Sol Daurella i Comadran (Barcelona, 1966) es una de las empresarias más productivas y a la vez menos conocida del mundo empresarial catalán, español, europeo y mundial, que son los espacios geográficos en los que actúa. Discreta, altamente eficiente y forofa al esquí, el golf y los caballos, se diría que lleva el oficio en la sangre, como nieta de un emprendedor llamado Santiago Daurella; hija de un empresario con visión internacional como Josep Daurella y esposa en segundas nupcias de otro empresario y refinado gastrónomo que se llama Carles Vilarrubí i Carrió.
Como es sabido, los negocios familiares de los Daurella son la importación de bacalao de Islandia, comercializado bajo la marca Royal, y el embotellamiento de Coca Cola. Dos actividades iniciadas por el abuelo Santiago (Barcelona 1898-1974), que en 1926 creó COPESCO sobre los cimientos de una antigua tradición familiar de importadores de pescado y pesca salada, y que en 1940 fundó COBEGA, una firma de elaboración de zumos y bebidas gaseosas que en 1951 se convirtió en la primera concesionaria de The Coca Cola Company en España, de la que fue copropietario junto con su mujer y los dos hijos, Francesc y Josep (Don Pepe), padre de Sol Daurella.
Los negocios familiares de los Daurella son la importación de bacalao de Islandia, comercializado bajo la marca Royal, y el embotellamiento de Coca Cola
En el año 1953 la fábrica ya vendió 800.000 litros de aquella bebida nacida en Atlanta como jarabe contra el dolor de cabeza y las molestias estomacales. Diez años más tarde, las ventas en España llegaban a los 26,9 millones de litros. En el año 1973, la cifra subió a los 120 millones.
Poco a poco, COBEGA iría integrando otras plantas embotelladoras implantadas en el País Vasco, Navarra, Aragón y La Rioja, las Islas Baleares, las Islas Canarias, Castilla, la Costa Azul francesa y la Guinea Ecuatorial española. Se trata de un negocio en el que Coca Cola Company aporta la fórmula secreta (que hasta el año 1902 incluía 8,45 miligramos de cocaína por vaso) y gestiona el marketing global de la marca. COBEGA empezó elaborando, embotellando y distribuyéndola en Catalunya y Aragón, donde mucha gente la consideraba tan medicinal como el agua de Vichy y, según quién, casi tanto como el agua de Lourdes.
Josep Daurella murió en 2014, después de haber consolidado un crecimiento extraordinario junto con su hermano Francesc. Seis años más tarde, ya bajo el liderazgo de Sol Daurella, la compañía finalmente resultante de todo aquel proceso histórico de fusiones y adquisiciones, Coca Cola Europacific Partners, mostraba un crecimiento fuertemente exponencial, con unos ingresos de 10.932 millones de euros, unos beneficios de 8,87 millones de euros y un dividendo de 1,40 euros por acción. Pero, ¿qué es Coca Cola Europacific Partners?
Una heredera poco habitual
Sol Daurella, formada en Suiza, licenciada en Ciencias Empresariales, MBA por ESADE y máster en Finanzas por la Universidad de Berkeley, no es la típica heredera de tercera generación alérgica a las responsabilidades ejecutivas del legado familiar. Al contrario, empezó a trabajar en COBEGA en 1993, cuando tenía 27, y en 2012 accedió a la presidencia ejecutiva, justo un año antes de emprender la fusión de todo el resto de plantas embotelladoras de España, bajo el nombre de Coca-Cola Iberian Partners, que también presidió.
Sol Daurella empezó a trabajar en COBEGA en 1993, cuando tenía 27, y en 2012 accedió a la presidencia ejecutiva
Desde aquella plataforma, y después de varias fusiones internacionales, es como surgió Coca Cola European Partners (CCEP), convertida en el mes de mayo de 2021 en Coca Cola Europacific Partners (CCEP), un gigante que también gestiona las licencias de la marca en Australia, Nueva Zelanda, Indonesia, Fiyi, Samoa y Papúa Nueva Guinea, donde también produce y distribuye café y bebidas alcohólicas como por ejemplo ron, whisky y tequila.
La nueva compañía, líder mundial de la marca, se inició con un valor estimado de 20.000 millones de euros, y su presidenta, que encabeza un grupo familiar que, entre otras cosas, controla más del 18% de la firma mundial y el 50% del negocio de cápsulas Nespresso de Nestle, es considerada la mujer más rica del estado español, según la revista Forbes.
Se trata pues de una auténtica capitana de empresas, amiga de otra empresaria bastante relevante como es Ana Botín, presidenta del Banco Santander a quien acompaña profesionalmente como consejera de la entidad cántabra y de quien recibe parte de la financiación necesaria para hacer emisiones de deuda cuando convienen a la tesorería de la empresa. En justa correspondencia, Ana Botín también se sienta en el consejo de Coca Cola.
Se trata pues de una auténtica capitana de empresas
Anteriormente, Daurella había sido consejera del Banco Sabadell, que cambió por el Santander (con cierto disgusto circunstancial por parte del presidente Josep Oliu), de Acciona y de Ebre Foods, donde la familia todavía conserva cierta participación accionarial. Daurella, además, es cónsul honoraria de Islandia en Barcelona.
Toda una trayectoria profesional de una mujer enamorada de la Cerdanya, donde practica golf, esquí y equitación, y que por motivos de trabajo vive a caballo entre Barcelona y Londres, donde tiene domicilio, con excursiones frecuentes a Madrid y Atlanta, donde siempre ha sido considerada una buena colaboradora de los sucesivos presidentes mundiales de Coca-Cola, Muhtar Kent, James Quincey o John Murphy.
Un marido de convergencia
Reservada y cuidadosa de su privacidad, a Sol Daurella solo se le conocen tres episodios públicamente comprometidos: cuando la sede de la empresa fue trasladada de Barcelona a Madrid en 2012, todavía en vida de su padre y antes del Procés; cuando, siguiendo un programa de concentración, la planta embotelladora de Fuenlabrada (Madrid) fue clausurada, según acusación de los sindicatos locales, “para concentrar toda la actividad industrial en Catalunya”; y cuando en 2018 dimitió como Embajadora de la diplomacia catalana (Diplocat), una vez avanzado el procés, al cabo de dos meses de haber aceptado estar.
Y es en este punto, donde las miradas se dirigen a su marido, Carles Vilarrubí, un empresario de ADN convergente de toda la vida, muy próximo a la familia Pujol Ferrusola, que entre otras cosas ha sido director de Catalunya Ràdio, máximo representante de la Banca Rotschild en España y vicepresidente del Futbol Club Barcelona en la junta de Josep Maria Bartomeu, de la que dimitió en disconformidad con la decisión de no suspender un partido de Liga del Camp Nou mientras los votantes del referéndum no reconocido del 1 de octubre de 2017 eran cruelmente apaleados en las calles de Catalunya.
En realidad el establecimiento de la sede social en Madrid no fue del todo un traslado sino la consecuencia de un pacto del consejo de administración de la nueva empresa, Coca Cola Iberian Partners, resultando de la fusión de siete embotelladoras ibéricas.
En realidad el establecimiento de la sede social en Madrid no fue del todo un traslado sino la consecuencia de un pacto del consejo de administración de Coca Cola Iberian Partners
Sin embargo, los Daurella cuentan en Catalunya con una de las tres plantas europeas de Coca-Cola más grandes del continente y mantienen sedes operativas en Barcelona desde donde también gestionan activos no vinculados directamente a la actividad embotelladora, como por ejemplo los negocios internacionales que quedaron al margen de la fusión y que en 2012 ya operaban en Islandia y en 14 países africanos.
Con el cierre de la factoría de Fuenlabrada, actual sede de un importante centro de procesamiento de datos, Coca-Cola tiene siete plantas embotelladoras en España, ubicadas en Martorelles (Barcelona), Valencia, Málaga, Sevilla y A Coruña. La de Martorelles, dotada de alta tecnología, también es la más grande de la península (también hay una en Lisboa).
La compañía está liderada por los Daurella, que controlan un 55% de las acciones, seguidos por la familia valenciana Gómez Trenor, el vasco madrileño Víctor Urrutia y la familia Comenge, propietarios de la antigua embotelladora castellana CASBEGA. Todos, representantes de grandes fortunas de España.
Presencia en la Sociedad Civil
Los nombres de Sol Daurella y Carles Vilarrubí también están vinculados a diferentes actividades sociales y culturales. La empresaria es titular de la Creu de San Jordi del año 2017, y es, o ha estado, miembro del patronat del Palau de la Música Catalana, del Gran Teatro del Liceo, del Teatro Nacional de Catalunya, que presidió entre 2011 y 2015, de la Fundación FERO contra el cáncer creada por el doctor Baselga y de la Fundación SHE (Science, Health and Education), impulsada por el cardiólogo Valentí Fuster, un buen amigo que aconsejó a Carles Vilarrubí cuando lo operaron a corazón abierto en el Mount Sinai Hospital de Nueva York, en 2008.
SHE, con sede en Barcelona, es producto de una iniciativa del doctor Fuster, que después de muchos años de solucionar problemas cardíacos a personas con malos hábitos de salud, creó una fundación destinada a promover hábitos saludables a los niños y sus familias. La Fundación tiene seis socios fundadores: Valentí Fuster y su mujer, Maria Àngels Guals; sus cuñados Lluís Torres y Rosamari Vados; Carles Vilarrubí y Javier Solana, y un único patrón financiero, la Fundación La Caixa, que promueve un importante estudio con niños de Barcelona (40%), Madrid (40%) y Galicia (20%) para averiguar las diferentes consecuencias entre una buena y una mala alimentación infantil.
Los que han conocido a Sol Daurella en estos ambientes la describen como una mujer sensible, culturalmente sólida, familiar y próxima
Vilarrubí, presidente de la Acadèmia Catalana de Gastronomia i Nutrició, participa activamente junto con su mujer, ambos muy aficionados a los conciertos que se organizaban antes de la pandemia en el castillo de Cardona, villa natal de las hermanas Guals, con ocasión de la celebración de las juntas del patronato y de algunos mágicos conciertos bajo la luz de la luna a cargo de figuras como por ejemplo Alicia de Larrocha, Victòria dels Àngels, Jordi Savall o alguna otra estrella del firmamento musical del país.
Los que han conocido aem Sol Daurella en estos ambientes la describen como una mujer sensible, culturalmente sólida, familiar y próxima.
Muy discreta, eso sí.