Hace pocos días saltó la bomba: Jaume Roures Llop (1950), fundador, máximo ejecutivo y cara visible de la firma Mediapro había abandonado la empresa contra su voluntad. El máximo accionista, un grupo chino, decidió retirarle las atribuciones de CEO, una decisión que resultó difícil de digerir para el empresario catalán, que respondió asegurando que dejaría de ser accionista de la compañía, a la vez que disparó contra su socio y amigo Josep Maria "Tatxo" Benet Ferran (1957) -que mantiene el cargo de CEO, ahora en solitario- porque, según parece, le puso trabas para que se despidiera de los trabajadores mediante un canal corporativo.
Si Roures confirma lo que anunció, próximamente dejará de ser accionista y, por lo tanto, venderá el 5% de las acciones que todavía mantiene en cartera. Desde fuera de la yema del huevo de la productora, resulta muy difícil interpretar este divorcio y saber qué hay de verdad y qué hay de simulación impostada, pero en todo caso, la decisión tiene efectos inmediatos y no parece que tengan que dar más explicaciones públicas alrededor de los detalles de la ruptura.
La mayoría de la gente conoce Mediapro por su actividad en la gestión de derechos audiovisuales, que es el embrión del grupo, pero una parte del negocio proviene de la producción, como por ejemplo la retransmisión de partidos de fútbol, donde toda la tecnología (unidades móviles, cámaras, realizadores estrella, etc.) la ponen ellos. Las principales instalaciones de producción de televisión las tienen ubicadas en Barcelona y Madrid, a pesar de que en otras zonas del Estado y en el extranjero también tienen activos importantes. En el año 2018 entró al accionariado la firma china Southwind Media, subsidiaria del fondo Orient Hontai, que desde entonces ha aportado bastantes fondos como para equilibrar el balance de la productora, que hasta aquel momento mostraba una excesiva carga de deuda.
En el año 2018 entró al accionariado la firma china Southwind Media consiguiendo la mayoría del capital (un 53%)
Con aquella primera inversión, los chinos consiguieron la mayoría del capital (un 53%), gracias a adquirir las participaciones de inversores bastante relevantes como Juan Abelló (Torreal) o los mexicanos de Televisa. En una segunda ronda inversora llegaron al 80% del capital, mientras que los fundadores, Roures y Benet, se replegaron hasta el 5% cada uno. La historia había empezado en el 1994, cuando los dos empresarios mencionados, más Gerard Romy Belillos, que se habían conocido trabajando en la televisión pública catalana, decidieron sacar rentabilidad a los conocimientos adquiridos en el mundo de los derechos de televisión. El invento funcionó bastante bien, y hoy, menos de tres décadas después, el conglomerado audiovisual factura ya más de 1.200 millones de euros.
Mucho antes de todo aquello, Roures ya era conocido por su relación con Johan Cruyff, a quien le gestionaba ciertos asuntos personales y también le hacía de portavoz. Pero la relación con el neerlandés era mucho más que profesional, porque Rpures lo consideraba un amigo y un ídolo. La razón de todo se explica con el comportamiento de Cruyff respecto al padre de Rpures: cuando este último estaba ingresado en el hospital, su hijo pidió a la estrella neerlandesa algún detalle para animarle los días y este decidió irlo a ver personalmente y estarse junto a la cama, un gesto que Jaume Roures nunca ha olvidado.
La relación que el empresario catalán ha tenido con el Barça ha sido siempre intensa; primero, a través de la gestión de los derechos de televisión cuando estaba en Tv3 y más recientemente, como todo el mundo recordará, ayudando a Laporta a conseguir los avales necesarios para acontecer presidente del club. Aquel primer globo de oxígeno tendría después una reedición cuando, a través de la firma Orpheus Media, invirtió en la sociedad audiovisual del FC Barcelona, en un momento de necesidad de la entidad barcelonista. El museo-experiencia del club también es producto de la factoría Roures. Pero no todo es fútbol y retransmisiones deportivas, porque no podemos olvidar la vertiente de cineasta de Robles, a través de las diversas producciones realizadas, algunas con la dirección del gran mito Woody Allen.
Sin las responsabilidades y obligaciones a las cuales estaba sujeto mientras era el primer ejecutivo de Mediapro, y con músculo financiero disponible, seguro que bien pronto veremos a Roures en nuevas iniciativas empresariales.