El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha abierto la caja de los truenos, como mínimo en cuanto a los salarios. La iniciativa del Ejecutivo de subir el salario mínimo interprofesionalde los 736 euros mensuales actuales hasta 900 el 2019 no ha dejado a nadie contento. Unos dicen que es insuficiente, los otros que hará tambalear la economía y destruirá puestos de trabajo. Pero las críticas van más allá. Algunas voces piden replantear el sistema porque por más que el incremento aumente la capacidad de ahorro y consumo de los trabajadores, no tendrá el mismo peso por todas partes, puesto que las necesidades ni el coste de la vida son iguales a todo el Estado. Territorialització y sectorialització son algunas de las propuestas sobre la mesa.
Crecimiento económico, salarios estancados
"Aquellos quien dicen que esta iniciativa hará empeorar la economía son los que aplaudieron las reformas laborales del Partido Popular que querían la devaluación salarial" afirma Núria Gilgado, secretaria de Política Sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT). Para la sindicalista, este tipo de afirmaciones no tienen una base económica, sino ideológica. "Por qué, si la economía ha mejorado, los sueldos no se han subido?", se pide, "en definitiva, si una empresa no tiene la productividad suficiente para abonar a los trabajadores salarios que los permitan vivir, quizás no nos interesa tener esta empresa". En términos parecidos se expresa Anton Gasol, decano del Colegio de Economistas de Cataluña. "Si hay muchas actividades en nuestro país que no son capaces de pagar sueldos iguales al salario mínimo interprofesional, quizás es necesario que estas actividades se transformen", explica.
Núria Gilgado: " Si una empresa no puede abonar a los trabajadores salarios que los permitan vivir, quizás no nos interesa tener esta empresa"
"Todos los trabajadores tienen derecho a una remuneración suficiente que los proporcione un nivel de vida decorós", señala el artículo cuarto de la Carta Social Europea, subscrita por el Estado español. "Tenemos que ser consecuentes y coherentes con los compromisos internacionales que hemos adquirido", dice Gasol. En concreto, este texto indica la necesidad que el salario mínimo sea igual al 60% del sueldo mediano de un país, una circunstancia que, a pesar de este incremento, todavía no se estaría cumpliendo, explica Gilgado. Con todo, Gasol pone de manifiesto que las necesidades no son iguales para cada zona y que quizás sería conveniente buscar con soluciones que se circunscriban a un ámbito en concreto.
Salario mínimo territorial
"Cuando hablamos del salario mínimo tenemos que tener en cuenta que el coste de la vida no es igual en todas partes", explica Gasol, "por ejemplo, en Barcelona, el sueldo de suficiencia, es decir, para tener este nivel de vida decorós, que implica un alto nivel de austeridad, es de la orden de 1.200 euros". Entonces, por qué no fijar sueldos mínimos diferentes para cada zona?, se pide. De hecho, el Consejo Económico y Social de Barcelona alerta que el alto coste de la vida, especialmente de la vivienda, ha provocado una caída del 56% poder adquisitivo de los barceloneses entre 2010 y 2016 respecto al conjunto de España.
Según Gasol, emprender una medida como esta concordaría con las indicaciones de la Organización Internacional del Trabajo, que establece que los países tienen que tener un sistema de salarios mínimos en consonancia a las necesidades de los trabajadores y sus familias teniendo en cuenta las circunstancias económicas que afectan el ámbito local. "Tenemos que poder territorialitzar los sueldos", concluye el economista. Y para conseguirlo, el primer paso es que el Sido transfiera esta competencia a las autonomías.
Anton Gasol: "Hace falta que el Gobierno español ceda a las autonomías las competencias sobre el salario mínimo"
Una opinión parecida es la que expresan desde Pimec, la patronal de la pequeña y mediana empresa de Cataluña. A pesar de que la Organización ha evaluado de manera positiva, al menos inicialmente, el anuncio del Gobierno español, Ángel Hermosilla, gerente del área institucional de la entidad, es prudente. "No es un incremento intrascendente, sino bastante importante y esto puede suponer un golpe para los sectores en los cuales el salario es un factor importante de su competitividad", explica. Según Hermosilla, a pesar de que son buenas noticias a escala macroeconómica, porque aumentará la capacidad de consumo de las familias, puede ser un problema si observamos casos específicos, "por eso pedimos hacer un análisis sector a sector y, incluso, empresa a empresa sobre qué impacto tendrá, haciendo especial atención a las pymes".
"Hay que analizar en detalle cuál será el impacto sobre las empresas porque es una subida muy significativa", mantiene Hermosilla
Además, como el decano del Colegio de Economistas, Hermosilla plantea tener en cuenta las circunstancias de cada zona a la hora de determinar el sueldo mínimo. "Podemos fijar el salario teniendo en cuenta la situación de cada territorio o, incluso, cada sector: no es el mismo la industria, donde los salarios son ya de origen más altos que la media, que lo del comercio. Es un debate que tenemos que abrir porque nos puede aportar un punto de vista diferente". De propuestas nofaltan.
Pero todo tiene que depender de las circunstancias de la empresa? Gasol pone también el acento en el trabajador y plantea la posibilidad de ligar el salario mínimo a la adquisición de un grado determinado de formación o de habilidades para garantizar la eficiencia del trabajador o el hecho de tener una cierta cantidad de experiencia previa. El economista propuesta "estimular la formación por medio del salario" aunque esto no saca "que se tengan que crear mecanismos para proteger las personas que no pueden ganarlo, como por ejemplo la renta mínima garantizada".
Mujeres jóvenes y con contratos temporales
"Nosotros valoramos positivamente la iniciativa, a pesar de que todavía es insuficiente", explica Gilgado. Desde la UGT ven la propuesta como un paso adelante para recuperar el poder adquisitivo perdido durante los años de crisis. De hecho, incluso ha avanzado sus objetivos, que fijaban conseguir el 2020 que todos los convenios colectivos contemplaran sueldos de 1000 euros. De momento, los sindicatos indican que quienes más se beneficiara de la medida son mujeres, jóvenes y extranjeras que tienen contratos temporales y menos de un año de antigüedad. Actualmente en Cataluña, el 25% de las mujeres asalariadas perciben un sueldo de 842,5 euros sucios al mes, según informa el sindicato. Una situación que no es admisible puesto que "las empresas exportan parte de los impuestos de los ciudadanos y las ciudadanas en beneficios para la contratación, así que reciben ayudas para poder contratar en condiciones dignas".