La escena se repite cada verano en las calles de Lleida. Falta alojamiento para los temporeros que se desplazan a la comarca del Segrià para trabajar durante la campaña de recolección de la fruta. Algunos de ellos, a pesar de tener trabajo, tienen que acabar durmiendo en la calle porque los alojamientos habilitados por la Paeria se encuentran llenos. El Ayuntamiento de Lleida habilita un pabellón de la Feria, equipado con duchas y lavandería, pero sin espacio para dormir.
Desde el sindicato UGT Lleida, el responsable de la Fitag, la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios, Antonio Rodríguez, denuncia que "no puede ser que la gente quiera trabajar, pero se tenga que buscar la vida porque no encuentra ningún lugar para vivir". Los sindicatos laborales, que en el caso de los temporeros representan a los trabajadores del campo, y las organizaciones agrarias, que hacen el papel de patronal, coinciden en la necesidad de que los empleados dispongan de condiciones laborales dignas para ejercer su trabajo. Los labradores reclaman más ayudas y reabrir las líneas que se los permiten ofrecer más alojamientos. El convenio del campo los obliga a asumir los gastos de manutención si el temporero se tiene que desplazar más de 75 kilómetros.
Derecho al subsidio por los trabajadores
"Los trabajadores de las cooperativas, al finalizar la campaña, tienen un subsidio, como la Renta Garantizada de Ciudadanía, mientras que los que están recogiendo la fruta, no disponen de esta ayuda". La denuncia sobre esta discriminación la hace Ramon Comas, responsable de los temporeros del sindicado Unió de Pagesos (UP). Comas critica que el Govern no haya aplicado las medidas a las cuales se comprometió a finales del año pasado.
La Generalitat contratará 40 técnicos para coordinar los flujos migratorios, tramitar contratos y realizar tareas de intermediación laboral
El sindicato pide gestionar las condiciones laborales de dos colectivos con los cuales se han encontrado este año: los MENA, los menores no acompañados, y las personas que viven en Catalunya, pero son simpapeles y no tienen permiso de trabajo. "En el caso de los menores, sabemos que la legislación no permite un contrato laboral estándar, pero querríamos encontrar una fórmula para facilitar su integración en nuestro entorno".
Más cosecha que la campaña pasada
En estos momentos, las fincas agrarias están iniciando las tareas de aclarada en las plantaciones de melocotón y están recolectando la cereza y el albaricoque. Desde hace una década, cuando empezó la crisis económica, la contratación en origen se ha reducido porque los empresarios han encontrado más mano de obra autóctona derivada del incremento del paro. Para esta campaña, un 80% de los trabajadores ocupados en la campaña de la fruta serán del mercado interior.
De los 2.000 contratos que tiene previsto formalizar UP en las comarcas leridanas, 400 serán en origen, especialmente de Colombia. Ramon Comas indica que "la producción aumentará en relación al año pasado y necesitaremos más manos". En relación a los asentamientos, admite que es "un problema de carácter social, al cual se le tiene que dar una solución a través de la creación de una red de alojamientos, pero no lo podemos gestionar sólo nosotros y es una responsabilidad compartida".
Líneas de subvenciones
Desde el Departamento de Trabajo de la Generalitat se ha acordado abrir pronto una línea de subvenciones para construir, reformar o mejorar los alojamientos de los empleados que trabajan en la campaña de la fruta. Administración y representantes de los temporeros aseguran que las dos partes cumplen con la normativa, pero alertan de "la competencia desleal ejercida por empresas de servicios, que utilizan la mano de obra sin respetar el convenio laboral". Por eso, solicitan que la Inspección de Trabajo para evitar estos episodios.
De los 2.000 contratos que tiene previsto formalizar Unión de Labradores a las comarcas leridanas, 400 serán en origen, especialmente de Colombia
Este año, la Generalitat ha recuperado los planes de ocupación y contratará 40 personas que trabajarán en aspectos relacionados con las tareas de gestión de la campaña de la fruta. Estos técnicos colaborarán con las entidades locales y las organizaciones patronales. El colectivo realizará tareas relacionadas con la coordinación de la regulación de los flujos migratorios, intermediación laboral y tramitación de los contratos de los trabajadores temporeros. Además, hará el seguimiento de las condiciones de alojamiento y de su estancia.
La colaboración entre la Administración y las organizaciones agrarias está encaminada a que no se vuelva a reproducir la imagen de decenas de temporeros durmiendo al raído por las noches de verano de Lleida. El deseo es que las disputas y preocupaciones, como en cualquier otra empresa, se centren en la negociación del convenio o la retribución de las horas extras. El resto, tendría que ser cosa del pasado.