El señor Amazon

En el contexto en que Amazon lidera el mercado online, se anima a repensar los ejes comerciales para impulsar nuevas maneras de vivir en las ciudades

Un repartidor de Amazon entrega un paquete | iStock
Un repartidor de Amazon entrega un paquete | iStock
Albert Ortas
Director general de Intermèdia Comunicació
Barcelona
22 de Diciembre de 2020

Lo reconozco. Soy uno más de los centenares de millones de compradores del mundo que han probado los servicios del señor Amazon a través de su plataforma online. El black friday me hizo pecar y me adentró en su dimensión. Compré el asistente virtual Alexa, un aparato con altavoces inteligentes que tiene la capacidad de interactuar a través de la voz, reproducir música, crear listas de tareas pendientes, establecer alarmas, reproducción de podcasts, audiolibros o proveer de información en tiempo real del clima, el tránsito y las noticias. Todo ello por sólo 30 euros, te lo traen a casa y sin ningún coste extra.

 

En tiempo de pandemia el señor Amazon se está consolidando como el líder indiscutible del comercio electrónico al mundo. La plataforma norteamericana lidera el mercado online, junto con la china Aliexpress, tanto en facturación como en número de pedidos y ventas. El señor Amazon, dicho lo contrario, Jeff Bezos, fundador, director ejecutivo y hoy en día la persona más rica del mundo, facturó el año pasado en España 7.567 millones de euros, un 70% más que el 2018, triplicando a la vez las ventas de su segundo competidor.

En tiempo de pandemia el señor Amazon se está consolidando como el líder indiscutible del comercio electrónico al mundo

Pagar 30 euros por este producto y servicio, realmente da mucho que pensar. Disfrutar de un pequeño, pero sin embargo aparato donde puedes escuchar toda la música que quieres, obtener información gracias a un asistente virtual, poner orden a tu lista de la compra o, simplemente, informar de las noticias del día, a un precio reducido precio de 30 euros, denota el poder que tiene el señor Amazon. ¿Alguien más se puede beneficiar a un precio tan ajustado? A mí no me salen los números.

 

El comercio online ha venido para quedarse, está claro. Pero lo más inquietante es que el señor Amazon ha hecho grandes méritos para posicionarse como una plataforma over the top a través de su Amazon Prime, y que consiste en la transmisión de audio, vídeo y otros contenidos a través de internet sin la implicación de los operadores tradicionales en el control o la distribución del contenido.

¿Qué precio pagaremos por este modelo? A priori, formar parte de la red Amazon puede parecer una gran oportunidad para empresas que innovan o productos que buscan nuevos canales y más globales. Pero, al mismo tiempo, acentúa una concentración de poder y un monopolio de precios que, ciertamente, sin el permiso del señor Amazon, será difícil competir.

Amazon hoy ya ocupa al 15,7% del total del mercado español del ecommerce, mientras que Aliexpress ocupa el 4,4%. El tercero es El Corte Inglés, éste apostando todavía por la omnicanalidad. La pandemia ha acelerado muchos procesos y está cambiando muchos hábitos en diferentes sectores y modelos de negocio. El comercio es uno de los principales perjudicados.

La asociación de comerciantes Barcelona Oberta alertaba hace unas semanas del peligro de mortalidad de los comercios a la ciudad. Cerca del 30% de los locales comerciales desaparecerán este 2020. Y lo más grave, el peligro de una inminente tercera oleada, y la carencia de ayudas al sector, puede incrementar el índice de mortalidad de los comercios hasta el 50% durante el 2021.

Están en peligro 45.000 puestos de trabajo, la mitad del total que ocupa este sector en Barcelona. Dicho de otro modo, peligran 5 o 6 fábricas de Nissan en la Zona franca.

Las alcaldesas de París y de Barcelona, así como otros dirigentes políticos de la ciudad, han animado estas fiestas de Navidad a no comprar en Amazon, promocionando el comercio de barrio. Pretende ser más un deseo y una declaración de buenas intenciones fruto de las demandas del sector que no una realidad factible. El mercado es libre y así lo tiene que continuar siendo.

Ahora bien, estos cambios tan acelerados también nos tendrían que alertar y hacer reflexionar hacia donde vamos y como tenemos que repensar las ciudades del futuro. Los ejes comerciales o el centro ciudad tiene que ser repensados, con nuevas maneras de vivir en las ciudades, recuperando el centro a la comunidad, donde se mezclen usos y hábitos basados en la experiencia de compra, pero también donde se priorice la vivienda, el consumo cultural... y las actividades lúdicas y educativas dinamicen con más fuerza los nuevos centros ciudad.

Los nuevos downtowns serán o no serán si se delgada el proyecto social enfrente el uso meramente comercial. Hay que recuperar la vida al corazón de la ciudad, si no queremos convivir con una intensa desertización de estos espacios. Impulsar nuevas experiencias que promuevan la identidad del territorio, pongan en valor el patrimonio, dinamicen la cultura y la personalidad de la propia urbe. La apuesta por ciudades más humanas y que fomenten un equilibrio del bienestar, basado en la vivienda, la economía y la actividad cultural.

Hay que recuperar la vida al corazón de la ciudad, si no queremos convivir con una intensa desertización de estos espacios

Una vez más, una buena planificación y entente entre el liderazgo público y el privado será clave para redefinir y planificar un nuevo centro ciudad.