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La sombra de Peter Pan: el teatro y las restricciones

Laura Olivella alerta que "se ha demonizado la cultura"

L'ombra de Peter Pan, de la productora Som-hi Dansa | Cedida
L'ombra de Peter Pan, de la productora Som-hi Dansa | Cedida
Barcelona
03 de Enero de 2022
Act. 03 de Enero de 2022

¿Por qué Peter Pan se fue al País de Nunca Más? ¿Por qué no quiere volver a la Tierra? Alguna experiencia vivió para huir de este modo y su sombra sabe qué pasó. Som-hi Dansa está estos días en el Teatre Borràs bailando una precuela de las aventuras de J. M Barrie, bajo la dirección de Laura Olivella. L'ombra de Peter Pan es un espectáculo familiar que ha tenido muy buena acogida y crítica, pero que se ha encontrado con la sombra que persigue a la cultura desde marzo del 2020: las restricciones de la covid-19.

La sexta ola ha cogido a los bailarines y actores de L'ombra de Peter Pan encima del escenario. Pero ellos no huirán al País de Nunca Más. Estrenaron la obra en septiembre y hasta ahora han tenido muy buena acogida. "La gente sale entusiasmada -explica Laura Olivella, su directora- pero son malos momentos para producir. La gente tiene mucho miedo de ir al teatro, se ha demonizado a la cultura."

En las últimas actuaciones, afectadas por las restricciones, han tenido un máximo de 100 personas de público. Y habían llegado a tener 300-400. Tampoco consiguieron ninguna subvención y los números se complican, pero al espectáculo todavía le queda mucha vida por delante: tiene que mantener encendida la maquinaria de la escuela de danza que también dirige Olivella junto con su socio Pau Doz. Ambos utilizan la productora como una herramienta de marketing y promoción de la escuela y para dar proyectos a los bailarines que forman. "Es un compromiso moral y empresarial", explica Olivella.

También tienen en cartelera el Cascanueces, en el Aquitània Teatre de Sarrià, Barcelona. Sobre el escenario una narradora y cinco bailarines versionan la clásica partitura de Txaikovski hacia el jazz. Es la sexta Navidad que ofrecen este espectáculo familiar y este año, ajeno a la covid-19, han conseguido revalidar su éxito.

El talento, con grandes dosis de humildad

Olivella empezó a bailar a los 23, después de acabar la carrera de Medio ambiente. Abrió la escuela de danza con 30 años. Actualmente, tiene un equipo de 15-20 profesores y cree que ellos son la clave de su negocio. "Tienes que valorar y cuidar mucho el personal que tienes, poder confiar en tu equipo y darles alas para que hagan lo que consideren", explica Olivella. "Todo funciona bien porque confío en ellos, y ellos confían en mí".

Olivella: "reconocer los errores no nos hace más vulnerables, nos hace más fuertes como equipo"

En el escenario su sello es "la luz, la energía" y lo consigue también apostando por el equipo: impulsando el buen rollo y la confianza y escogiendo los mejores de la escuela, como bailarines y como personas. "Escojo gente enérgica, con luz en la cara, buenas personas que dan las gracias y que reconocen los errores." Y añade: "reconocer los errores no nos hace más vulnerables, nos hace más fuertes como equipo".

Por Olivella, "el talento tiene que ir acompañado de humildad". Y esto se aplica en todas las áreas de sus dos empresas: la productora y la escuela, en el escenario y en el aula.

Cambio de perspectiva: volver a las cifras precovid

La sacudida de la covid-19 los cogió con un segundo local acabado de alquilar para ampliar la escuela. Un local que nunca utilizaron: durante los meses con más restricciones pasaron de 600 a 380 alumnos. Ahora superan los 500 y tienen el objetivo de llegar al volumen precovid. "En la escuela antes nuestro objetivo era crecer y crecer, pero ahora lo que queremos es quedarnos con esta estructura y hacer muy bien las cosas". Es el momento de hacer potenciar la productora, de crear más espectáculos.

Durante la pandemia pasaron de 600 a 380 alumnos. Ahora superan los 500

En la vertiente positiva, la pandemia les ha obligado a digitalizar sus clases y, aunque hoy en día vuelven a hacerlas presenciales, tienen la posibilidad de ofrecerlas en formato digital a aquellos alumnos que no pueden asistir. También han aprovechado este periodo para acreditarse como escuela oficial de danza.