
Humo, ruido, niños enfermos, hedor intenso, aire pesado y ropa tendida llena de ceniza en los balcones de los hogares. Más de 1.000 mujeres de Sant Adrià de Besòs dijeron "basta" durante 1966 a la contaminación de la central térmica de las Tres Xemeneies, especialmente las que residían en La Catalana y El Besòs, barrios muy humildes y densamente poblados. En medio de huelgas, cortes de calle, asambleas y manifestaciones durante los últimos años del franquismo, la central de producción eléctrica gestionada por Fecsa (actualmente Endesa) funcionaba con fuel y fue clausurada en 2011 por cuestiones medioambientales y de eficiencia. Con chimeneas de 200 metros de altura -similares a la Torre Agbar de Barcelona-, son hoy un símbolo del patrimonio industrial y la memoria obrera de la zona. Ahora bien, recientemente se ha anunciado un cambio que puede "revolucionar", para siempre, el sector audiovisual catalán.
Si vamos por partes, para entender la magnitud de los 40 años de funcionamiento de esta infraestructura, se estima que trabajaron entre 200 y 300 personas, entre ingenieros, técnicos, operarios, personal de mantenimiento y obreros. Las mujeres, sin embargo, tan solo llegaron a ser el 1% del personal. En las Tres Xemeneies también contaban con muchas empresas subcontratadas para trabajos puntuales, como la limpieza, el mantenimiento externo o los suministros.
Las Tres Xemeneies se conocían popularmente como la Sagrada Familia de la electricidad o como el "Chernóbil catalán" por su contaminación
A pesar de su importancia, la central térmica de las Tres Xemeneies no abastecía a toda Catalunya, pero sí que era una de las principales fuentes de electricidad para el Área Metropolitana de Barcelona y los alrededores. Aportaba electricidad sobre todo a la ciudad condal, Badalona, San Adrià de Besòs, Santa Coloma de Gramenet y municipios cercanos, pero estaba conectada a la red eléctrica general, así que también podía reforzar otros puntos según las necesidades. En Catalunya había (y hay) otras centrales importantes: nucleares como Ascó y Vandellós, hidroeléctricas en los Pirineos, y otras centrales térmicas como la de Cubelles, ahora cerrada también. Sin embargo, tal como ha detallado en reiteradas ocasiones Ramon Sierra, extrabajador y miembro de la Plataforma Salvem les Tres Xemeneies, "en el momento álgido de producción, suministró electricidad a un 30% de Catalunya".
Unos inicios sindicalistas con mucha represión

Llamada por algunos como la Sagrada Familia de la electricidad o como el "Chernóbil catalán", la central arrancó bajo unas condiciones malas para los trabajadores. Esto provocó que el primer año hubiera una huelga de trabajadores. Un hecho que será recordado por la muerte de uno de ellos, Manuel Fernández Márquez, de solo 27 años. Durante las protestas, la policía disparó a este trabajador y lo mató. Este hecho marcó la historia laboral de la central y la lucha obrera de la época.
Aunque el combustible y la altura de las chimeneas se ajustaban a la normativa medioambiental de la época, la central generó la conocida como lluvia negra, una extensión de polvo de partículas férricas que provenían del fuel y que afectó a los municipios de San Adrià de Besòs y de Badalona. Aún más, durante su funcionamiento, esta central emitía grandes cantidades de contaminantes, como 57.000 toneladas anuales de dióxido de azufre (SO₂), provocando fenómenos como lluvias ácidas y negras. Esta situación llevó a la declaración de la zona como atmosféricamente contaminada en 1983.
Las protestas ciudadanas por la contaminación desencadenaron el cierre gradual de la central. En 2008, los vecinos de San Adrià de Besòs decidieron con un referéndum que se conservara parte y desde 2012 y hasta 2017 se hicieron los trabajos de desmantelamiento y derribo excepto de los edificios que se han mantenido y catalogado.
Alfambra (biólogo experto en gestión ambiental): "Hace 150 años que Sant Adrià es el patio trasero del industrialismo catalán"
Sin embargo, tal como detalla Franesc Alfambra Domínguez, biólogo experto en gestión ambiental y planificación territorial en una opinión en Crític, "la incineradora Tersa, inaugurada en 1975; las dos térmicas de ciclo combinado de Endesa y de Energy, inauguradas en 2004, y otra de Endesa, en 2011, siguen envenenando el aire del Barcelonés Norte". "El Plan de costas de 1986 preveía eliminar las industrias y desplazar el ferrocarril del frente litoral desde el Poblenou hasta Montgat. Con los Juegos Olímpicos del 92, Barcelona alcanzó los objetivos del plan; pero, desgraciadamente en San Adrià, en Badalona y en Montgat se incumplió el segundo. Hace 150 años que San Adrià es el patio trasero del industrialismo catalán", reivindica.
Un revolucionario 'hub' audiovisual

Con la bienvenida a una nueva etapa, se espera que se evolucione de la fábrica de la energía a la fábrica de cultura. Según ha anunciado el presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, el espacio se transformará en lo que se conoce como Catalunya Media City. El edificio de 22.600 metros cuadrados se convertirá en un centro dedicado al audiovisual, el videojuego y la cultura digital, con ejes de formación, producción y exhibición. La previsión es que acoja entre 2.000 y 2.500 estudiantes universitarios y de formación profesional cada año.
De hecho, para hacer realidad este ambicioso proyecto, la Generalitat, el Consorcio del Besós, el Ayuntamiento de Terrassa y la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals han firmado un protocolo de colaboración, con la previsión de que las obras del Catalunya Media City puedan iniciarse en 2026. Con una inversión total de 70,8 millones de euros, la previsión es que las obras se inicien en verano de 2026 y que se alarguen unos dos años hasta finales de 2028.
El interior de esta antigua fábrica también acogerá programas de residencia, investigación y apoyo empresarial, en los cuales participarán tanto universidades como empresas para acompañar la producción audiovisual. En este sentido, el espacio contará con un centro de investigación pionero, espacios de incubación y coworking para que los emprendedores del sector audiovisual encuentren en este espacio un lugar donde crecer.
El Catalunya Media City tendrá una inversión de 70,8 millones de euros
La infraestructura también acogerá una sala de actos de 500 metros cuadrados con capacidad para 250 personas, una sala inmersiva de 400 metros cuadrados, tres platós, dos estudios de grabación, salas de montaje y de reuniones, entre otras prestaciones. Además de la sala de turbinas, la propuesta también incluye la construcción de un nuevo edificio que prolongará la nave con un vestíbulo y un gran balcón hacia el litoral badalonés.
Aparte de las obras de esta antigua fábrica de San Adrià de Besòs, el otro eje del Catalunya Media City es el Parc Audiovisual de Catalunya situado en Terrassa, que hace dos décadas que está en funcionamiento. Un espacio que ahora también se ampliará, con una inversión de 13 millones de euros —10 de los cuales son aportados por la Generalitat y 3 por el Ayuntamiento de Terrassa—.
Finalmente, el nuevo plan que prevé la transformación de 32 hectáreas de Las Tres Xemeneies no solo incluirá el futuro hub audiovisual, sino también un gran parque urbano de 10 hectáreas y 185.000 metros cuadrados de viviendas.
Allí donde antes se extendía la ceniza, la grisura y las reivindicaciones del movimiento obrero al final del franquismo, ahora crecerán ideas, proyectos y nuevo talento. Este cambio no es solo urbanístico o tecnológico, sino también simbólico: es el testimonio vivo de un territorio que, después de décadas de cierta invisibilidad y fuertes reivindicaciones, se quiere convertir en protagonista.