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¿Ser competitivo es solo ser barato? El Caso Ford

Una vez más, una de las principales industrias de la Comunidad Valenciana se ve amenazada

El interior de la hacèbrica de Ford a Almussafes | Europa Press
El interior de la hacèbrica de Ford a Almussafes | Europa Press
València
27 de Marzo de 2022

Nací y me crié hasta los 12 años en Almussafes, un pueblo a 20 kilómetros del sur de Valencia donde todavía conservo a gran parte de mi familia y mis amigos de la infancia. La localidad que conocí de pequeño ya era próspera gracias a la llegada de la planta de automóviles Ford, aunque en mi vida convivían mundos muy diversos: mi abuelo materno siempre cultivó la tierra, mientras que padres y hermanos de gente muy cercana encontraron acomodo laboral en la factoría.

 

Para una localidad de 6.000 habitantes, los ingresos procedentes de una instalación de esas características (y de su industria auxiliar, que levantó años más tarde todo un polígono empresarial alrededor) suponen una fuente de riqueza y servicios inmensa, pero también le hacen depender extremadamente de la posibilidad de que algún día ese acuerdo finalice.

Como toda mi generación, la crisis de 2007 y la posterior del covid-19  ha dejado sin empleo a muchísimas personas. Incluso a aquellas que pensaban que, aun teniendo un día a día monótono en una cadena de montaje, no se verían afectadas por los efectos perniciosos de los despidos. Pero si algo hemos aprendido los nacidos en democracia es que no dispondremos de los derechos de nuestros padres. Que los sindicatos ya apenas nos representan, porque no comprenden los nuevos modelos laborales. Y que, al menos aquí, la calidad no es tenida en cuenta como factor diferencial si no va acompañada de un precio bajo.

 

No nos engañemos, al menos en Europa, Ford ha reaccionado mucho más tarde que sus rivales en electrificación

La venta de coches ha disminuido enormemente. Y lo seguirá haciendo. No sólo por la merma de poder adquisitivo, sino por la concepción de los nuevos consumidores de una movilidad diferente: sostenible y más ligera, pero también alejada de cuotas mensuales que impiden el ahorro temprano. Y, no nos engañemos, al menos en Europa, Ford ha reaccionado mucho más tarde que sus rivales en electrificación. Marcas como Renault sacaron sus primeros modelos hace ya una década y otras como Toyota han superado en ventas con sus híbridos aquellos que sólo funcionan por combustión. Y Tesla ha convertido ya su Model 3 en el coche más vendido de Europa.

Lo que deriva en la eterna dicotomía que asola la planta de Almussafes: cada vez que aprietan las tuercas desde Estados Unidos, la solución ofrecida es abaratar los costes de plantilla. Congelar o rebajar sueldos. Aplicar EREs o ERTEs. Y sacar pecho (sic) de que producir en España sigue siendo más barato, sin apenas aportar soluciones imaginativas o valores añadidos más allá de la coyuntura económica.

La amenaza para Almussafes

Hoy, una vez más, una de las principales industrias de la Comunidad Valenciana se ve amenazada. Especialmente cuando la firma anunció que siete de sus vehículos eléctricos no se producirían aquí. Y todavía exprime el discurso de que una de sus plantas principales en Europa (la otra está ubica en Saarloius, Alemania) deberá cerrar ante el plan de emisiones cero de la marca para 2030.

Dos de los modelos que se fabrican en Almussafes dejarán de hacerlo este año y otros dos el que viene

Hay otras localidades y otras compañías que, sin embargo, están cambiando el paso. Sagunto, sin ir más lejos, ha apostado por el suelo industrial y ya aglutina uno de los mayores parques empresariales de Europa, donde incluso podría ubicarse a no mucho tardar una fábrica de baterías operada por Volkswagen. Y, al tiempo, Power Electronics se ha aliado con la Generalitat Valenciana para tratar de construir un proyecto similar.

Mientras tanto, dos de los modelos que se fabrican en Almussafes dejarán de hacerlo este año y otros dos el que viene, quedándose únicamente a cargo del Kuga y de una serie de motores híbridos. La pregunta, a la espera de la decisión de Ford es: ¿será esta vez suficiente?