Entre mediados de marzo y principios del verano de 2020, los hospitales catalanes –y de casi todo el mundo– estaban monopolizados por la covid-19. Las camas no eran suficientes y los enfermos de coronavirus se acumulaban en las UCI mientras el resto de la población estaba encerrada en casa. Las demás patologías, si no eran muy urgentes, tenían que esperar. El sistema de salud público estaba colapsado. La sanidad privada quedaba al margen, pero parte de la población se aferró a ella. El impacto de la covid-19 en los seguros médicos está claro: han ganado clientes. Pero también ha habido otra consecuencia para los pacientes que ya hacían uso de las mutuas: los precios han aumentado desde el inicio de la crisis sanitaria.
"En los momentos más críticos, la gente le ha visto las costuras al sistema de salud público y ha mirado hacia el privado", reflexiona el doctor Ignacio Orce, presidente de Assistència Sanitària. Según datos de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), en 2020 el sector superó los 11 millones de clientes en todo el Estado, con un incremento del 4,4%. Esto supone un 23,4% del total de la población. Durante el año del estallido de la pandemia, 469.750 personas contrataron un seguro médico. Si se comparan las cifras generales con las de los últimos años, se observa un incremento claro: en 2012, había 8,7 millones de asegurados de salud y, en comparación al año anterior, habían crecido un 0,7% (casi 65.000 personas). Entonces, el porcentaje del total de ciudadanos que tenían contratada una mutua era del 18,8%. La evolución ha sido ascendente hasta llegar al récord de 2020.
Ignacio Orce (Assistència Sanitària): "En los momentos más críticos, la gente le ha visto las costuras al sistema de salud público y ha mirado hacia el privado"
Las propias compañías de seguros lo han notado. En Assistència Sanitària, han registrado un incremento de la contratación de un 36% en el segundo semestre de 2020 y de un 27% en la primera mitad de 2021. Ahora, asegura el doctor Orce, ya se ha moderado. "Los nuevos pacientes no tenían una cultura de sanidad privada, pero creemos que se quedarán", considera. Y es que "la covid-19 ha provocado un fenómeno sociológico: la gente se mira más la salud", añade el doctor. Los clientes no son lo único que ha aumentado: la facturación del sector superó los 9 millones de euros el año pasado, un 5,1% más que en 2019. Esto contrasta con los 6,5 millones de ingresos de las aseguradoras médicas de 2012.
Seguros más caros
La explicación de este incremento es doble: los clientes han aumentado y los precios, también. A pesar de que desde Unespa evitan hablar de tarifas, elemento que depende directamente de cada empresa, el doctor Orce asegura que el coste de los seguros ha aumentado alrededor de un 10% desde que se inició la pandemia. El presidente de Assistència Sanitària afirma que en su caso concreto también ha habido un ascenso, pero que es del 4%, inferior a la media. Ignacio Orce encuentra el motivo: "Hay algunas cosas que han llegado para quedarse, como las pruebas PCR; así que habrá un nivel de gasto que antes no había, pero no sé si es suficientemente significativo como para subir los precios".
El doctor Orce explica la política de Assistència Sanitària en los últimos años: "Hemos hecho pagar más a los jóvenes para proteger a la gente mayor". Ahora, en cambio, están intentando reequilibrar las primas con subidas progresivas. De aquí sale el 4% del incremento de los precios. Y es que en la sanidad privada es habitual subir las primas por edad: cuanto mayor es la persona, más uso hace del sistema médico y paga unas tarifas más altas. Pero no solo los clientes de Assistència Sanitària han notado un incremento de la factura del seguro, tal como indica el doctor Orce. VIA Empresa ha contactado con Fiatc, que ha rechazado hacer declaraciones en este sentido.
Los precios de los seguros médicos han aumentado un 10% de media desde que empezó la pandemia
A la mayor cantidad de gasto se suman las medidas que tomaron las aseguradoras durante los meses más duros de la pandemia. "Nos encontramos con que muchos médicos no tenían pacientes, porque la gente estaba en casa y evitaba ir al médico, así que modificamos los precios de los honorarios para facilitarles la actividad", explica el presidente de Assistència Sanitària. Si durante unos meses había personal médico sin trabajo, ahora el sistema privado busca enfermeros sin mucho éxito. El doctor Orce explica que, como la salud pública paga mejor, muchos se marcharon con las contrataciones que se hicieron al inicio de la pandemia y que, por lo tanto, los centros privados tienen dificultades para encontrarlos. Aún así, no augura que esta situación se alargue más, puesto que en algunos lugares, como Madrid, indica, ya se han empezado a romper los contratos a enfermeros que se firmaron en los momentos de mayor necesidad.
Un sueldo en especias
La evolución de las contrataciones de seguros médicos ya marcaba una tendencia ascendente antes de la llegada de la covid-19. Los datos ofrecidos por Unespa muestran un incremento especialmente relevante a partir de 2016 -del 3,6% en cifras interanuales, lejos del aumento del año pasado-. Fuentes de la asociación lo atribuyen a una tendencia de algunas empresas a ofrecer como parte del sueldo en especias un seguro médico. "El seguro de salud es uno de los beneficios sociales más valorados entre la plantilla, hecho que lo convierte en una herramienta de atracción y retención de talento", explican.
Sea como fuere, las aseguradoras viven un momento dulce en cuanto a los productos de salud. A pesar de que la covid-19 las ha llevado a esta situación económica favorable, lo que más temen, como la sanidad pública, es que la pandemia se perpetúe. "El problema que tenemos ahora es el estancamiento de la vacunación: la gente tiene que ser consciente que un 90% de los nuevos ingresos por covid son de personas no vacunadas", insiste el presidente de Assistència Sanitària. El discurso está claro, pero son las medidas restrictivas que suponeran el empujón final que necesita parte de la población, considera. Si la pandemia sigue fluctuando, la presión hospitalaria seguirá siendo insostenible a largo plazo. El diagnóstico del doctor Ignacio Orce está claro: "El sistema público es fantástico, pero está infrafinanciado".