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"Los socios del Barça han asistido al derrumbe del club con total tranquilidad"

El periodista Santi Segurola asegura que "Laporta tiene hoy un escenario todavía peor que en 2003"

Santiago Segurola vuelve a casa tras superar el coronavirus. | Cedida
Santiago Segurola vuelve a casa tras superar el coronavirus. | Cedida
La Milanesa de Messi
Barcelona
31 de Diciembre de 2021

Santi Segurola está considerado por muchos el mejor periodista deportivo de España, calificativo que él mismo rechazaría como personaje humilde. Una larga trayectoria con más de cuatro décadas en el oficio le ha erigido en uno de los pensadores y teóricos que mejor saben expresar la realidad del fútbol y, por extensión, del deporte, de su peso y de la importancia en el conjunto social. La Milanesa de Messi quería teorizar sobre el Barça con Segurola, conscientes de que tendría mucho que decir, y también buscar unas reflexiones que hicieran pensar a los lectores. La transcripción de la charla es larga y merece ser degustada poco a poco, conscientes de que el contenido lo merece. Al fin y al cabo, ésta es una de nuestras motivaciones: recuperar la entrevista larga y llena de ideas, género periodístico que ha quedado del todo arrinconado en tiempo de inmediatez, consumo instantáneo y simple titular. Esperamos que el lector disfrute de la conversación mantenida con todo un referente como el periodista vasco Santiago Segurola.

 

En un artículo reciente, dice que el Barça es "un Titanic en toda regla". ¿Quién hizo de iceberg?

El iceberg fue el propio Barça en un ejercicio de autodestrucción que yo nunca había visto en la historia. El club decidió morir de éxito después de ser el mascarón de proa del fútbol mundial durante unos siete años: era el equipo que había que ver porque estaba transformando el juego y porque, a pesar de que gozaba de un presupuesto elevado, tenía peculiaridades, como su cantera, que le distinguían. Desde la presidencia de Sandro Rosell, el Barça ha perdido la noción de sí mismo y ha entrado en una dinámica economicista y mercantil con la que ha perdido el sentido de la realidad. Más que manifestarse como més que un club se comportó como un club cualquiera y derrochador. Muchos de los problemas de los que ahora se queja el Barça, como los contratos de televisión, tienen que ver con sus decisiones. La entidad ha gastado muchos millones con jugadores que no han servido para nada, algo que dice mucho de la gestión de los últimos años. En este sentido, los primeros que deben mirar adentro son los dirigentes del club y también los socios, que han asistido a este derrumbe con total tranquilidad cuando las alarmas habían saltado hacía tiempo. Para mí, el momento crítico se produjo con la marcha de Neymar. Tras su salida, el Barça sufrió un vacío que no supo solucionar. El club perdió al heredero natural de Messi y el oremus.

 

"El mismo Barça ha hecho un ejercicio de autodestrucción nunca visto en la historia" 

Ha citado al socio. ¿La masa social ha sido consciente de la guerra civil entre lo que podríamos llamar bartorosellismo o neonuñismo, por un lado, y el modelo Laporta, por otro?

No ha habido ninguna guerra civil, porque la etapa entre la victoria de Rosell en las elecciones en 2010 y la marcha de Bartomeu en 2020 ha sido unidireccional. Muchos de los hechos de esa década han tenido consecuencias. Una de ellas es la acción de responsabilidad en esa asamblea de compromisarios cuando el propio presidente Rosell, que pedía acciones contra la anterior junta, se abstuvo en la votación. Ese instante definió las características de su mandato. Otro momento que describe la manera de hacer de ese período es el caso de Neymar y Hacienda después de que Rosell presumiera de haber fichado al brasileño por cuatro duros. Aquello acabó con un pacto de Rosell con la fiscalía que condenó al Barça como institución por un delito. Sin embargo, ni Rosell ni Bartomeu salieron malparados de aquella situación.

En cambio, este escapismo contrasta con la postura beligerante –y no sé si añadir conspiradora– contra el hombre que transformó el Barça y el fútbol. Guardiola no se fue del Barça, porque los resultados no fueran buenos o por cansancio, sino porque tenía una crítica interna que se extendía a algunos medios de comunicación que no se ajustaba con el increíble éxito que tenía. El principal enemigo de Guardiola estaba dentro del club. En este sentido, estoy dispuesto a defender siempre que el Barça no lo cambió Laporta, sino que el cambio trascendental del Barça lo ejecutó un entrenador que, en mi opinión, es el mejor de la historia. El club perdió ese capital por su capacidad autodestructiva. Nada tuvieron que ver el Madrid de Florentino y de Mourinho de aquella época como se ha dicho.

"Guardiola se fue del Barça por la crítica interna que sufría"

¿Cómo ve al Barça de Xavi con la explosión de los jóvenes?

Los jóvenes están ahí, porque no hay dinero y porque los fichajes llamados a liderar el Barça no han cumplido las expectativas, como es el caso de Frenkie de Jong. A lo largo de su historia, el Barça ha demostrado que se pierde por el camino si no tiene contacto con la realidad, que en su caso es su cantera. En un almuerzo, escuché a Rosell decir que el Barça debía dejar de ser más que un club. Soy consciente de que se trata de un eslogan, pero también hay que tener presente que existe una vertiente emocional, sentimental e histórica que hace del Barça un club singular. Perder esa singularidad sería muy nocivo para la entidad. Por ejemplo, yo soy un detractor de la Superliga europea, porque destruiría los principios esenciales del fútbol, ​​su dimensión social y su capacidad aglutinadora. Esto dejaría paso a un club de fumadores exclusivo, donde me imagino a los propietarios norteamericanos de un club inglés, a los dueños qataríes del PSG o Florentino Pérez, pero allí no sé ver al Barça. Si se apunta por dinero, ya no será el Barça que se ha promocionado hasta ahora.

El club vive, pues, una contradicción que no está solucionando, y tengo la sensación de que a sus socios no les importa demasiado. Creo que los socios no tienen ninguna información sobre un aspecto tan capital como la Superliga europea o, a lo sumo, quizás han leído algún artículo de los pocos que se han publicado en la prensa. El hecho de que los socios del Barça acepten cuestiones de esta magnitud así como así forma parte de la decadencia de la institución, como también lo es haber visto un Camp Nou lleno de turistas durante los últimos años con la complicidad de la dejadez de parte de la sociedad barcelonista. De hecho, se ha visto una actitud mercantil de los socios, que han preferido hacer negocio con sus abonos en lugar de estar al lado de sus jugadores. Cuando todo esto ha fallado, el estadio ha quedado medio vacío.

La gente venía a ver al Barça porque era Disneyland y, cuando ha dejado de serlo, lo han abandonado. Ahora el Barça se ve a sí mismo como el rey desnudo y la única oportunidad que tiene son los jugadores jóvenes, que no ganarán un título esta temporada ni la próxima, pero que sí tienen la capacidad de construir un Barça que se reconozca a sí mismo. Todo esto ocurre después de que se instalara la idea de que el Barça no tenía jugadores de la cantera dignos de subir al primer equipo. Entre el 2010 y el 2019, ningún jugador de la Masia se consolidó como titular. Es más, muchos de los futbolistas hicieron las maletas para jugar en el extranjero porque el club ejerció una dejadez absoluta de sus responsabilidades. Ahora se está demostrando que era mentira. Además, la nueva generación tiene una particularidad: el público está dispuesto a sufrir con ellos y les amparará porque estos chicos tienen un compromiso feroz, no se quejan, no posturean y juegan mejor que los titulares a los que han quitado el puesto. La respuesta de estos jóvenes merece un monumento.

"La gente iba a ver el Barça porque era Disneyland y, ahora, lo han abandonado"

¿La decadencia del club durante los últimos años se debe a alguna estrategia? ¿Hubo premeditación?

Lo que ha sucedido hasta ahora es la estrategia de la dejadez y convertir al Barça en un club rico y exclusivista en detrimento del más que un club. Esto ocurre cuando los clubs se arman en el mercado: el Barça se convirtió en un club que podía gastarse 120 millones de euros en Griezmann cuando la temporada anterior el francés había dicho que no iría a Barcelona o dejarse otras millonadas por jugadores que no le han servido para nada. Mientras tanto, el club no dedicaba ninguna atención a los futbolistas que se formaban en la Masia.

Corría la idea de que el fútbol debe hacerse a la americana y que es un negocio muy goloso sin relación alguna con vínculos sociales. En un siglo XXI marcado por las desigualdades, el fútbol es también una metáfora y no puede distinguirse de una sociedad donde un 1% es infinitamente más rico que el 99% restante. En este escenario, parece que el Barça quiere formar parte de ese 1%. Dirán que el fútbol va por ese camino y que el futuro será eso, pero para mí sería frustrante. Esta frustración se ve en otros clubs, como por ejemplo cuando los propietarios multimillonarios extranjeros de equipos ingleses tuvieron que dar marcha atrás ante la propuesta de sumarse a la Superliga europea al ver la reacción contraria de sus seguidores. El Barça se ha quedado en medio de la Superliga al lado del Madrid y la Juve sin que sepamos las razones. El posicionamiento del Barça contradice su historia y subraya lo que pretendía el Barça de los últimos diez años, que no eran jóvenes de la cantera sino un pedazo de la tarta económica de los mega-ricos.

¿Cómo ve a Joan Laporta? ¿Existen diferencias con el Laporta de 2003?

No soy laportólogo. Laporta tiene dieciocho años más y tiene heridas de guerras. Pese a que el escenario de 2003 era malo, el de ahora es aún peor. En 2006, el club firmó un acuerdo de televisión que le destacó respecto al resto de equipos de Europa, lo que le permitió vivir las crisis en abundancia económica. Ahora la situación es de quiebra y con un equipo en decadencia. Hay lacras económicas, deportivas y sociales sumadas a casos de corrupción, como el Barçagate, y a la pandemia. Laporta llegó a la presidencia por una pancarta. En un momento de decadencia después del 8 a 2 con el Bayern y del burofax de Messi, la aparición de un expresidente con una pancarta que parecía desafiar al Madrid generó un impulso emocional muy fuerte. Ganó por emoción, pero con ella no se gobierna.

En este segundo período de Laporta, ha habido cosas que no he logrado entender. ¿Por qué Koeman continuó en junio cuando era evidente que su relación no era buena y no confiaba en él? Perdió tiempo e hizo que la persona en la que habría confiado para ser entrenador no tuviera los meses de verano para gestionar la plantilla. No estoy seguro de que Laporta tenga un plan en la cabeza y, si lo tiene, yo no lo veo por ahora, pero también es cierto que hay muchos fuegos que apagar en el Barça y quizás no han dejado mucho tiempo para tener una reflexión clara y presentarla a los socios. Ahora es el momento para que el Barça presente a sus socios todas las alternativas y todos sus posicionamientos de forma clara. ¿Por qué continúa en el proyecto de la Superliga? ¿Por qué está con Florentino, de quien tengo la sensación de que el Barça ejerce de sidecar? Lo último que puede permitirse el Barça es la falta de claridad, porque la gente está cansada. Si se quiere generar una revitalización, el club debe hacer lo mismo que está haciendo en el campo: es necesaria una revolución, presentar las cosas claras, arriesgarse y comunicarlo a los socios. Laporta debe dar este paso.

Santi Segurola

Santi Segurola vuelve a casa tras superar el coronavirus. 

¿Cómo interpreta el adiós de Messi?

En esto, soy menos drástico. El Barça perdió al mejor jugador de la historia, pero la gestión de los egos de las grandes estrellas es muy compleja y difícil cuando se acercan a los 33-34 años y su crepúsculo ya se aprecia. Y eso es lo que le ha tocado gestionar a Laporta, de quien ha surgido la duda de si realmente le ha querido mantener en el equipo con una nebulosa de fondo que no se ha despejado. Sin embargo, en algún momento el Barça debía poner fin a la relación con Messi o Messi debía poner fin a la relación con el Barça. ¿Y cómo se hace esto, que es tan difícil? Yo creo que la solución pasaba por una reflexión del club sobre el rol de Messi en 2015, cuando el Barça ganó el triplete con la final en Berlín. Entonces el club debería haber asumido que el argentino no debía proteger al Barça como si fuera un dios único.

Como ocurre en la vida cuando te haces mayor por muy bueno que seas, Messi necesitaba amparo: a medida que el jugador cumplía años, los fichajes eran más irrelevantes y lo comprometían aún más. En lugar de facilitarle el camino para su fin, el club lo complicaba cada vez más. No debemos fijarnos en su último año ni en el burofax. Hay que mirar en 2015, qué jugadores vinieron a partir de entonces, qué política siguió el club y por qué se abandonó la cantera en beneficio de un club mercantil que ni siquiera ha funcionado deportivamente. Cuanto más solo se quedaba Messi, más complicada era una salida decente para él. El Barça perdió cinco años claves para haber conseguido que Messi acabara su trayectoria como debería haberla acabado.

¿Pep Guardiola volverá al Barça algún día?

No creo que vuelva como entrenador. Solamenteme imagino esa posibilidad en un caso extraordinario.

¿Y como director técnico o presidente adjunto?

Creo que no tiene sentido hablar de un rol de Guardiola en el Barça cuando está en la cima del mundo del fútbol con el Manchester City y todavía es joven. Ahora no es el momento y no lo será en los próximos años, aunque quizás un día se convierta en el Cruyff del Barça como oráculo de confianza. El problema es que Guardiola salió muy castigado por el propio club, por su sociedad y de forma mediática. Se llevó heridas y hace ya casi diez años que se marchó de Barcelona. Y no olvidemos que muchos de los que ahora piden sacrificios a Guardiola participaron en su demolición.

¿Ve los partidos del City?

Sí, los veo. Para mí Guardiola es una figura colosal, porque la mayor revolución del mundo del fútbol que he visto es la suya. Se juega como él enseñó a jugar el Barça en el 2008. Con ironía y admiración, Marcelo Bielsa dijo que Guardiola había hecho mucho daño al fútbol porque había cerrado el círculo y ya únicamente podía aspirarse a romper el modelo de Guardiola jugando como Guardiola quiere que se juegue: saliendo con la pelota desde atrás, presionando y el resto de líneas de actuación que vemos en él. El fútbol actual es hijo de Guardiola, no lo es ni de Klopp ni Mourinho. No lo es ni siquiera de Cruyff, aunque, todo sea dicho, vivió otra época y muchos de sus principios forman parte del ideario de Guardiola.

"Los jóvenes dan la oportunidad de crear un nuevo Barça que se reconozca a sí mismo" 

También tiene críticos.

Cierto, pero son críticos porque la envidia funciona y porque tiene detractores políticos. Buena parte del problema político en Catalunya se escenificó en esos Barça-Madrid de la época de Guardiola, Mourinho y Florentino Pérez. Siempre tendrá críticos, pero objetivamente el Barça, el Bayern y el City han tenido al mejor entrenador que se puede tener. Después de tantos años, Guardiola sigue en la cima, algo que me parece un milagro.

¿La escuela de entrenadores alemana es la actual revolución o es una moda?

Es la revolución actual y, probablemente, la de los próximos años. Pese a que a Guardiola se le reprocha que no ganara la Champions League con el Bayern, está claro que el fútbol alemán no juega ahora como lo hacía antes de Guardiola. El actual Bayern de Munich es heredero de los principios fundamentales de Guardiola. Entrenadores como Tuchel y Nagelsmann están adheridos a Guardiola, algo que ellos mismos han reconocido públicamente. El efecto Guardiola procede de la época en el Barça, pero también de su paso por Alemania. Gracias a su influencia, buena parte de los entrenadores alemanes de referencia se ha ido a trabajar a la Premier League.

¿Cómo ve el Mundial de Qatar más allá de fútbol estrictamente?

Lo llevo muy mal, porque es uno de los varios aspectos actuales del fútbol que me desagradan profundamente. El fútbol es muy goloso y, si pudieran, harían un Mundial cada seis meses. Pero esto no es lo que el fútbol, ​​los futbolistas y los entrenadores piden. Los jugadores acabarán destrozados y difícilmente los entrenadores podrán hacer su trabajo con semanas llenas de partidos, viajes, convocatorias con las selecciones... Es un auténtico disparate que únicamente favorece a los poderosos y ricos propietarios de los clubs, que solamente quieren ganar dinero. Vivimos en un mundo en el que la codicia manda. Proyectos como organizar un Mundial con mayor frecuencia y la Superliga se alejan de lo que es el fútbol.

"No estoy seguro de que Laporta tenga un plan. Si lo tiene, no lo veo por ahora" 

¿Y el VAR?

No me gusta el VAR, porque desnaturaliza el fútbol. Lo pretende americanizar, probablemente porque a los estadounidenses nunca les ha gustado el fútbol. Para el juego, utiliza la tecnología para hacer negocio con ella, abre la puerta a introducir anuncios... Es un fútbol de hamburguesa y hot dog. En nombre de la supuesta justicia del VAR, estamos asistiendo a injusticias aún más acentuadas y a un choque frontal con el que siempre ha sido un juego natural y fluido en el que siempre ha habido cierta confianza en el factor humano por mucho que no nos gustara el árbitro. Antes se podía equivocar al árbitro; ahora se equivocan el árbitro y el VAR con un reglamento cada vez más complejo en el que no sabemos qué son manos o que dice que el delantero está en fuera de juego porque el taco de su bota está más avanzado que el defensa. Esto no es fútbol.

¿Cómo interpreta que alguien procedente de Fuerza Nueva como Javier Tebas lleve la voz cantante del fútbol español? ¿Es una traslación de la fuerza que todavía tiene el franquismo en la sociedad española?

No, no lo creo, sinceramente. Aunque estoy en las antípodas de las ideas políticas de Tebas, opino que su ascenso en el mundo del fútbol no tiene nada que ver con su forma de pensar, sino que se debe a una ambición legítima y a que ha encontrado la fórmula para llegar arriba. Lo ha conseguido gracias al Barça y al Madrid, clubs que ahora le atacan y que antes fueron su trampolín. Con el paso del tiempo, Tebas comprobó que hay 40 clubs y, por mucho que dos o tres lleven la voz cantante, los votos del resto suman más. También hay que decir que la liga española ha funcionado eficazmente durante la pandemia: se jugaron los partidos y los protocolos se cumplieron. Le podemos, por tanto, discutir a Tebas lo que queramos, pero el funcionamiento de la liga ha sido muy bueno en un momento complejo. Esto no impide que el combate que se aproxima entre él, por un lado, y Florentino, probablemente con Laporta, por otro, será muy duro.

Hablemos del Athletic de Bilbao. ¿Podrá resistir su singularidad?

Deseo que así sea. Esta pregunta ya me la hicieron en los años ochenta y, sobre todo, en los noventa después de la Ley Bosman. Entonces se dijo que la singularidad del Athletic no tenía sentido en el mundo del fútbol, ​​pero el Athletic sigue en primera división treinta años después. Y lo más importante es que la gente del Athletic quiere que el club siga así, aunque, cuando el panorama es negro, siempre aparecen quienes dicen que hay que abandonar el modelo porque no da más de sí y abrir la puerta a extranjeros. El Athletic sabe de lo que sabe, que es lo que ha hecho en sus ciento veinte años de historia, y no tiene conocimiento alguno del mercado internacional. Además, desde el punto de vista económico, podría optar a fichar al jugador número 300 en la clasificación de mejores futbolistas porque hay entidades con mucho más dinero. ¿Eso tendría sentido? Quizás en algún momento un jugador uzbeco llegaría al Athletic y haría 30 goles en una temporada, pero el curso siguiente ya habría salido traspasado a otro club. Por mucho que ingresara dinero por el traspaso, el Athletic debería ir a buscar a otro jugador. ¿Dónde? ¿En Turkmenistán? La idea fácil de que los jugadores extranjeros lo solucionarían todo no siempre funciona. Por ejemplo, la Real Sociedad entró en quiebra y el Sporting de Gijón está en segunda división después de haber abandonado la política de canteranos y empezar a fichar a extranjeros. En un momento en que todos los clubs se parecen, es clave que haya pequeñas delicatessen que se distingan, porque tienen el mercado de la heterodoxia y la contraculturalidad.

"¿Messi? La gestión de los egos de las grandes estrellas es compleja y difícil" 

Hablemos de historia del fútbol. Cuando se habla del fútbol español, se sitúa al Real Madrid en la cúspide. En cambio, se olvida que el fútbol tiene más de cincuenta años y que en la totalidad de la historia los grandes clubs habían sido el Barça y el Athletic a diferencia de un Madrid que se incorpora a la élite a finales de los cincuenta. ¿Existe un olvido voluntario de aquellos primeros años del fútbol?

Al Madrid le fue muy bien que el Barça solamente ganara dos ligas entre 1960 y 1974 y una sola en la década de los ochenta. Este hecho le dio treinta años de discurso y ventaja al Madrid. Un club de la magnitud del Barça no aparecía a ojos de una generación en un país centrípeto. El Madrid ganó títulos y fue casi hegemónico, creando un discurso que funciona de maravilla en un estado centralista. En este sentido, cabe decir que la irrupción del Barça de Cruyff preocupó mucho porque era un contrapeso no esperado. Socialmente, el Barça era un club extraordinario, pero futbolísticamente no parecía ser un rival del Madrid, porque no aparecía en el palmarés de las Copas de Europa. El hecho de que ese modelo del Barça empezara a tener éxito no solo en el campo sino entre la juventud, en Europa y en el mundo generó angustia en Madrid, porque veían que dejaba de ser dominante. Cuando el equipo de Guardiola gana el sexteto, Florentino Pérez pone toda la carne en el asador para que esa época acabe lo antes posible. Ficha a muchos jugadores y a Mourinho, que más que un entrenador era un combatiente emocional, político y psicológico de la idea que el Barça representaba. El Barça fue una amenaza extrafutbolística para el Real Madrid. Por eso creo que la salida de Guardiola fue una bendición para el proyecto que el Madrid trazó con Mourinho.

¿Qué opina de la supresión de los avales para acceder a la presidencia de clubs que no son SA como el Athletic?

En mi opinión, los avales han servido para que cierta clase dirigente con recursos haya utilizado a los clubs como si fueran SA en beneficio propio, salvo en los momentos en que las cosas han ido muy mal. ¿Florentino es un avalista o es propietario del Real Madrid? Es una pregunta que es difícil responder, porque a mí me parece un propietario aunque el club no sea una SA. Pero más allá de esto, poco puedo decir de los avales porque no lo he estudiado en profundidad.

La decisión llega gracias a una enmienda del PNV a los presupuestos generales del Estado antes de que en junio de 2022 haya elecciones a la presidencia del Athletic.

La presidencia del Athletic tiene evidentes connotaciones políticas, sobre todo en el mundo nacionalista. Existe una correlación entre el Athletic y el nacionalismo vasco, fundamentalmente con el PNV pero también con el mundo aberzale.

"No me gusta el VAR porque desnaturaliza el futbol" 

¿Cómo ve el papel de los medios de comunicación en el mundo del fútbol?

Por lo general, los medios actúan como publicistas del poder. Antes un club observaba al periodista con cautela porque existía la posibilidad de que una crítica periodística lo desestabilizara. Con la crisis económica que sufre el periodismo, quienes ahora tienen miedo de los clubs son los medios. Los grandes clubs tienen un margen de maniobra tan amplio que intimidan a los medios. En un momento de recesión económica, de paro y de futuro complicado para los periodistas, el papel de los medios no es el que corresponde a la profesión, porque hay miedo al poderoso y a la falta de trabajo. Es una situación preocupante y, tristemente, los medios aceptan ese rol.

¿Cómo imagina el fútbol dentro de unos años?

Soy pesimista. Cuando alguien intenta hablar de fútbol fuera de los esquemas ultramodernos, se le tilda de nostálgico. Los factores económicos empujan al fútbol a un modelo americanizado que solamente puede encontrar resistencia en los aficionados. Por ahora, lo han encontrado en Inglaterra y poco más. Cada temporada se profundiza un poco más en aquellas líneas que alejan al fútbol de sus ideas primigenias y le acercan a un lado cada vez menos divertido, sin interés y con poca relación con la esencia de este deporte. Se le conduce a las ideas comerciales y a un entretenimiento en el que el fútbol juega el mismo rol que juega McDonald's. Para mí, el fútbol es algo más. Tiene tantos valores unidos a una historia de más de un siglo que me entristece mucho el camino que ha tomado.