en edad de trabajar realizan actividades por medio de plataformas digitales como mínimo una vez por semana y para un 9,4%, la mayoría mujeres, ha sido su renta básica y única fuente de ingresos.
"España es la primera potencia europea en número de contratos laborales en plataformas"
Es por lo tanto una opción laboral al alza que viene impulsada también por un número cada vez más grande de trabajadores autónomos y freelancers. Miguel Ferrer, Head de Asuntos Públicos para el sur de Europa en Glovo, destaca estos datos porque, a su parecer, demuestran que hay personas que ya prefieren trabajar en una plataforma y que por lo tanto, su impacto socioeconómico no se puede despreciar y se tiene que analizar en positivo.
Precariedad y (hiper)competitividad
Ferrer ha participado en uno de los talleres de la jornada Reshaping Work con un debate muy intenso con el resto de participantes. Jordi Mateo, presidente de la Asociación Profesional de Riders Autónomos (APRA), María Fierro (APP Sindical) y Carlosdel Barrio (CCOO). Este último alerta que "la digitalización persigue en algunos casos pasar a precario las relaciones laborales".
Del Barrio dice que en las plataformas de servicios a domicilio, que califica de sector refugio porque han entrado muchas personas con muchas necesidades, "se traslada la responsabilidad de los niveles de productividad a los trabajadores y que se genera hipercompetitividad".
Desde el sindicato se rechaza la idea de resolver estas distorsiones que se están provocando en el mercado y las relaciones laborales con la creación de un contrato de trabajo ad hoc y se apuesta por incorporar nuevos y adecuados ámbitos funcionales en los convenios colectivos sectoriales a través de cláusulas específicas.
Más de un millón de personas...
Un informe de CCOO de Catalunya, del 2018, elaborado con la UAB cifra que un millón de personas, el 19% de la población, ha recibido ingresos que derivan del trabajo de plataforma y que 280.000 personas, el 5% de la población, ha hecho trabajos en economía de plataforma, el 8,5% de todos los ocupados en Catalunya. Las cifras son menores que la media de la UE, pero estos trabajadores son más dependientes y más vulnerables, según CCOO.
En cuanto al perfil del ocupado, un 60% es masculino y un 40% es femenino, con franjas de edad más maduras que la media europea (42% tiene entre 30 y 44 años). En Europa el perfil es más esporádico y joven.