Los comercios catalanes prevén una "afectación importantísima" en su negocio por el alza de precios de la energía y por el freno en el consumo que provoca la inestabilidad geopolítica por el inicio de la guerra de Ucrania. El coste de la electricidad y los carburantes se han disparado en los últimos meses, perjudicando no solo a los sectores más intensivos en uso energético sino también otros como el comercio, provocando que seis de cada diez comercios se vean obligados a subir los precios de los productos y a reducir sus márgenes. Así lo denuncia una encuesta elaborada por la patronal Pimec entre sus socios y que concluye que un 95% de los comerciantes prevén un impacto negativo en su negocio por la guerra de Ucrania y un 85,7% ya nota una disminución de ventas.
En este sentido, el 96,9% de los establecimientos perciben preocupación en sus clientes por las tensiones geopolíticas actuales, hecho que afecta en sus decisiones de compra, puesto que el comercio es un sector que nota directamente "cualquier alteración", ha indicado la directora de PIMEComerç, Pilar Mínguez. Este freno del consumo es especialmente perjudicial en un momento en el que los negocios están notando el incremento "agobiante" de los costes. Un 43,2% de los consultados está recibiendo aumentos de las facturas de luz y gas entre un 10 y un 20% más caras. Según Mínguez, además de cambiar las luces por leds el sector tiene poco margen a la hora de implementar grandes cambios para ahorrar gasto energético. "El recibo de la luz es un problema por un pequeño comerciante", ha lamentado Mínguez.
Los sectores que más están sufriendo la subida energética son el de la restauración y la hostelería, con un 97,12 % de empresas afectadas; seguidos de la actividad de alimentación y bebidas (95,8 %), del de servicios (84,17 %) el alimentario (78,85 %). La encuesta recoge el impacto directo del aumento de la energía, es decir del consumo propio, pero también el indirecto cómo el transporte, el reparto o las nuevas materias.
La patronal ha pedido a las administraciones que busquen soluciones para un problema que ya está provocando despidos entre las empresas asociadas. En este sentido, el presidente de PIMEComerç, Àlex Goñi, ha lamentado que "después de dos años terribles" por la pandemia los comercios tengan que hacer frente" a una subida de la energía brutal y a una guerra junto a casa". "No estamos en un momento dulce", ha afirmado. Según Goñi, los comerciantes intentaron en un inicio no repercutir el incremento del coste energético en los precios finales, pero al ver que pasaban los meses y "continuaban disparados" se vieron obligados. "No puede ser trabajar, trabajar y trabajar y generar deuda. Por lo tanto, en algunos casos hemos tenido que subir precios de la manera más ajustada posible y comiéndonos beneficio", ha dicho.