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Sala-i-Martin, los felices años 20 y la incompetencia de los gobiernos

El economista avisa de que "estáis solos. No confiéis en que el gobierno os ayude porque el dinero de los fondos de recuperación irán a parar a los amigos"

Xavier Sala-y-Martin
Xavier Sala-y-Martin
Barcelona
16 de Octubre de 2020
Act. 16 de Octubre de 2020

Se hace difícil ver una salida y visualizar cuándo acabará la crisis provocada por la covid-19, y todavía más ahora que la segunda ola nos está haciendo volver a las limitaciones, las restricciones y las prohibiciones. Pero Xavier Sala-i-Martin lo tiene claro y así lo demuestra su optimismo. "Resistid porque saldremos adelante, a pesar de que el camino no será fácil". Este es el mensaje de esperanza que el economista enviaba durante la XIX Jornada Gresol, donde ha puesto los puntos sobre las íes y ha dado caña a la "incompetencia de los gobiernos". Un viaje en el tiempo de la mano de Sala-i-Martin hasta el año 1918, cuando estalló la gripeespañola, ilumina el final del túnel. Hace 102 años, nadie sabía qué era un virus, murieron 50 millones de personas y el PIB cayó un 8% de media en todo el mundo. Y, después, llegaron los felices años 20.

 

"Seguramente, los años 20 del siglo XXI serán tan gloriosos como los años 20 del siglo XX". Como explica el economista, la gripe española tuvo cuatro grandes olas que duraron alrededor de dos años y empezó cuando todavía duraba la I Guerra Mundial. Entonces "iban a ciegas y no sabían qué era un virus porque no eran detectables", pero en 1920 empezó la remontada: "El PIB se multiplicó, la bolsa subió, aparecieron los coches, los teléfonos, las radios, se crearon las grandes ciudades...", recuerda. Ahora, la cosa es diferente. Dejando de momento de lado la "incompetencia" de algunos gobiernos, la diferencia entre 1918 y 2020 es que "ahora tenemos conocimientos y hemos puesto a trabajar a todos los cerebros de la humanidad para solucionar un solo problema".

De hecho, a diferencia de hace 102 años, en sólo una semana se identificó el genoma del virus y, a partir de aquí, "científicos de todo el mundo han colaborado para encontrar soluciones". ¿La apuesta de Sala-i-Martin? "En la segunda mitad de 2021, el problema estará prácticamente solucionado" porque, augura, "bien pronto tendremos la vacuna y entonces ya la habremos aplicado a una gran cantidad de la población de los países ricos". Pero, ¿qué cambiará a partir de ahora y qué consecuencias económicas nos dejará el coronavirus?

 

Sala-i-Martin: "En la segunda mitad de 2021, el problema estará prácticamente solucionado"

Seguramente habrá generaciones que ya verán un mundo diferente después de la pandemia, otras que habrán pasado por esta situación con una vida ya construida, pero hay una generación que quedará "señalada por su incapacidad de encontrar buenos trabajos y buenos salarios", la generación de los "jóvenes de 30 años que están sufriendo la segunda gran crisis". Esto se suma al hecho de que, "como consecuencia de la solución, ha habido montañas de quiebras, una crisis económica sin precedentes y los gobiernos están muy endeudados", cosa que, evidentemente, "nos dejará cicatrices permanentes" que se tendrán que saber gestionar. Teniendo en cuenta que "la crisis nos dejará con una macroeconomía arruinada", habrá que ver, según Sala-i-Martin, "si el sistema financiero financia proyectos creativos, innovadores y diferentes" porque este será el futuro: un nuevo modelo económico y a la caza y captura de la competitividad.

Problemas escondidos (y ahora destapados)

Pero la crisis de la covid-19 también ha destapado "problemas que ya teníamos escondidos" y que, si no se pone hilo a la aguja, nos dejarán atrás en el ranking mundial de competitividad (y prosperidad). El Foro Económico Mundial ya alertó a España de que "tiene un problema grave" porque "es un país con una deuda excesiva ya antes de la covid y esto se ha acentuado". Y esto se añade a una justicia que "no es independiente", a los casos de corrupción, las "élites extractivas"... Además, el modelo de país actual no va en linea con lo que nos depara el futuro más inmediato.

"Tenemos un problema de dinamismo empresarial", avisa Sala-i-Martin, que lamenta que "nuestros niños prefieren trabajar como funcionarios que crear su propia empresa", y lo ejemplifica con una situación muy clara. Todos sus estudiantes de Nueva York tienen espíritu emprendedor, los de Barcelona "prefieren trabajar en La Caixa". Y este modelo se tiene que cambiar y se tiene que educar a la infancia con un carácter emprendedor que ayude a enriquecer el país en todos los sentidos.

Sala-i-Martin: "El problema de todo esto no es la mala gestión que han hecho del virus, sino que esta gente que ha demostrado incompetencia será quien gestionará los fondos de recuperación"

Dicho esto, los problemas de España antes de la covid-19 se han acentuado con la gestión de la pandemia, una gestión que Sala-i-Martin tilda de "fracaso monumental". "La primera solución fue poner a militares como si el virus se matara a golpes de bomba. Fueron estafados por los chinos cuando compraron tests para personas embarazadas, se autoproclamaron defensores del país y España subió arriba del todo en cifra de contaminados", pone encima la mesa.

Y, ¿qué nos da a entender todo ello? Según el economista, "el problema de todo esto no es la mala gestión que han hecho del virus, sino que esta gente que ha demostrado incompetencia será quien gestionará los fondos de recuperación". Y esto sólo quiere decir una cosa y él lo tiene claro. "Tengo todas las sospechas y el convencimiento de que quién saldrá ganando serán las empresas amigas que acostumbraban a hacer terremotos en la costa de Tarragona. No confiéis que el gobierno os ayude, estáis solos. El dinero irá a pagar a los amigos, vosotros no veréis nada", advierte.

¿Un nuevo orden mundial? Adiós a la globalización

Sea como sea, y como dice Sala-i-Martin, "el virus ha agravado unos problemas que ya teníamos", entre los cuales destaca la "invasión de derechos" y la "falta de libertad" por parte de los estados-espia que "han aprovechado la pandemia para recoger más datos sobre nosotros". Y aquí llega una nueva advertencia: "Los estados lo aprovecharán para hacerse más poderosos", cosa que, "si actuaran por el beneficio de la sociedad, no habría ningún problema".

Sala-i-Martin durant la xerrada

Sala-i-Martin durante la charla

Pero más allá de todo, tenemos que ser optimistas. La covid-19 ha acelerado la cuarta revolución industrial, "la madre de todas las revoluciones" puesto que "están convergiendo una serie de tecnologías disruptivas que hacen que la sociedad cambie de manera brutal". Esto también nos conducirá hacia el "fin de la globalización". Sobretodo porque el virus ha demostrado que no podemos depender de otros países en cuestiones de producción y el hecho de que todo se produjera en China "despertó las sospechas de todo el mundo".

De este modo, a pesar de que "las cosas no serán tan baratas como hasta ahora", aparecerán nuevas oportunidades que pueden beneficiar a la economía como pasar a hacer industrias que sólo se hacían en Asia a Occidente. Podría ser el caso, por ejemplo, del futuro de la fábrica de Nissan. Si se consigue que Catalunya tenga una planta de vehículos eléctricos y una fábrica de baterías eléctricas, el territorio catalán ganará mucha competitividad.

Sala-i-Martin: "Que todo se produjera en China ha despertado las sospechas de todo el mundo hacia la China. Vamos hacia un mundo donde se desacoplen las economías"

Este cambio de modelo va acompañado también del nuevo modelo híbrido con que trabajarán la mayoría de empresas mezclando el teletrabajo y el trabajo presencial. "Esto tendrá implicaciones en las grandes ciudades, las empresas no tendrán necesidad de tener en el centro las grandes oficinas carísimas y esto tendrá implicaciones en los precios de la vivienda", explica.

Y, como estas, tantas otras oportunidades como la puesta en marcha del "cerebro social colectivo" para avanzar en el problema. Porque, como dice Sala-i-Martin, "los años 20 del siglo XXI serán tan felices como los años 20 del siglo XX" y ahora lo tenemos mucho más fácil que entonces.