Se puede cambiar el capitalismo?

El economista Miquel Puig y el exdiputado de la CUP David Fernández confrontan argumentos para reformar o sustituir el sistema económico predominante en el mundo

El capitalismo es un nombre con muchos adjetivos
El capitalismo es un nombre con muchos adjetivos
Pau Garcia Fuster
01 de Abril de 2016
Act. 05 de Abril de 2016
Guste más o menos, el capitalismo es el sistema económico con el que convive la gran mayoría de la humanidad. Las crisis, la concentración de la riqueza y la consecuente desigualdad creciente, pero, son elementos que permiten a muchas voces plantearse qué tiene que ser el futuro del modelo económico. Sobre esta cuestión han debatido este jueves al atardecer el economista Miquel Puig y el exdiputado de la CUP David Fernández en un acto organizado por el diario Ahora. El título, bastante explícito, Capitalismo: reforma o sustitución.

"Tenemos que coger el que tenemos y evolucionar hacia modelos más civilizados"
A la hora de posicionarse sobre la pregunta principal, no ha habido sorprendidas. Puig, que a las últimas Elecciones Generales iba como independiente a la lista de Democracia y Libertad, ha defendido los argumentos de la reforma; mientras que Fernández ha hecho gala de su condición "de anticapitalista" para defender la sustitución de este sistema.

"El capitalismo es muy antiguo, y da nombre a muchas cosas", ha recordado Miquel Puig manifestando las grandes diferencias que se pueden encontrar entre el capitalismo de los países escandinavos, el de los Estados Unidos o incluso el que practica desde hace algunos años la China. "Los ejemplos demuestran que lo podemos modelar mucho, y cuando tienes una cosa así el más lógico es reformarlo", asegura Puig. A su entender, cuando tienes tantos modelos "puedes buscar cuál es la sociedad que más te gusta. Tenemos que coger el que tenemos y evolucionar hacia modelos más civilizados"; puntualizando que, por él, esto significa acercarse al de los países nórdicos.

"El capitalismo es irreformable"
A la banda contraria, Fernández ha destacado que "no se trata de hacer el paraíso en la Tierra, sino de salir del infierno". El exdiputado cupaire se ha mostrado convencido que "el capitalismo es irreformable. El único motor que tiene es el afán de lucro, que es su maldición". Fernández ha sido contundente a la hora de señalar que se trata de un sistema "socialmente injusto y moralmente inaceptable. Es amoral, asocial e indiferente al sufrimiento de la sociedad".

Para ejemplificarlo, David Fernández ha recordado que el 2016 mueren 80.000 personas de hambre al mundo "cuando hay los medios porque esto no pase". Esta situación, como tantas otros éticamente reprobables, las provoca, a su parecer, el hecho que "el sistema es indiferente a todo esto. El capitalismo sólo quiere generar riqueza y quedársela".

Los ataques al sistema capitalista de Fernández los ha intentado rebatir Miquel Puig recordando que "el capitalismo no genera pobreza, todo el contrario. En la China el 95% de la población era pobre como ratas hasta las últimas décadas. Ahora ya no, cuando es más capitalista que nunca". Puig ha indicado que "un sistema económico no tiene valores, estos los tienen las personas". Así pues, argumenta, "el afán de lucro no lo tiene el capitalismo, lo tenemos todos los humanos. Todo el mundo tiene una parte filántropa y egoísta, siempre ha sido así". Por el economista "el capitalismo es un mecanismo para reconducir este egoísmo en un sentido más o menos civilizado".

"La historia demuestra que es posible ir poniendo freno desde dentro"
Cuestionados sobre el momento actual del sistema capitalista, Puig ha defendido que "los grandes enemigos del capitalismo no son los anticapitalistas, sino los capitalistas con el afán exagerado de acaparar". Por eso, indica, de vez en cuando "hay reformas desde dentro del sistema para contrarrestar estos excesos". En este sentido, ha recordado que las grandes reformas del capitalismo en Alemania, Gran Bretaña y los Estados Unidos las llevaron a cabo personajes conservadores como Winston Churchill o Theodore Roosevelt, o directamente reaccionarios como Bismarck. "Ahora algunos neoliberales tienen Churchill en un pedestal, pero fue el primero a defender un salario mínimo", ha emfasitzat.

Por lo tanto, indica, "se ha demostrado a lo largo de la historia que es posible ir poniendo freno desde dentro". Sea como fuere, Puig reconoce que la actual tendencia de concentración de la riqueza provoca una lógica aparición de movimientos que cuestionen el sistema; cómo ya pasó hace 100 años. "Entonces, los que apostaron para reformar el sistema son los mejores países del mundo a día de hoy. Los que apostaron para sustituirlo, son de los peores", ha sentenciado.

"Al capitalismo le es igual fabricar un bric de leche que fabricar armas"
En una línea diferente se sitúa David Fernández, por quien el capitalismo "vive en una crisis permanente desde hace décadas, y esta va por largo". Su visión va en la dirección que "los sistemas generan valores, y el capitalismocrea algunos como el individualismo". Por Fernández, "el mundo no es sólo economía, también hay la ética. Es un fraude identificar crecimiento y bienestar".

Fernández ha remarcado que es contrario "a la fantasía que el libre mercado hará un mundo más rico y más justo". Según él, "la historia del capitalismo como una historia feliz no es cierta. El capitalismo también mata, le es igual fabricar un bric de leche que fabricar armas". El exdiputado de la CUP no ha ahorrado críticas a un sistema que califica de "casino" y de "fábrica de desigualdades". Al fin y al cabo, asegura, "la crisis ha difuminado la frontera entre mafia y capitalismo".

    
 
 El debate entre Puig y Fernández ha llenado el Auditorio AXA de Barcelona. Laia Corbella


" podría haber una cosa mejor? Es posible, pero nadie lo ha visto"
Las acusaciones al capitalismo como creador de desigualdades no han convencido Miquel Puig, que seha mostrado en total desacuerdo. "Desde que hay civilización, el mundo nunca había sido tan igualitario como por ejemplo. Hace 2.000 añoshabía más desigualdades que ahora", ha evidenciado.

Puig se ha preguntado de forma retórica si " podría haber una cosa mejor? Es posible, pero nadie lo ha visto". El economista, además, ha recordado que "los que lo han intentado han hecho sufrir a mucha gente". En cualquier caso, reconoce que "el sistema actual ha producido mucha riqueza pero también desigualdades y tiene un problema de sostenibilidad". Una situación que, pero, no es suficiente a su parecer para querer sustituir el capitalismo. "La crítica al sistema no es un argumento a favor de su sustitución. Los países más igualitarios del mundo son capitalistas!", ha defendido insistiendo en el modelo de los países nórdicos. "Si todos los niños van a la misma escuela todo el mundo está dispuesto a pagar impuestos", ha asegurado haciendo referencia al caso concreto de Suecia.

"Hay que recuperar el sector público porque blinde derechos fundamentales"
Hablando de Suecia, Fernández también se ha preguntado si es universalitzable su modelo. "Todos los países pueden crecer igual? El modelo sueco no está aislado del mundo, y Suecia participa de este sistema de grieta norte/sur y sebeneficia", ha denunciado.

A pesar de reconocer el fracaso del movimiento obrero al siglo XX con el triste exponente del stalinisme, por Fernández esto no excluye que "haya que buscar alternativas en el capitalismo". Uno de los problemas que reconoce, pero, es que "este nuevo modelo está en construcción todavía, sólo hay algunas matrices".

En esta línea, Fernández ha apuntado que "hay bienes comunes que tienen que estar protegidos por el sector público: nadie puede hacer negocio con la salud y la enseñanza". El activista social ha defendido el papel que puede jugar la economía social y cooperativa, que "entiende el mercado sin lógicas especulativas ni financieras". Por Fernández, "la economía de mercado tiene que estar fuertemente regulada porque si no se sale de madre". En el camino hacia esta sustitución deseada del capitalismo, Fernández concluye que "durante este tránsito hay que recuperar el sector público porque blinde derechos fundamentales".