Sílvia Domènech (La Fageda): "El trabajo con sentido dignifica, y el yogur es solo una excusa"

Nos adentramos en la Fageda d’en Jordà para conocer las interioridades de este proyecto social que ha conseguido posicionarse entre las principales marcas de yogures y postres de Catalunya

Sílvia Domènech, directora general de La Fageda | Mireia Comas Sílvia Domènech, directora general de La Fageda | Mireia Comas

Sílvia Domènech fue nombrada directora general de La Fageda el pasado mes de marzo, para dar relevo al liderazgo de su fundador Cristóbal Colón, quien ha estado al frente de la fundación -antes cooperativa- durante 42 años, y ahora da un paso al lado, como presidente de honor. El relevo, que ha durado casi cinco años, ha sido gradual, y Domènech asumió el cargo con una voluntad continuista. Eso sí, asumiendo los cambios que el nuevo contexto económico y la subida de los precios han supuesto para el negocio del yogur, y los retos de crecimiento que, inevitablemente, ha asumido La Fageda.

Conducimos hasta la Garrotxa para reunirnos con Sílvia Domènech. Después de unos minutos de coche atravesando la Fageda d’en Jordà, llegamos a las instalaciones de La Fageda, donde nos recibe Eva Torrents, directora de Comunicación: "Bienvenidos a la República Independiente de la Fageda", nos dice. Y el entorno nos lo confirma: el paisaje de prados rodeados por bosques de hayas, las vacas escuchando Bach, las sonrisas constantes, el huerto de autoconsumo ante la fábrica del grupo, una fábrica incluso amigable, de obra nueva, con una vaca bien grande estampada en el logo de la fundación, que mira cómo dos grupos escolares están a punto de descubrir otra manera de hacer las cosas, con la excusa de un yogur.

¿Estamos en  la República Independiente de la Fageda?

Cada cual encuentra sus palabras para expresarlo. Pero es verdad que este es un lugar singular, donde suceden cosas extraordinarias. Y no digo extraordinario refiriéndome a una cosa sublime o superior a los demás, sino como algo fuera de lo ordinario y de lo habitual. Y te das cuenta, cuando apenas llegas aquí, pero también cuando llevas mucho tiempo.

De hecho, este es vuestro nuevo eslogan: extraordinaria diferencia.

Somos un proyecto social, con una estructura empresarial, que solo existe para poder mantener nuestra misión, que es la misma desde hace 42 años: dar oportunidades laborales, y no solo laborales, a personas con discapacidad, con enfermedades mentales y también con riesgo de exclusión social de nuestra comarca, la Garrotxa. Y digo no sólo laborales porque tenemos un modelo de atención integral que intentamos que alcance todas las esferas de las necesidades de las personas: ocupación, vivienda, el ámbito social y relacional, salud, desarrollo y formación.

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Todas las personas, todas, tengamos cualquier incapacidad o no, tengamos problemas de salud mental o no, tengamos una vida más fácil o más complicada, necesitamos trabajar, un lugar donde vivir, necesitamos poder sostenernos a nosotros y a nuestra familia, necesitamos tener buenas relaciones, necesitamos formarnos y necesitamos estar bien de salud, o bien acompañados en la falta de salud.

Entrevista a Sílvia Domènech, directora general de La Fageda | Mireia Comas
Entrevista a Sílvia Domènech, directora general de La Fageda | Mireia Comas

Pero el hecho de comunicar esta extraordinaria diferencia es algo nuevo. Hasta ahora no lo comunicabais.

Más que un cambio ha sido una evolución bastante natural y, sobre todo, necesaria. Estos tres últimos años para nosotros han sido difíciles, han supuesto un reto constante. Y apenas ahora, empezamos a abrir un nuevo escenario.

Y parte de este nuevo escenario ha comportado explicarnos algo mejor. Hasta ahora nos hemos explicado como un yogur auténtico de granja, y nos encanta, continuamos siéndolo, pero somos más que esto. Hay muchos yogures de granja en Catalunya, y muy buenos, pero no tienen una misión social como la nuestra detrás. Y hasta ahora, hemos querido competir en igualdad de condiciones, que nos compraran porque los gustaba el producto. Pero creemos que también es justo que se conozca lo que hay detrás. Y lo hemos hecho sin ninguna voluntad de interpelar la conciencia de nadie, sino de explicar simplemente quién somos.

Domènech: "Lo hemos hecho sin ninguna voluntad de interpelar la conciencia de nadie, sino de explicar simplemente quién somos"

Esta atención integral, ¿dónde empieza y dónde acaba?

Lo primero por lo que velamos es ofrecer trabajo y ocupación, que es nuestra piedra angular, porque entendemos que el trabajo dignifica, que tiene un aspecto relacional en todas las personas. Y el yogur es solo una excusa.

Pero también tenemos servicios de vivienda, con diferentes modelos residenciales, para intentar acompañar -porque no siempre lo conseguimos- a las personas, para que todas podamos tener un lugar digno donde vivir. Y también cubrimos un ámbito más relacional y de ocio, con un club de ocio, de lectura, organizamos casales y colonias, hacemos viajes… Hace poco uno de nuestros grupos ha viajado a Madrid a ver El Rey León. El aspecto relacional es muy importante para la salud de todas las personas, no solo para las personas que lo han tenido más difícil, sino para todas. Además, también tenemos en cuenta la parte de la salud, con algunos servicios como fisioterapia o terapia especializada. Y por último, tenemos una rama de formación y desarrollo, donde tenemos algunos proyectos sociales muy incipientes.

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¿De qué volúmenes estamos hablando?

Por volumen, ya somos casi 650 personas en el ecosistema de La Fageda. De estas, 332 tienen contrato laboral: la mitad de ellas son profesionales (como financieros, comerciales, educadores sociales…) y la mitad reciben trabajo con apoyo. Son personas que tienen un certificado de discapacidad o con una enfermedad mental, pero que perfectamente pueden tener un contrato laboral en alguna de nuestras secciones, como jardinería, en la fábrica de helados, de mermelada, o de yogures. Adaptamos la jornada a sus necesidades y les damos apoyo y acompañamiento.

También tenemos 32 personas en la empresa en proceso de inserción, personas con riesgo de exclusión social, vulnerables, o que quizás han sido recién llegadas a nuestra comarca, y no tienen las habilidades necesarias para ir a trabajar a otra empresa. Durante un máximo de 3 años las acompañamos a desarrollar habilidades y competencias y, cuando están preparadas, las ayudamos a hacer el salto a la empresa ordinaria, o sea, a un entorno de trabajo no protegido. Y en el ámbito ocupacional -que no es remunerado porque reciben una pensión del Estado- hay 93 personas. Además, damos servicios residenciales a 80 personas, y también a muchas más, en el ámbito del ocio, de la formación…

Al final, el yogur es una excusa. Una excusa para…

Para dar puestos de trabajo dignos a personas en situación de vulnerabilidad en la Garrotxa. El trabajo puede actuar como un elemento clave en el proceso rehabilitador de cualquier persona: aumenta su autoestima y cambia su papel dentro de la familia y la sociedad. El trabajo con sentido dignifica.

Domènech: "El yogur es una excusa para dar puestos de trabajo dignos a personas en situación de vulnerabilidad en la Garrotxa"

Para nosotros, el hecho de que una familia elija a La Fageda en los supermercados, se traduce en yogures que podemos fabricar. Y, al final, los kilos de yogur que fabricamos son más puestos de trabajo que podemos ofrecer.

Y bien, es cierto que la actividad empresarial más conocida que tenemos es el yogur, pero tenemos muchas: mermeladas, helados, jardinería… Eso sí, económicamente, los yogures y postres nos aportan el 90% de los ingresos; y solo el 7% de nuestros ingresos provienen de fondos públicos; el resto proviene de ingresos propios.

Sílvia Domènech, directora general de La Fageda | Mireia Comas
Sílvia Domènech, directora general de La Fageda| Mireia Comas

Ahora, pero, no es un buen momento para el sector del yogur. El coste para producirlo se ha incrementado un 41% desde el 2021.

Así es, en solo tres años, se ha incrementado drásticamente el precio de los envases, el de la leche que no producimos nosotros... Y esto nos ha pasado a todos los fabricantes de alimentación. Y, en nuestro caso, se suma el gasto de la fábrica. Hace 6 o 7 años vimos que para poder ser sostenibles a largo plazo, teníamos que hacer una gran inversión: teníamos que hacer una fábrica nueva. Y esto ha costado mucho dinero. De hecho, todavía estamos en plan de regreso de la deuda.

¿Cuánto de este gasto ha llegado al bolsillo del consumidor?

Hemos trasladado la mitad al consumidor y la otra mitad la hemos sufragado nosotros, mediante la reducción de beneficios. Y, ojo, no es que nosotros queramos muchos beneficios, porque somos una fundación sin ánimo de lucro, no tenemos una propiedad a quien reportar estos ingresos. Nuestro objetivo es mantener la facturación, porque si bajamos un 40% la facturación, son puestos de trabajo que perdemos.

Y esta situación, y el no querer perder ningún puesto de trabajo, nos ha obligado a decir: "Ahora sí que tenemos que crecer". El margen que generamos no es bastante grande para hacer frente a las inversiones que tenemos que hacer y para conservar los puestos de trabajo.

Lo dices como si fuera algo negativo el hecho de crecer.

En el fondo no nos gusta, porque somos economía social, somos una empresa al servicio de la sociedad, no de unas pocas personas. Y no nos gusta el crecimiento por el crecimiento. De hecho, siempre habíamos dicho que no saldríamos de Catalunya, no queremos una Fageda de 60 millones. Pero la realidad es terca y te obliga a cambiar. Y así lo hicimos, hace dos años.

Domènech: "No nos gusta el crecimiento por el crecimiento"

¿A cambiar qué?

Especialmente la política comercial y la política de comunicación, pero también otros aspectos internos. Aunque en el fondo, no me gusta la palabra cambio, porque parece que rompas con lo que había antes, y no es así. Todo lo que se ha hecho durante todos estos años es muy valioso y ésta es una evolución natural.

Estos cambios han comportado el hecho de explicarse, con "la extraordinaria diferencia". Pero ¿qué más han comportado?

Salir de Catalunya e ir también a Valencia y Madrid. Y este salto, que solo es empresarial, no quiere decir que copiemos el modelo ahí. Nuestra tarea social está aquí, en la Garrotxa. El objetivo de hacer el salto a Madrid y Valencia ha sido mantener lo que tenemos aquí.

Y otro cambio ha sido pulsar el acelerador de la innovación. Somos segunda marca en el mercado, después de Danone, y tanto los consumidores como nuestros compañeros de distribución esperan que saquemos algo nuevo al mercado, alguna novedad.

 Les vaques de La Fageda escolten música clàssica habitualment | Mireia Comas
Las vacas de la Fageda escuchan música clásica habitualmente | Mireia Comas

Una curiosidad, ¿cómo es que las vacas escuchan música clásica?

Esto tiene varias explicaciones. Una es que a Cristóbal le encanta la música barroca, e hizo una selección para las vacas. Otra razón es que realmente está demostrado que la música mejora el bienestar animal, y también el bienestar y la productividad de los trabajadores.

Si en toda empresa, la gestión del personal ya es compleja, aquí, donde muchos trabajadores pueden tener más necesidades a cubrir… ¿cómo lo hacéis?

Tenemos un área de gestión y desarrollo de personas, que sería los recursos humanos típicos, que alcanza toda la parte laboral y formativa, desde la que intentamos desplegar los servicios que las personas necesitan como, por ejemplo, ahora mismo, un casal de verano para los hijos de los trabajadores. Y también tenemos el área social, con educadores, trabajadores sociales, psicólogos, un equipo terapéutico… que atienden el bienestar y necesidades especiales de los trabajadores.

Es verdad, pero, que a veces a primera hora de la mañana, cuando abres la fábrica, no sabes con cuántos trabajadores contarás ese día, o que algunas de estas personas quizás necesitan rotaciones cada pocos minutos, o descansos, o trabajar menos horas, y esto lo tenemos en cuenta a la hora de estructurar la plantilla. Hay quien podría pensar que tenemos una plantilla sobredimensionada, pero no, está precisamente bien dimensionada, teniendo en cuenta las necesidades reales del equipo. El objetivo es dar trabajo al máximo de personas posibles.

¿Cómo es seguir el relevo de una persona tan carismática como Cristóbal Colón?

Yo lo estoy viviendo de forma muy natural, porque llevamos muchos años con este proceso, 4 o 5 años. Pero además, yo no soy el relevo de Cristóbal: él ha tenido muchos papeles aquí. Ha sido el fundador, emprendedor social, ideólogo, presidente, director general… Y todos estos roles, hace años que los hemos ido desgranando; y yo el que asumo es el de gestión y dirección general, pero hay otros. Él continúa, de hecho, como presidente de honor de la entidad.

Nuestro fundador ha sido siempre un emprendedor social incansable. Y su historia y la de La Fageda es la historia de una extraordinaria locura. De hecho, La Fageda no habría existido si nuestros fundadores no hubieran tenido esta visión que las personas con enfermedades mentales podían salir de estos mal llamados manicomios, y dignificar su tiempo y su vida, a través del trabajo. Tuvieron la visión, que 42 años después mantenemos, de dar un sentido a su tiempo y a su vida, sea con la excusa de hacer tareas de jardinería, o con la excusa de un yogur.

Entrevista a Sílvia Domènech, directora de La Fageda | Cedida
Entrevista a Sílvia Domènech, directora de la Fageda | Cedida
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