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En la cadena de valor del libro, ¿dónde queda el autor?

Según datos de la AELC, un 15% de los escritores en lengua catalana se dedican, de forma exclusiva, a la literatura

Imagen de una máquina de escribir | iStock
Imagen de una máquina de escribir | iStock
Barcelona
21 de Abril de 2023

Catalunya prepara los últimos detalles para la Diada de Sant Jordi, con la voluntad de consolidar la recuperación pospandémica. En este sentido, la previsión de la Cambra del Llibre de Catalunya y el Gremi de Llibreters de Catalunya es igualar o superar la facturación obtenida durante la edición del 2022 (22,5 millones de euros).

En Barcelona se han autorizado la instalación de 320 paradas (+11,5%) y unos 213 puntos de firmas. "Más allá de las peticiones de empresas catalanas, también tenemos solicitudes de todo el Estado y del extranjero", expone Marià Marín, gerente del Gremi. El sector estima que las ventas en catalán de la Diada representan un 20% de la facturación global del año.

Por su parte, los floristas calculan unas ventas de seis millones de rosas. Más del 90% de esta planta procede de Colombia, Ecuador y Holanda. La producción local, focalizada alrededor del Maresme y Tarragona, solo representa un 3% del negocio global. Una situación que se atribuye, principalmente, a la falta de relevos generacionales en los viveros.

El día siguiente de Sant Jordi para los autores

El 23 de abril es el día del año más esperado por los escritores y escritoras. No tanto por la atención mediática hacia sus figuras, sino por el contacto directo con la gente, mediante la firma de libros. La jornada acostumbra a finalizar con la espera para conocer qué determinado autor ha ocupado las primeras posiciones de los rankings de ventas y una paseada por los actos gremiales o institucionales.

A partir del día 24 empieza otra realidad para los escritores y escritoras, supeditando su supervivencia a un concepto llamado derechos de autor. Actualmente, según datos facilitados por la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana, un 15% de los escritores en catalán viven exclusivamente de la literatura.

"Es alarmante", asegura Sebastià Portell en declaraciones a VIA Empresa. La AELC defiende los intereses de 1.740 escritores y traductores. "Acostumbramos a percibir alrededor de un 10% de la venta de cada libro y esto dificulta mucho poder vivir de los derechos de autor", añade el dramaturgo y escritor nacido en Ses Salines (Mallorca).

Sebastià Portell Clar
Imagen de Sebastià Portell, presidente de la AELC | Wikipedia

Rotura del consenso con las editoriales

La situación de precarización de los autores "es palpable". Desde la perspectiva de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana, en los últimos años, se han roto los consensos y las normas no escritas con las editoriales. "Percibimos como, a través de contratos abusivos, se fuerzan autores noveles a retroceder a cifras hasta hace unos años inéditas, como un 6 o un 8%", declara Portell.

En otro orden, Toni Galmés cree que en la elaboración de un libro "hay muchas manos implicadas y esto quiere decir que cada parte acostumbra a cobrar una cifra reducida". Dentro de este cruce de intereses, el ilustrador defiende que "sin el autor no hay libro, pero después también te encuentras que el distribuidor reivindica su papel para hacer llegar el libro a los puntos de venta".

Escriure en català, publicado en 2014, es el nombre del último estudio profesional de la AELC para analizar la situación de los escritores y traductores del país. La entidad ya trabaja para presentar una versión actualizada de la documentación, de cara al otoño. "La tendencia es una disminución de la proporción de los beneficios de los autores", exclama el presidente.

Las claves para la evolución del sector

Para contextualizar la precariedad de los autores, Galmés ve necesario entender que "el sector del libro no ha hecho ningún cambio en la manera de trabajar desde hace más de 100 años". A pesar de esta circunstancia, la AELC valora "positivamente" las herramientas de profesionalización (Ayudas, becas y otros programas), pero, a la vez, reivindica más recursos "sean del ámbito público o privado".

(Galmés): "Un buen adelanto no deja de ser un síntoma de confianza hacia el autor"

Habitualmente, el escritor crea su obra y una vez finalizada es cuando acostumbra a recibir una parte importante de la retribución económica. "Esto provoca que mucha gente ya se conforme cubriendo gastos", afirma Toni Galmés. Una buena opción, bajo el criterio del ilustrador, "es la seguridad de un buen adelanto. Más allá de la cifra económica, no deja de ser un síntoma de confianza hacia el autor".

Sin dejar el espíritu reivindicativo, la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana también aspira a "una gestión responsable e igualitaria del sistema literario, así como creemos en la cadena de valor del libro". La entidad ejerce un papel de interlocutor ante la administración pública para tratar aspectos vinculados a la fiscalidad o la gestión laboral.