Atribuyen a este titular (Niebla en el Canal-Continente europeo aislado) al célebre diario británico The Times, en 1957 cuando una densa niebla en el Canal de la Manga parecía separar meteorológicamente Inglaterra de la Europa continental. Algunos dicen que la ocurrencia tuvo lugar en 1930 por un inglés que quiso divertir a los ingleses. De lo que no cabe duda es que tiene su gracia que saquen orgullo patrio en mencionar que es el continente el que queda aislado de Inglaterra.
Me sirve este lead para enlazar con la actualidad económica. Hace unos meses que hablamos intensamente del Brexit, de las consecuencias económicas-sociales que esta decisión puede tener para personas, empresas y países.
El Reino Unido ingresó como miembro de pleno derecho en la Unión Europea (UE) en 1973. El Club del Tratado de Roma de 1957 contó con la visita del enviado británico Russell Brethenton, un economista funcionario de rango medio. Los ingleses, una vez más, estaban sin estar.
Históricamente a la diplomacia británica le ha gustado participar siempre en todas las salsas. Les gusta observar, distraer, embarullar... Y estar, pero en la gran mayoría de casos, sin participar o participando para crear desunión. A la Unión Europea entraron manteniendo su propia moneda y su nula participación en los tratados comunes como Schengen.
Sin embargo, la Europa continental no se podía permitir -ni puede- prescindir del Reino Unido. Su elevado peso económico facilitó que el club de países europeos ofreciera reglas laxas a los británicos porque acomodaran su escepticismo a la comunidad.
El 23 de junio de 2016, los ciudadanos del Reino Unido votaron a favor de abandonar la UE. Desde entonces, la parálisis política del Reino Unido sobre el Brexit está desgastando la imagen política de Theresa May. Conservadores y Laboristas intentan llegar a un acuerdo para que todo siga casi igual, pero incluyendo los "deseos de salida" de los euroescépticos ciudadanos británicos. Se tiene que intentar hacer ver que "se sale" de la UE, pero sin salir.
"Conservadores y Laboristas intentan llegar a un acuerdo para que todo siga casi igual, pero incluyendo los "deseos de salida" de los euroescépticos ciudadanos británicos"
Los británicos son especialistas en aguantar hasta el último minuto. Cuando todo parece estar abocado al desastre son capaces de darle la vuelta y conseguir una solución al problema. Así sucedió ante la fecha clave del pasado 12 de abril cuando se cumplía el plazo acordado con las autoridades europeas. En el último minuto se acordó una prórroga de 6 meses hasta el 31 de octubre de 2019.
Personalmente, apuesto una vez más que los ingleses encontrarán la manera de estar sin estar. Y Europa, la continental, una vez más dirá SÍ. Ni el Reino Unido puede dejar de estar a y con Europa, ni el continente puede quedar aislado por mucha niebla que se acumule en el Canal de la Manga.