Hace unas seis semanas publicamos este artículo donde, además de comentar la situación financiera del Barça, avanzábamos dos cosas relativas al cierre de cuentas de la temporada 2023/24, que todavía no conocíamos. En primer lugar, dejamos escrito que "el presidente aseguró que el resultado ordinario sería positivo, pero insistió tanto en el hecho de que era la parte ordinaria de la cuenta que es fácil deducir que el bottom line volverá a tintarse de rojo, o sea, que el Barça volverá a perder dinero una vez más".
En segundo lugar, hablamos de una situación kafkiana de Barça Vision (empresa de otrora conocida como Barça Media, Barça Studios o Bridgeburg Invest), con las siguientes palabras: "El fracaso de Barça Vision, la firma filial que tenía que salir a bolsa y que ha protagonizado un fiasco colosal por culpa de los impagos de los nuevos socios, ahora parece revivir con un nuevo asociado que cubrirá parte del agujero existente y que, para hacerlo todo más complicado todavía, es el concesionario de cátering del Nuevo Camp Nou, la empresa californiana Aramark".
Pues bien, podemos decir que los temas que comentábamos han sido las dos estrellas del esperado disclosure de las cuentas del Barça, a los que por fin hemos podido tener acceso, más de tres meses después de la fecha de cierre. Vamos por partes: con mucha diferencia, la principal información que han reflejado los medios es la salvedad que ha incluido el auditor en su informe, con la intención del poner acento en que Barça Vision no ha sido lo suficientemente devaluada en el balance después de la fuga de los inversores. La historia de esta filial del Barça ha sido mal gestionada desde el comienzo, con unos accionistas iniciales que no parecían muy convencidos del proyecto y que poco después dejaron sus aportaciones a medias.
No basta con la reducción de valor de Barça Vision que ha llevado a cabo el club por valor de 141 millones de euros y habría que deteriorar todavía más el activo
Tampoco salió adelante la entrada al mercado bursátil, de forma que el invento se ha hundido como un castillo de naipes. Como las aportaciones iniciales teóricas de los socios no se han consumado, aquella valoración de la compañía que el Barça se apuntó en el balance ahora se ha tenido que devaluar. Aun así, el auditor no tiene bastante con esta devaluación, y pide que sea más profunda. Literalmente dice que: "[...] nos lleva a considerar que no se tendría que mantener esta valoración y, por lo tanto, que el valor de la inversión registrada en el cierre tendría que ser objeto de deterioro. Además, el Club no nos ha facilitado una nueva valoración considerando los hechos indicados". Es decir, con la reducción de valor que ha llevado a cabo el club por valor de 141 millones de euros, parece que no hay suficiente y que habría que deteriorar todavía más el activo. Además, el proyecto no tiene plan de negocio ni valoración independiente, lo cual hace todo todavía más neblinoso.
El juego de manos con Barça Vision que ahora está provocando tantos dolores de cabeza al club tuvo, sin embargo, una consecuencia todavía más perjudicial que este "regreso a la verdad" de la depreciación. El caso es que los famosos 208 millones de euros que afloraron como resultado por la valoración de Barça Vision la temporada 2022/23 (el 51% de los 408 millones en los que se valoró el negocio) y que sirvieron para mejorar el aspecto de las cuentas ante LaLiga, se sumaron a otra de las palancas (la venta de derechos de televisión por 399 millones) hasta provocar que el club se anotara unos beneficios brutos de 423 millones de euros -que ahora sabemos que eran ficticios- y, en consecuencia, el Barça se vio obligado a pagar el impuesto sobre sociedades por 120 millones de euros. Dinero regalado al Estado, porque el beneficio no era realista.
Vuelven los fondos propios negativos
El otro asunto que ha generado más titulares en la prensa han sido las cuantiosas pérdidas que ha dado el club en el ejercicio 2023/24, que se han disparado hasta los 91 millones de euros, en gran medida por culpa precisamente de Barça Vision. La realidad es que ahora mismo que el club vuelve a tener unos fondos propios negativos (el pasivo es superior al activo). En todo caso, es muy importante destacar que la facturación ordinaria de la entidad se ha reducido respecto a la temporada anterior, pasando de los 796 millones hasta los 743. Las principales partidas causantes de esta bajada han sido los ingresos por competiciones (pasan de 124 millones a solo 86) y la de abonados y socios (de 66 a 30), esta última a causa de la excursión a Montjuic. Son ya demasiado ejercicios encadenando pérdidas reales muy gruesas. Cambiar la cuenta de resultados del club, y hacerlo sin la máscara de las palancas, resultará condición imprescindible hacer frente a los compromisos de los que hablaremos a continuación.
Siete clubes tienen pendiente cobrar algún importe por parte del Barça en relación con el fichaje de Lewandowski: Bayern, Legia de Varsovia, Lech Poznan, Delta de Varsovia, Znicz Pruzsków, MKS Varsovia y Borussia Dortmund
Desde el punto de vista del balance, el pasivo ya se sitúa en los 2.720 millones de euros, con deudas a largo plazo de 1.990 millones, ligeramente por encima de la temporada pasada. El pasivo a corto plazo es de 730 millones, y tiene como principales partidas salarios de jugadores pendientes de abonar (159 millones de euros) y deudas a proveedores (149 millones). Hay que recordar que en esta deuda tan voluminosa no está incluido lo que corresponde a la reforma del estadio, que está ubicado fuera del balance a través de una entidad de titulización. En este ámbito del pasivo, es importante tener en cuenta que el próximo vencimiento cuantioso de deuda emitida como notas está programado para el 30 de junio del 2028, por un importe de 122,5 millones de euros (en total, la temporada 27/28 acumula vencimientos de deuda por casi 150 millones), al que hay que añadir las pólizas de crédito abiertas que probablemente significarán 375 millones de euros adicionales a la fecha indicada. No hay duda que habrá que refinanciar estos importes porque será imposible hacerles frente con tesorería. Un dato curioso de las deudas del club es relativo al fichaje del delantero Lewandowski, porque nada más y nada menos que siete clubes tienen pendiente cobrar algún importe por parte del Barça. Son el FC Bayern, el Legia de Varsovia, el Lech Poznan, el Delta de Varsovia, el Znicz Pruzsków, el MKS Varsovia y el Borussia Dortmund.
Estos que hemos visto son los principales aspectos del cierre de las cuentas del club, pero los detalles que aparecen son infinitos. Por ejemplo, la información también permite saber que los 22 miembros del comité de dirección del club se han repartido más de 5,5 millones en salarios, lo cual significa que el sueldo medio es de 250.000 euros anuales. Habría que ver si estas retribuciones están alineadas con el mercado, teniendo en cuenta que es la junta directiva quien acaba tomando las decisiones capitales (también se podría hacer un análisis de las capacidades de estos ejecutivos, porque es público y notorio que la entidad azulgrana ha experimentado una fuga de talento muy relevante en los últimos años).
Los asuntos judiciales, al orden del día
La justicia también tiene su espacio en la auditoría del club, porque el Barça está ahora mismo inmerso en varias causas pendientes de resolución. La primera de ellas es el caso I3 Ventures, que lleva aparejada una denuncia del mismo club contra sus anteriores gestores por administración desleal, apropiación indebida, falsedad documental y falsedad contable. También hay el célebre caso Negreira y la denuncia del club contra Nike por cuestiones contractuales, pero este último proceso quedó cerrado el 12 de agosto pasado, ya dentro de la temporada actual.
Otro caso, más desconocido, es el que se comenzó con motivo de la liquidación del contrato de Gabi Milito y que no se cerró hasta el 18 de agosto, también dentro de la temporada actual. Tampoco es muy de dominio público que una sentencia condena al Barça a pagar 1,5 millones de euros a una sociedad llamada Business Fútbol España, SL y que ha sido recurrida por el club. La lista continúa con una reclamación del ex-jugador Sergio "Kun" Agüero por cuenta de su rescisión contractual y que asciende a 3 millones de euros. De la operación que también alguien reclama dinero a la entidad azulgrana es el traspaso de Dembélé al PSG, porque la sociedad Scores Sports Management considera que se le deben 10 millones de euros. Y para cerrar esta larga lista, hay que añadir la demanda que el Barça interpuso ante Libero Football Finance, AG por el impago en el caso Barça Vision. El club reclama 40 millones de euros, más daños y perjuicios.
Dentro de los aspectos curiosos, está el préstamo de 4,5 millones de euros que el club hizo a la sociedad Audiovisual New Aged, que tiene por objeto social "la gestión y ejecución de los pactos conseguidos en el acuerdo relativo a los ajustes a realizar en el reparto de ingresos derivados de los derechos audiovisuales de SAD y clubes deportivos de fecha 16 de noviembre del 2010". Según los datos del Registro Mercantil, su administrador y propietario es Melcior Soler Sala, que también es el director del área audiovisual de LaLiga. Esta extraña dualidad fue motivo de titulares de prensa el año pasado, cuando se hizo público que la empresa facturaba por servicios dentro del mismo ámbito de negocio en el que opera LaLiga y, por lo tanto, parecía un caso claro de conflicto de intereses. Pero más allá de esto, algunos medios revelaron también el año pasado que el Barça (y otros clubes, en menor medida) habían hecho un préstamo a la empresa para hacer frente a una deuda de Javier Tebas con Hacienda. Durante un tiempo, la entidad azulgrana tuvo provisionada una posible pérdida por valor de un 60% del importe del préstamo. Quizás haría falta alguna aclaración por parte de los gestores de la entidad azulgrana.
No es ningún secreto que el presidente Bartomeu dejó el Barça al borde del abismo, pero la gestión posterior del presidente Laporta, lejos de apartar el club de la zona de peligro, se ha limitado a andar en círculos consumiendo tiempos y recursos
Respecto a las posibilidades de futuro, una de las vías de crecimiento que el Barça tiene pendiente de explorar es la que corresponde a la filial Barça Licensing & Merchandising (conocida como BLM), que es la sociedad que se dedica a comercializar los productos licenciados y a explotar las tiendas. Es fácil de entender que su techo de ingresos está muy lejos de los 100 millones de euros que factura hoy en día, y que con una expansión muy planificada puede llegar a convertirse en un canal de ingresos fundamental. En las circunstancias actuales existe el riesgo de que una parte de su capital sea malvendido a terceros, en consonancia con el enfoque cortoplacistsa y de nula planificación que rige la gestión Laporta. No es ningún secreto que el presidente Bartomeu dejó el Barça al borde del abismo, pero la gestión posterior del presidente Laporta, lejos de apartar el club de la zona de peligro, se ha limitado a andar en círculos consumiendo tiempos y recursos.