07
de Marzo
de
2017
En las Tierras del Ebro, los banderines rojos y blancos que indican el nivel de viento (casi) siempre se mueven a toda velocidad. Es por eso que Víctor Cusí, el presidente de Eoliccat, la asociación eólica de Cataluña, apunta que es el territorio donde más parques eólicos se podrían hacer. "Al Ebro el viento es más moderado y más aprovechable, es la zona donde hay más recursos de Cataluña", apunta Cusí, responsable de una empresa dedicada a hacer estudios de viento que forma parte, con una veintena más, de la entidad. Su tarea coincide con la línea que pretende potenciar el Gobierno de la Generalitat. Este anochecer de martes, la entrega de los Premios de Excelencia Energética 2017 volverán a poner sobre la mesa la voluntad de potenciar la autoconsum y la energía fotovoltaica.
El coste de la energía tradicional es que demasiado a menudo los consumidores viven pendientes de la factura de la luz –si sube, si baja, como se lee....-, un recibo en que también influye la parte energética que proviene de las energías renovables, como es el caso de la energía eólica, producida de diferentes instalaciones en todo el Estado español. En Cataluña, por ejemplo, hay un total de 43 parques eólicos con una capacidad de 1.272,32 megawatt hora (MW) que generan, aproximadamente, el 6% de la producción eléctrica catalana y que cubren el 5,2% del consumo. Una cifra, según Cusí, que evidencia que "vamos por detrás otras comunidades autónomas por varias cuestiones. Una, por el déficit histórico de parques eólicos, puesto que la tramitación siempre ha sido muy lenta en Cataluña y muy compleja; otra, porque cuando se han empezado a tramitar los proyectos, se ha reformado el sistema retributivo de las renovables al Estado español... Los proyectos son más difíciles de financiar porque tienes que competir en el mercado de la intraenergia y necesitas unas condiciones más elevadas porque te salgan viables los parques eólicos", explica Cusí.
"No estamos mal pero, evidentemente, no somos la región de España que destacaría más", apunta Xavier Massa, miembro de la Cátedra de Sostenibilidad de la IEB y especialista en economía de la energía. Además de la concesión de licencia proveniente de las comunidades autónomas, Demasiado argumenta que "ha habido reticencias porque afectan el paisaje por parte de los mismos conservacionistas, de gente protectora del medio ambiente y otros territorios han tenido más interés a promocionar estas actividades en algunos terrenos determinados", explica Demasiados.
La regulación, parada
Demasiado explica el porque del desarrollo de las renovables y de la eólica en la última década: "A principios de los 2000 se implementa un sistema de promoción de las renovables en que se asegura un precio fijo por un periodo de tiempo determinado por el megawatt/hora que generes. El problema de esta medida fue que estaba ofreciendo, en paralelo, unos costes que evolucionaron y el porcentaje de margen se convirtió en uno de muy superior, razón por la cual atrajo muchísima inversión de golpe", explica el profesor del IEB.
Es la razón por la cual España fue líder mundial de energía fotovoltaica. "Por un lado, el problema se escapó de control y a la vez, hubo un sobrecost que no nos atrevemos a transmitir al usuario", argumenta. Según explica, un gran inversor no volverá a invertir en el corto plazo porque "no serefia del sistema. La rentabilidad actual es mucho más baja y hace que desde el 2013 la regulación se haya parado completamente a cero y que en los últimos años no hayamos tenido más capacidad instalada".
Todo y el dinamismo estancado del sector, desde Eoliccat estiman que en 2015 la facturación de la generación eólica en Cataluña fue de 250,3 millones de euros. El dato del 2016 todavía no la han estimado, pero aseguran que, a buen seguro, será inferior por los menores precios de la electricidad respecto al 2015. "Tenemos que tener en cuenta que esta cifra presenta ciertas fluctuaciones, puesto que es dependiente del precio de la electricidad al mercado (en 2015 fue de 50,27 euros/MWh) y de la producción. Puede presentar variaciones relevantes en función de cómo varía el precio del mercado y de la disponibilidad de recurso eólico porque hay años más ventosos que otros", explica Jaume Morron, gerente de la entidad.
El mercado exterior, de nuevo salvavidas
El último parque catalán inaugurado entró en servicio el enero del 2013. Y esta es la principal queja del sector. Cusí asegura que en Cataluña está todo el mundo "un poco parado" y, como en otros muchos sectores, las empresas están mirando hacia fuera y ofreciendo los mismos servicios que hacen pero en otros países.
Un ejemplo es la firma catalana Eolos, que mide el viento de futuros parques eólicos marinos. Fundada el 2014, surge como espín-off de un proyecto desarrollado por el Instituto en Investigación de Energía de Cataluña (IREC) en colaboración con Gas Natural Fenosa, la UPC y la Universidad de Stuttgart. Rajai Aghabi, fundador y CEO de Eolos, asegura que la suya es una compañía con vocación internacional "desde el primer día". La razón? "No creo quehaya mercado ni en futuro próximo en Cataluña, tenemos falta de emplazamientos con las condiciones técnicas favorables y tampoco hay el apoyo institucional porquehaya parques. La eólica marina todavía requiere incentivos y estos ahora mismo no existen porque ahora mismo no hay voluntad política", apunta el empresario.
Por esta razón, su mercado natural es el norte de Europa, donde están desarrollando varios proyectos. Durante el 2016 ha acogido una cartera de proyectos de más de dos millones de euros, equivalentes al 22% de cuota de mercado. También ha firmado numerosos contratos, uno de ellos con la sociedad Ailes Marines, una empresa conjunta entre la gigante energética Iberdrola y la organización británica NADA Offshore.
Tanto Aghabi como Cusí consideran que la energía renovable es básica para el futuro económico. El primero opina que, con un predominio de las renovables, entraríamos "en un sistema energético más verde, autóctono y más sostenible a largo plazo". Cusí, por su parte, recuerda que su reto y esperanza son los propósitos del Gobierno, que "ha dicho que quiere una Cataluña con un 50% de energías renovables de cara a 2030 y con un 100% de cara al 2050 y esto quiere decir que, si es así, por nuestros cálculos, para poder lograr un objetivo del 2030 con 50% de renovables, hace falta que se haga mucha eólica, mucha solar y quehaya mucha eficiencia energética".
En su consideración, "desde el momento que haces una instalación de un parque eólico, sabes el precio de generación desde el primer día". Argumenta que no dependes de un tercero, que es una energía autóctona y que, por lo tanto, se fijan los precios, "que en estos momentos son competitivos", valora. "Nohabría fluctuaciones de precios como las que hay en estos momentos por los aumentos del consumo, o porque nos suben el precio del petróleo o del gas. habría menos dependencia exterior y marcaríamos unos escenarios de precio mucho más fijos y esto el consumidor lo notaría", explica.
El coste de la energía tradicional es que demasiado a menudo los consumidores viven pendientes de la factura de la luz –si sube, si baja, como se lee....-, un recibo en que también influye la parte energética que proviene de las energías renovables, como es el caso de la energía eólica, producida de diferentes instalaciones en todo el Estado español. En Cataluña, por ejemplo, hay un total de 43 parques eólicos con una capacidad de 1.272,32 megawatt hora (MW) que generan, aproximadamente, el 6% de la producción eléctrica catalana y que cubren el 5,2% del consumo. Una cifra, según Cusí, que evidencia que "vamos por detrás otras comunidades autónomas por varias cuestiones. Una, por el déficit histórico de parques eólicos, puesto que la tramitación siempre ha sido muy lenta en Cataluña y muy compleja; otra, porque cuando se han empezado a tramitar los proyectos, se ha reformado el sistema retributivo de las renovables al Estado español... Los proyectos son más difíciles de financiar porque tienes que competir en el mercado de la intraenergia y necesitas unas condiciones más elevadas porque te salgan viables los parques eólicos", explica Cusí.
"No estamos mal pero, evidentemente, no somos la región de España que destacaría más", apunta Xavier Massa, miembro de la Cátedra de Sostenibilidad de la IEB y especialista en economía de la energía. Además de la concesión de licencia proveniente de las comunidades autónomas, Demasiado argumenta que "ha habido reticencias porque afectan el paisaje por parte de los mismos conservacionistas, de gente protectora del medio ambiente y otros territorios han tenido más interés a promocionar estas actividades en algunos terrenos determinados", explica Demasiados.
La regulación, parada
Demasiado explica el porque del desarrollo de las renovables y de la eólica en la última década: "A principios de los 2000 se implementa un sistema de promoción de las renovables en que se asegura un precio fijo por un periodo de tiempo determinado por el megawatt/hora que generes. El problema de esta medida fue que estaba ofreciendo, en paralelo, unos costes que evolucionaron y el porcentaje de margen se convirtió en uno de muy superior, razón por la cual atrajo muchísima inversión de golpe", explica el profesor del IEB.
Es la razón por la cual España fue líder mundial de energía fotovoltaica. "Por un lado, el problema se escapó de control y a la vez, hubo un sobrecost que no nos atrevemos a transmitir al usuario", argumenta. Según explica, un gran inversor no volverá a invertir en el corto plazo porque "no serefia del sistema. La rentabilidad actual es mucho más baja y hace que desde el 2013 la regulación se haya parado completamente a cero y que en los últimos años no hayamos tenido más capacidad instalada".
Todo y el dinamismo estancado del sector, desde Eoliccat estiman que en 2015 la facturación de la generación eólica en Cataluña fue de 250,3 millones de euros. El dato del 2016 todavía no la han estimado, pero aseguran que, a buen seguro, será inferior por los menores precios de la electricidad respecto al 2015. "Tenemos que tener en cuenta que esta cifra presenta ciertas fluctuaciones, puesto que es dependiente del precio de la electricidad al mercado (en 2015 fue de 50,27 euros/MWh) y de la producción. Puede presentar variaciones relevantes en función de cómo varía el precio del mercado y de la disponibilidad de recurso eólico porque hay años más ventosos que otros", explica Jaume Morron, gerente de la entidad.
El mercado exterior, de nuevo salvavidas
El último parque catalán inaugurado entró en servicio el enero del 2013. Y esta es la principal queja del sector. Cusí asegura que en Cataluña está todo el mundo "un poco parado" y, como en otros muchos sectores, las empresas están mirando hacia fuera y ofreciendo los mismos servicios que hacen pero en otros países.
Un ejemplo es la firma catalana Eolos, que mide el viento de futuros parques eólicos marinos. Fundada el 2014, surge como espín-off de un proyecto desarrollado por el Instituto en Investigación de Energía de Cataluña (IREC) en colaboración con Gas Natural Fenosa, la UPC y la Universidad de Stuttgart. Rajai Aghabi, fundador y CEO de Eolos, asegura que la suya es una compañía con vocación internacional "desde el primer día". La razón? "No creo quehaya mercado ni en futuro próximo en Cataluña, tenemos falta de emplazamientos con las condiciones técnicas favorables y tampoco hay el apoyo institucional porquehaya parques. La eólica marina todavía requiere incentivos y estos ahora mismo no existen porque ahora mismo no hay voluntad política", apunta el empresario.
Por esta razón, su mercado natural es el norte de Europa, donde están desarrollando varios proyectos. Durante el 2016 ha acogido una cartera de proyectos de más de dos millones de euros, equivalentes al 22% de cuota de mercado. También ha firmado numerosos contratos, uno de ellos con la sociedad Ailes Marines, una empresa conjunta entre la gigante energética Iberdrola y la organización británica NADA Offshore.
Tanto Aghabi como Cusí consideran que la energía renovable es básica para el futuro económico. El primero opina que, con un predominio de las renovables, entraríamos "en un sistema energético más verde, autóctono y más sostenible a largo plazo". Cusí, por su parte, recuerda que su reto y esperanza son los propósitos del Gobierno, que "ha dicho que quiere una Cataluña con un 50% de energías renovables de cara a 2030 y con un 100% de cara al 2050 y esto quiere decir que, si es así, por nuestros cálculos, para poder lograr un objetivo del 2030 con 50% de renovables, hace falta que se haga mucha eólica, mucha solar y quehaya mucha eficiencia energética".
En su consideración, "desde el momento que haces una instalación de un parque eólico, sabes el precio de generación desde el primer día". Argumenta que no dependes de un tercero, que es una energía autóctona y que, por lo tanto, se fijan los precios, "que en estos momentos son competitivos", valora. "Nohabría fluctuaciones de precios como las que hay en estos momentos por los aumentos del consumo, o porque nos suben el precio del petróleo o del gas. habría menos dependencia exterior y marcaríamos unos escenarios de precio mucho más fijos y esto el consumidor lo notaría", explica.