Puede ser que en tiempo de crisis uno de los sectores que más ocupación genera no pueda contratar personal por falta de formación? La respuesta es que sí. Este es el caso del sector metalúrgico, número 1 en la industria de Cataluña, con una fuerte capacidad de crear puestos de trabajopero sin suficiente personal cualificado. La industria del metal cuenta con cerca de 260.000 trabajadores en Cataluña, y se calcula que entre un 45% y un 50% de las empresas del sector ampliarán su plantilla durante el año 2016. Los expertos tienen claro cuál es el problema: el planteamiento educativo actual y las carencias en el sistema de Formación Profesional (FP).
La metalurgia da cabida a muchas actividades como por ejemplo la fundición, la estampación de piezas o circuitos imprimidos. Cerca del 70% de los puestos de trabajo que ofrecen las empresas del sector son para entrar a producción, a pesar de que también hay bastante oferta en cuanto al personal de oficina técnico y en el ámbito administrativo. Una de las consecuencias más directas de esta falta de personal cualificado es la rotación constante de los profesionales entre las diferentes empresas, cosa que hace que cuando un negocio mejore gracias al "fichaje" de una persona muy formada, sea en detrimento de otro que acaba de perder un miembro importante de su plantilla. Una situación que es negativa para las empresas y que ha traído al sector a pedir el traspaso de la gestión de la FP a las entidades económicas y a las patronales.
Replantear la FP para solucionar el problema
"El sector del metal ha ido evolucionando y necesita personal con cierta calificación y ahora no hay. Es un problema crónico fruto del fracaso de la planificación de la FP que no sigue el ritmo industrial", asegura Gabriel Torras, director general del Centro Metalúrgico.
La patronal de Sabadell nacida en 1961, cuenta actualmente con 1.500 empresas asociadas que dan trabajo cerca de 25.000 personas. Este año, la entidad se ha juntado con la Unión Empresarial Metalúrgica (UEM) de Terrassa para crear la Federación Empresarial del Metal (HAGAMOS). Una entidad que nace para dar valor añadido a las empresas que representan (unas 3.200 con 40.000 trabajadores), para ganar dimensión y cooperar, así como internacionalizar la empresariat del metal. Esta unión, pero, existe en paralelo al funcionamiento de las dos patronales vallesanes, que continúan su tarea de actuación en el ámbito local que alcanzan.
Torras propone reducir el número de universitarios y de personal no calificado en beneficio de un aumento de los alumnos de FP y de la FP Dual que "nos acercaría al dibujo equilibrado de la mayoría de países de Europa", explica el director general de la patronal. "El problema crónico de casa nuestra es que la FP no acaba de estar resuelta y genera personas que, o no tienen el nivel necesario para una empresa o no se generan suficientes personas especializadas en esta demanda", afirma Ramon Alberich, responsable de Talleres Auxiliaste de Estampaciones SL, la empresa de estampaciones metálicas de Sabadell asociada en el Centro Metalúrgico.
Con una facturación de cerca de siete millones de euros el año, esta pyme es exportadora y cuenta con 63 trabajadores a las plantas de Sabadell y Barberà, así como en su centro de producción de Eslovaquia. Ahora busca llenar dos puestos de trabajo que tiene libres pero se ha topado con el problema de la falta de personal cualificado.
Más presencia empresarial en la educación
"Una de las soluciones que le vemos al problema es que, en nuestro país, la gestión de la FP depende del departamento de Enseñanza y nosotros creemos que se tendrían que traspasar las competencias al departamento de empresa y Ocupación", defiende Alberich, que añade que "tenemos que facilitar todo el proceso de formación del personal. Si tenemos un problema de desajustos en el mercado necesitamos soluciones". "O se hace una reforma seria de la FP o no tenemos salida", asegura Torras, que apuesta para crear un sistema de pedagogía a partir de la Educación Secundaria como base para explicar las oportunidades del sector y orientar los alumnos dejando claro que "no para ser universitario tienes garantizado el puesto de trabajo", explica Torras.
"Esta reforma pasa para sacar la gestión de la FP del ámbito de la administración y permitir que las entidades económicas y las patronales jueguen un rol más activo", afirma Torras, recordando la importancia del sector del metal en Cataluña que, junto con Madrid y el País Vasco, representa un 75% de la metalurgia del Estado. "No tenemos que inventar cosas nuevas para hacer la reforma, sino coger referencias de países del nuestro cercando que tienen sistemas muy eficientes, explica Alberich, que apela a aplicar los cambios "de forma rápida".
"Uno de los problemas más frecuentes que nos encontramos es que, como que hay poco personal preparado, las empresas se acaban tomando los trabajadores, cosa que hace que cuando una empresa mejora la otra empeora", asegura Torras, que califica de "retraso crónico" del Estado en comparación con Europa. "Esta situación es negativa puesto que genera pérdida de conocimiento en las empresas. Según Alberich, estos movimientos rotativos del personal cualificado significan una "pérdida de temes y recursos" para las empresas, así como una "presión a la alza de los salarios" o una "alteración de la productividad y subida de los gastos".
Afrontando la recuperación con optimismo
"Somos optimistas de cara al futuro del sector porque las empresas, que venden de una quiniela del desierto importante, tienen una situación actual mejor que hace un par de años con una necesidad de incorporar personal más elevada, sobre todo de producción", explica Torras, que destaca que los negocios que se han "reestructurado o internacionalizado serán capaces de enfocar mejor los próximos años". Un optimismo que también comparte Alberich, que ve como su empresa destina gran parte de su producción al automóvil y auxiliar, sector en el que en España han aumentado los proyectos los últimos dos años cosa que ha hecho que las ventas hayan subido entre un 8% y un 15% este año. "Estamos muy posicionados a nivel tecnológico, de competitividad y producción. Hace falta que nuestra sociedad vuelva a valoritzar el trabajo en la industria, y esto comporta una revalorització del sector por parte de los responsables del sector", concluye Alberich.