Un estudio elaborado por Facua constató que un 62,7% de las familias ha comprado productos de calidad inferior para hacer frente a la subida de la cesta de la compra. El informe, que lleva por título ¿Cómo han cambiado la cesta de la compra tus hábitos de compra en los últimos años?, apunta que un 42,5%, por ejemplo, ha reemplazado aceite de oliva por otro de menor calidad, un 37,6% ha hecho lo propio con el pescado y un 31% con la carne. El análisis también precisa que, entre los encuestados, se ha reducido a casi la mitad el consumo de ternera, cuando hace dos años un 32,9% de los consumidores comía una o dos veces por semana, ahora se ha situado en 17,6%.
Un 82,3% la consume cada dos semanas o con menor periodicidad, de ellos el 30% no la compra. Facua también precisa que en 2022 por un 67% de los participantes el pescado era una comida semanal y ahora es de un 43,3%, mientras que la ciudadanía que opta por no adquirirlo ha subido del 5% al 10,9%. La fruta también ha experimentado un bajón, un 77,7% comía cuatro o siete días a la semana y en la actualidad es de un 62,3%, una situación prácticamente calcada con los lácteos (del 76,6% el 2022 al 63% actual).
El pollo, según el estudio de Facua, tuvo un descenso "menos acusado", hace dos años un 73,3% lo consumía una vez cada siete días y en la actualidad un 60,9%, mientras que comerlo cada dos semanas o menos sube del 26,6% al 38,9%. El informe también recoge que un 55,3 por ciento de los usuarios ha decidido cambiar de establecimiento habitual "para conseguir precios más económicos", aunque hay un 44,6 por ciento que se mantiene fiel en el mismo sitio. En esta línea, el trabajo muestra que un 83,5% de la ciudadanía realiza las compras en supermercados, aunque el 79,3% considera que es el punto "donde más han subido los precios". El estudio también apunta que un 65,3% redujo el gasto en bares, el 58,7% en viajes, el 47,1% en ropa y calzado, el 45,3% en productos culturales y un 18,9% en el suministro de luz, entre otros. Sin embargo, la encuesta cifra que un 25,1% ha admitido no haberse privado de ningún producto o servicio.
De las 200 clases de productos analizadas por el Instituto Nacional de Estadística, durante el 2023, las siete que más se han encarecido son alimentos o bebidas. Y de las 30 que más han subido, solo tres no son productos alimenticios: paquetes turísticos, cristalería, porcelana y cerámica y automóviles de segunda mano. Todo lo demás es alimentación, lo que pone de manifiesto el encarecimiento de la cesta de la compra por toda la ciudadanía. El azúcar es el producto que más se ha encarecido en el último año en los supermercados, incrementando su precio un 44,2%.
Esto significa que si un kilo de azúcar costaba 1 euro, ahora vale 1,44. A continuación se encuentran el aceite de oliva (+38,8%), las patatas (22,9%), el arroz (22%) y las frutas en conserva y productos con base de fruta (19,4%). Otros productos muy consumidos que se encuentran entre los que más se han encarecido son la leche entera (17,6%), los huevos (12,8%) o la fruta fresca (11,6%). El agua embotellada lo hizo un 11%. Los que menos subieron son la pasta y el cuscús (2,5%), pescado fresco o refrigerado (2,8%), frutos secos (3,7%) y la carne de ave (3,8%).