"La gran oposición a una Renta Básica Universal (RBU) es la creencia que sólo el trabajo puede aportar un salario. Tenemos que ser capaces de cambiar este paradigma", asegura Timo Verlaat, profesor asistente de la Universidad de Utrecht. Esta ciudad holandesa es, junto con Barcelona, una de las que está implementando pruebas piloto para demostrar la factibilitat de una RBU, en un mercado laboral que se ve cuestionado por la masiva entrada de los robots. Si un salario sólo se justifica con un trabajo, pero ya no hacemos falta en el mercado laboral, de donde obtendremos los ingresos?
En plena investigación por su doctorado sobre comportamientos en la economía laboral, Verlaat en habla en una jornada organizada por el Cidob en Barcelona. El tema es de plena vigencia un golpe el Parlamento de Cataluña ha aprobado una Renta Garantizada de 664 euros.
Prueba piloto
Barcelona es una de las 18 ciudades integradas en el programa europeo Urban Innovative Action (UIA), por el cual recibirá 4,85 millones de euros para desarrollar una prueba piloto sobre una renta municipal y políticas activas de inserción sociolaboral. Durante tres años, el denominado B-Mincome "servirá para conocer qué efectividad tienen la combinación de varios tipos de prestaciones económicas y apoyos adicionales", indican desde el Ayuntamiento. Ayudas para facilitar el acceso a la vivienda, educación, ocupación, emprendeduría social o participación comunitaria en la lucha contra la pobreza se enfocan así con "una apuesta innovadora".
De entrada, en este proyecto participarán un millar de familias usuarias de servicios sociales de los barrios del Eje Besòs. Además, lo harán recibiendo parte de estas rentas y apoyos con una moneda social que, según el consistorio, "puede contribuir a la activación social y económica de los mercados locales y reforzar el tejido productivo y comercial del barrio, haciendo que la mejora de las familias beneficiarias del proyecto repercuta sobre su entorno cercano".
Los mitos
Los partidarios de introducir un concepto como la RBU defienden que buena parte de los argumentos de los que están en contra son una falacia. "Hablando con mucha gente que recibe asistencia social enseguida te das cuenta que no son perezosos. Sólo reclaman una ayuda", apunta Verlaat. Lamenta que a lo largo de Europa la RBU recibe mucha oposición desde todos los bandos políticos. "Algunos partidos de izquierdas temen perder la influencia sobre los trabajadores; y los conservadores creen que el salario sólo puede venir del trabajo". Por el contrario, destaca que en Holanda hasta 42 municipios están planteando experimentos en este sentido, "liderados por alcaldes de colores políticos diferentes".
Verlaat: "La gente que recibe asistencia social no es perezosa, sólo reclaman una ayuda"
La prueba piloto en Barcelona la liderará el área de Derechos Sociales del Ayuntamiento, de la cual Lluís Torrens es el director de Planificación e Innovación. "Es increíble como algunos estudios como el del BBVA calculan el coste de la RBU multiplicando cada ayuda por el número de población". A su entender, "es un error orientado políticamente, que quiere explicar por qué no se puede hacer". Por Torrens, una RBU "se tiene que integrar al sistema de impuestos".
De este modo, si ahora tienes que pagar 8.000 euros de IRPF y con el nuevo sistema tienes que pagar 16.000 pero recibir 8.000, "el coste de implantarla es 0, no 8.000". El dirigente municipal recalca que "personas como Amancio Ortega también recibirían la RBU, la diferencia es que tendrían que pagar mucho más que ahora". Esto nos trae al "segundo problema", según Torrens. "Tenemos que convencer la gente que es posible para conseguir que los más ricos paguen más".
Por María Sisternas, socia y directora ejecutiva de Mèdiaurban, "la renta básica es una buena idea que se tiene que implementar". Más allá del inevitable debate sobre qué nivel de gobierno lo tendrá que asumir, Sisternas asegura que "el dinero están aunque no cambie el modelo de impuestos, sólo hay que ver el presupuesto del Ayuntamiento de Barcelona". Así pues, insiste, "no hay que esperar siempre la financiación europea si nos ponemos según utilizar en esta dirección el dinero que ya tenemos".
Torrens: "Hay estudios que cometen errores orientados políticamente, sólo quieren explicar por qué no se puede hacer"
Un nuevo mundo
El investigador sénior asociado del Cidob, Josep Maria Coll, también es el coordinador científico de Wise Cities: a glocal think tank network. Recuerda que "la idea de la RBU viene de Thomas More al siglo XV, no es nueva". El que es nuevo, señala, es el contexto donde se plantea. "Entonces la gran mayoría de la población era muy pobre. Ahora somos en una situación sin precedentes con un gran crecimiento de la tecnología".
Precisamente la tecnología entra a jugar un papel clave en este debate. Compañías como Amazon, Google o Apple son capaces de disfrutar de una productividad tan intensa que los requiere muy pocos puestos de trabajo si se compara con el valor que generan. "Si tienen una valoración igual al PIB de España, por qué no pagan ellas esta renta básica?", plantea María Sisternas.
Sisternas: "Si Apple o Google tienen una valoración igual al PIB de España, por qué no pagan ellas la renta básica?"
Todo ello son "propuestas interesantes desde el punto de vista económico", según Xavier Ferràs, decano de la Facultad de empresa y Comunicación de la Universidad de Vic. "Viene una economía de la abundancia y el futuro será mejor del que pensamos", apunta con optimismo señalando que los costes de la alimentación se dividirán por 10, los de la electricidad por 100 y los de comunicación por 1.000 en los cercanos 100 años.
"La economía tradicional caerá porque es el que pasa cuando todo pasa a ser gratis. Vamos hacia un mundo con energía infinita y gratuita a través de las renovables", augura Ferràs. La Internet de las cosas "lo hará todo más fácil y eficiente", permitiendo que los costes de producción en todos los sectores tiendan a cero.
Ferràs recuerda que las máquinas ya tienen capacidades cognitivas humanas y podemos interactuar "en un sentido social". El hecho que también logren capacidad creativa plantea un futuro del management donde puedan dominar los "cerebros digitales". No nos extrañará tener un robot como cabeza.
Ferràs: "Si tenemos abundancia tecnológica, por qué no distribuirla?"
Si los lugares de trabajo en la industria no paran de caer mientras aumenta la productividad y los salarios se mantienen, Ferràs se pregunta: "si tenemos abundancia tecnológica, por qué no distribuirla?" En este sentido, y ante la posibilidad de ver a empresas trabajando sin humanos, el experto cree necesario "tasar los robots", es decir, que paguen su particular IRPF.
Sea como fuere, Ferràs alerta que en España ahora mismo no estamos preparados para sostenerlo porque "no nos estamos tomando seriamente la necesidad de invertir en I+D para crear un país competitivo y que genere bienestar". Eso sí, "si hacemos los deberes, en 20 o 30 años puede ser viable una RBU en España", concluye.